Los ministros de Finanzas de las principales economías reunidos en la cumbre del G20 acordaron ayer redactar una nueva normativa común para terminar con las lagunas legales usadas por los gigantes tecnológicos mundiales, como Facebook, para reducir el pago de impuestos, según reveló una versión final del comunicado del grupo recabado por Reuters.
Mayor carga fiscal para los grandes
Facebook, Google, Amazon, y otras grandes empresas tecnológicas se enfrentan a las críticas por reducir el pago de impuestos mediante la facturación de utilidades en países con baja carga fiscal, independientemente de la ubicación del cliente final. Lo que se considera por varios comercios como injusto.
La nueva normativa supondría una mayor carga fiscal para las grandes empresas multinacionales, pero también dificultaría la atracción de inversiones extranjeras a países como Irlanda, con la promesa de unas tasas impositivas a las empresas muy bajas.
"Acogemos con agrado los recientes avances en la resolución de los problemas fiscales derivados de la digitalización y respaldamos el ambicioso programa basado en dos pilares", mostró la versión final del comunicado emitida el domingo. "Redoblaremos nuestros esfuerzos para conseguir una solución de consenso para el 2020", agregaron.
Reino Unido y Francia han estado entre los defensores de las propuestas para gravar a las grandes empresas de tecnología, las cuales se centran en dificultar el traslado de los beneficios a las jurisdicciones con tipos impositivos más bajos, y en la introducción de un impuesto de sociedades mínimo.
Esto ha llevado a los dos países a enfrentarse con EEUU, que ha expresado su preocupación por el hecho de que las empresas estadounidenses de Internet están siendo injustamente atacadas en un amplio intento de actualizar el marco tributario mundial sobre el impuesto de sociedades.
Reuters consigna que las grandes empresas de Internet afirman que respetan las leyes tributarias, pero pagan pocos impuestos en Europa, normalmente canalizando las ventas a través de países como Irlanda y Luxemburgo, que cuentan con regímenes fiscales menos estrictos.
El debate del G20 sobre los ajustes en el régimen tributario se centra en dos pilares que podrían ser un doble golpe para algunas empresas.
El primer pilar consiste en dividir los derechos de gravar a una empresa cuando distribuye sus bienes o servicios, aunque no tenga presencia física en ese país.
Si las empresas siguen siendo capaces de encontrar una forma de registrar los beneficios en territorios con bajo nivel impositivo o en paraísos fiscales, los países podrían entonces aplicar un tipo impositivo mínimo global que se acordaría en el marco del segundo pilar.