Tras cerrar un positivo 2018, la economía nacional enfrenta un escenario externo menos favorable. Además de que la actividad se ha desacelerado a nivel mundial, existe una importante cuota de incertidumbre derivada del conflicto comercial entre EEUU y China, las tensiones políticas en Europa y la velocidad con que la Fed retirará el estímulo monetario. Así, los riesgos del panorama internacional se mantienen latentes.

En el plano local, en cambio, se divisan elementos que permitirían sostener el dinamismo, con un crecimiento que estimamos en 3,5% para este año y en 3,2% para el próximo.

Uno de ellos tiene que ver con la evolución de la inversión, que se expandirá en torno a 5,6%, por segundo año a un ritmo elevado, luego de un periodo de debilidad.

En un análisis más detallado, en 2018 los distintos sectores de la economía tuvieron un desempeño algo mejor al que proyectamos un año atrás. Para el presente ejercicio, en tanto, vemos una rotación en la composición del PIB. Algunos antecedentes recientes dan cuenta de que en 2019 la construcción de nuevas obras volverá a ser el principal motor del crecimiento.

En concreto, el último catastro de la Corporación de Bienes de Capital identificó que este año se ejecutarán más de US$ 16.700 millones de gasto de capital asociado a grandes proyectos, un aumento de 40% respecto a lo cuantificado en el informe inmediatamente anterior.

En la misma línea, los proyectos que recibieron aprobación ambiental en 2018 suman US$ 25.600 millones -entre los que se cuentan 17 propuestas que individualmente superan los US$ 300 millones-, una cifra positiva en perspectiva histórica.

Por su parte, avanzar en las reformas en curso cerrará espacios de incertidumbre, lo que también favorecería a la inversión.

Hacia delante, facilitar el trámite de evaluación de los proyectos, con procesos más simples y expeditos, debiese ser un foco de la agenda pública. La importancia de este punto es avalada por los datos: en 2018 ingresó el menor volumen de inversión total al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental -al menos desde 2010- y los tiempos de aprobación se han extendido persistentemente en los últimos años.

Así las cosas, para que el crecimiento se sostenga es importante que la inversión se mantenga dinámica. Eso requiere generar condiciones favorables para la materialización de los grandes proyectos.