La forma de componer directorios como la conocíamos quedó obsoleta. Los cambios venían produciéndose a una velocidad importante, pero la pandemia nos mostró de golpe que los desafíos y la forma de enfrentarlos desde el board son nuevos, y exigen también nuevas formas de pensar, de plantearse y de responder a las exigencias que la “nueva normalidad” ha impuesto a las organizaciones.

Los directorios actuales se conformaron para transitar por una determinada carretera, y a una determinada velocidad que hoy no son posibles. En la actualidad se requiere de procesos de planificación distintos para el corto, mediano y largo plazo (now, near, next), mucho más coordinados con la administración y que tengan la flexibilidad para salir del túnel a escenarios que pueden ser tan diversos como complejos.

Lo anterior es difícil de alcanzar si no se cuenta con habilidades críticas en el escenario actual y que, no por ser obvias, son comunes ni fáciles de encontrar. Algunas de ellas son la sensatez y la perspicacia. La primera viene de un entendimiento general de lo que está pasando alrededor y evita que cometamos errores graves, cuyo costo hoy es mucho más alto que en el pasado. La sensatez en la toma de decisiones sobre cómo manejar los recursos puede hacer la diferencia entre una organización que se adapta de manera exitosa de otra que no.

Y la perspicacia de los altos directivos de la organización es la que permitirá anticipar que no volveremos a la realidad prepandemia y que se hace necesario y urgente incorporar factores del entorno social para que la empresa pueda elaborar una estrategia clara acerca de cuál será su rol en este aspecto.

Luego vienen otras habilidades más específicas que no son aplicables a todos los directores, pero sí deseables dentro del board, como las tecnológicas. Estamos frente a un proceso de transformación digital sin parangón en nuestra historia, el que, además, debería consolidarse en el tiempo. No contar con directores con experiencia y/o entendimiento en este tema puede ser un riesgo, especialmente en momentos en que la convergencia digital parece ser una de las claves para la sostenibilidad del negocio.

Para lograr lo anterior no hay recetas, pero sí una visión clara de que el directorio debe ser una instancia virtuosa en la que confluyan visiones diversas sobre las estrategias que tendrá la empresa para avanzar en tiempos de crisis y en medio de altos niveles de incertidumbre como los que estamos viviendo. Para ello, se requieren nuevos perfiles y formas de interacción. Crear conciencia sobre la importancia de hacer este cambio de paradigma es lo primero, y lo más urgente.

-La autora es presidenta de Humanitas/ Cornerstone