La reforma tributaria republicana, que redujo la tasa de impuestos corporativos desde 35% a 21%, fue demasiado lejos. Ese es el consenso entre quienes compiten en las primarias demócratas, para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre de este año.

Se trata de la única coincidencia que tienen en la materia, considerando las claras diferencias en el alcance que tendrían sus respectivas reformas y las consecuencias económicas de las mismas, que fueron estimadas en un estudio presentado ayer por Tax Foundation.

En la parte alta del rango figura Bernie Sanders, quien lidera las encuestas con un 27,8%, de acuerdo con el compilado elaborado por Real Clear Politics, mientras que con 21 electores corre segundo en el proceso de primarias estatales en curso.

Los más radicales

El candidato que se autocalifica como socialista, presentó un plan que recaudaría casi US$4 billones (millón de millones) entre 2021 y 2030, pero que sería muy costoso para el resto de la economía. Según el "Modelo de Equilibrio General", desarrollado por el centro de estudios antes mencionado, la propuesta implicaría una merma en el Producto Interno bruto (PIB) de 3,8%, en los mercados de capitales de 9,1%, en el salario promedio de 3,2% y de 755.000 empleos de tiempo completo.

Los efectos son más severos que los considerados en el plan de Elizabeth Warren (12,7% en sondeos y 8 en electores) y Pete Buttigieg (10% en encuestas y 22 electores), porque si bien los tres plantean un impuesto a la renta de las empresas de 35%, Sanders va incluso más allá, al contemplar la transición a la depreciación económica para todas las inversiones. Se trata de una medida que "terminaría con los gastos y otras formas de depreciación acelerada, la capacidad de cancelar el costo de las inversiones en equipos y ciertos otros activos más rápidamente de lo que se desgastan", según explica en una reciente publicación Steve Wamhoff, director de Política Fiscal Federal del Institute of Taxation and Economic Policy.

En ese marco, el informe de Tax Foundation indica que "la propuesta de Sanders haría más progresivo el código de impuestos, pero reduciría los ingresos después de impuestos transversalmente en el promedio de todos los quintiles". Asimismo, destaca que "los contribuyentes de medios y bajos ingresos se verían particularmente afectados".

Posiciones más moderadas

Además de los tres postulantes ya mencionados, en la parte baja del rango está el aumento de 25% que plantea la actual senadora por Minnesota, Amy Klobuchar (6,7% en encuestas y 7 electores), a quien le sigue el último que se incorporó a la carrera, el independiente Michael Bloomberg, que busca un aumento tributario de 28%.

La senadora por Minnesota recaudaría US$716.000 millones, con un costo para el PIB de 0,5%, mientras que el ex alcalde de Nueva York, que prometió deshacerse de su negocio de plataforma financiera si gana las elecciones, conseguiría US$1,2 billones, anotando una reducción del PIB de 1%.

De esta manera, es la propuesta de Joe Biden la que queda en una posición intermedia. El vicepresidente de Barack Obama apunta a 28% de tasa de impuestos sobre la renta y a 15% de impuesto mínimo sobre ingresos contables. Con ese modelo, el otrora favorito en la carrera presidencial, que aunque está segundo en las encuestas solo tiene 6 electores, tendría una recaudación de US$1,5 billones entre 2021 y 2030. En tanto, los costos serían una baja en el PIB de 1,2%, en el mercado bursátil de 2,9%, en el salario promedio de 1% y en el número de trabajos full-time de 236.000.

El modelo de cálculo de Tax Foundation "estima que la propuesta de impuestos corporativos de Biden haría al Código Tributario ligeramente más progresivo", aunque igual advierten de una reducción generalizada de ingresos, después de impuestos.