Misión imposible. Así ha sido el trabajo que han tenido que realizar la constructora Riviera -ligada a la familia Amenábar- en los últimos tres años, para sacar adelante la construcción de un hotel junto a la cadena Decameron, en las dunas de Ritoque.

Sin embargo, tanta espera daría frutos, ya que según comenta Álvaro Garfias, gerente general del proyecto hotelero, "después de tres años del estudio de impacto ambiental, la semana pasada entregamos la última adenda extraordinaria. Hemos hecho todos los cambios, los planes de mitagaciones y de medidas paleativas para justamente darle viabilidad al proyecto de forma sustentable".

En este contexto, el ejecutivo adelanta que dentro de los próximos 60 días deberían tener la resolución de calificación ambiental (RCA) favorable. "Este proyecto puede dar vuelta el futuro negro que tiene la zona. Esto va a dar otra cara, otro empuje a una región que hoy está golpeada, porque una vez que se instala un actor, siempre va a venir otro", dice Garfias.

Con todo, estiman la puesta en marcha de las obras el primer trimestre del próximo año.

Decameron contempla construir y operar el hotel de primera categoría en la V Región, con una inversión de US$ 45 millones. Entre las características está que sería el primer desarrollo hotelero del afamado concepto "all inclusive", en el país y estará emplazado sobre una porción del parque dunar de Ritoque -parte sur de Quintero- (menos del 1% de las dunas).

"El sur viene a ser el alma virtuosa de esa zona. Estamos lejos de la zona contaminante y creemos que puede ser el inicio de una era de recuperación de Quintero", comenta el ejecutivo.

Fuerza laboral

En la fase construcción -que tardaría 26 meses- se estima que beneficiará con hasta 400 empleos. Y en la fase de operación del recinto, entregará 450 empleos directos y más de 1.000 empleos indirectos.

"Nosotros estamos dando una oportunidad al empleo. Por ejemplo, en un acuerdo con el Liceo Politécnico de Quintero, vamos a generar las carreras para que la gente se capacite y pueda ocuparse en este hotel. De hecho la cadena, lo que pretende, es generar hasta el 80% del empleo que requiere el hotel desde la propia comuna", comenta Garfiras.

¿Pero qué atrasó el proyecto?

Desde la constructora cuentan que ellos ingresaron el anteproyecto del hotel con el antiguo plan comunal de Quintero que se denominaba Plan Intercomunal de Valparaíso (PIV), el que permitía desarrollos inmobiliarios en zonas de extensión urbana bajo ciertas condiciones, como es el caso de las dunas de Ritoque. Así fue como el año 2013 ingresaron la solicitud para los permisos de edificación. Sin embargo, en 2014 hubo cambios y el PIV se modificó al Plan Metropolitano de Valparaíso (Premval).

Dicho cambio, fue lo que generó los problemas, ya que se generaron oposiciones en Contraloría, que indicaban que "nosotros estaríamos incumpliendo la normativa, pero eso no era real, porque estábamos acogidas a las antiguas normativas", recuerda el ejecutivo.

Asegura que, de paso, los pilló el cambio de legislación de Medio Ambiente, que cambió a fines de 2013 y entraron al nuevo proceso, "que es lo que ha hecho extenso el proceso de este proyecto".

Sin embargo, Garfias comenta que a la fecha han cumplido con todo lo que se les ha pedido, e incluso mucho más. "Teníamos derechos de agua para sacar del acuífero, pero en vista de la oposición de la comunidad, decidimos sacar agua a orilla de mar, en pozos profundos, donde ya el acuífero entrega el agua al océano Pacífico, de manera de no impactar la captación de agua de Esval", agrega.