Los cofundadores y gerentes de Tinder presentaron una demanda contra los actuales propietarios de la popular aplicación de encuentros, a la que acusan de haber manipulado informaciones financieras para privarlos de miles de millones de dólares de ingresos.

El presidente interino, Greg Blatt, también es denunciado en la demanda por acoso sexual contra la directora de comunicación y marketing, Rosette Pambakian.

Pambakian, una de las demandantes, asegura que Blatt la manoseó sin su consentimiento en la fiesta de fin de año de la empresa en 2016 en Los Angeles.

Match.com compró Tinder en 2013 y fue adquirido a su vez por InterActive Corp (IAC), un grupo que pertenece al multimillonario estadounidense Barry Diller, dos años después.

En su demanda, presentada este martes ante una corte de Nueva York, una decena de personas, entre ellos los fundadores de Tinder Sean Rad, Jonathan Badeen y Justin Mateen acusan a IAC y Match de ponerse de acuerdo para engañarlos.

El plan "consistía en substraer miles de millones de dólares de los demandantes en violación de sus derechos contractuales", según la demanda.

Para llevar a cabo su plan, dice el texto, IAC y Match subvaloraron "voluntariamente" a Tinder utilizando informaciones falsas con el objetivo de reducir el valor de sus acciones.

IAC y Match crearon "proyecciones financieras falsas, inflaron los costos y crearon un universo en el cual Tinder se estanca", denuncian.

Sin embargo, afirman los demandantes, la facturación de la empresa alcanzaría los 800 millones de dólares en 2016 contra 350 millones hace cinco años.

IAC y Match habrían ignorado sobre todo los efectos financieros de nuevos productos, "cuando datos existentes confirman que estos productos van a estimular los beneficios de Tinder".

Al designar a Greg Blatt, presidente de Match, como jefe interino de Tinder en diciembre de 2016, IAC y su filial buscaban "controlar la valorización de Tinder", justo cuando se debía determinar el valor de las acciones concedidas a los empleados, dicen los demandantes.

Aseguran que Blatt es "el lacayo de Barry Diller" y "es conocido por tener un temperamento volcánico y no dudar en recurrir a amenazas como despedir a los empleados que osen contradecirle".

Los demandantes reclaman "al menos" 2.000 millones de dólares en daños e intereses.

Además de los tres cofundadores, los otros demandantes forman parte del primer plantel de empleados de Tinder, que tras su creación en 2012 revolucionó los encuentros amorosos.