Agradezco el interés que expresó Hernán de Solminihac, director de Clapes UC, tanto en su columna del 5 de junio pasado publicada en su medio, como en su libro "Aportes al sistema de evaluación social de proyectos de Chile", por la evaluación social de proyectos de inversión pública, labor encomendada por ley al Ministerio de Desarrollo Social a través de la División de Evaluación Social de Inversiones de la Subsecretaría de Evaluación Social.
En el Sistema Nacional de Inversiones Públicas (SNI), la evaluación con enfoque costo-beneficio se complementa con un enfoque de necesidades básicas de acuerdo con los fundamentos de reconocidos autores como Arnold Harberger y Ernesto Fontaine. Al respecto, es importante tener presente que muchos proyectos que enfrentan condiciones de aislamiento o de zonas extremas se evalúan hoy con enfoque costo-eficiencia, mismo que actualmente se aplica a los proyectos de infraestructura cuyos beneficios sociales son difíciles de valorar y están asociados a la satisfacción de necesidades básicas de la población, como infraestructura educacional, sanitaria o cultural.
Aquí la evaluación se centra en comprobar la fundamentación del problema presentado a través del diagnóstico, y en la presentación y evaluación de las alternativas que solucionan de forma equivalente el problema, recomendándose la de menor costo en el ciclo de vida del proyecto, por unidad de resultado. Una vez evaluadas, la priorización de las iniciativas de inversión es realizada por los Gobiernos Regionales y los ministerios inversores.
Respecto a la idea de emplear indicadores multivariables para priorizar inversiones en aquellos territorios más postergados, podrían ser una buena alternativa en la fase de priorización de carteras de inversión más que en la evaluación de proyectos individuales. Actualmente nos encontramos desarrollando una metodología para la evaluación integral de planes de inversión, la cual será un aporte para evaluar los planes en zonas rezagadas en cuanto a su coherencia con los objetivos o brechas que se pretende subsanar, contribuyendo así tanto al logro de estos objetivos como a un uso racional de los recursos que se ocupan para ello.
Este es sólo un ejemplo que grafica que nuestras metodologías están siendo permanentemente actualizadas tanto para adaptarse a los cambios y nuevos desafíos que va experimentando el país como para mantener al SNI acorde a los avances en esta materia a nivel internacional.
Recibimos este y otros aportes como un factor importante para el fortalecimiento del SNI, pieza clave no sólo en el proceso de asignación eficiente de los recursos fiscales destinados a inversión pública, sino también en el desafío de contar con infraestructura pública que contribuya en una mejora real en el bienestar de todos los chilenos.
Conscientes de esta relevante misión, avanzaremos en mejorar nuestras metodologías de evaluación y también en contar con información más completa y eficiente que nos permita finalmente contribuir de la mejor manera posible en el proceso de toma de decisiones en materia de inversión pública.