Hace un mes que el abogado Jorge O'Ryan asumió como director de ProChile y desde el primer día ha estado abocado en conocer el organismo y ver cómo van a estructurar los cambios que vienen en la forma en que hasta ahora ha trabajado la institución.

Es que la ley de modernización de la Cancillería, publicada en marzo pasado, transforma a ProChile en un servicio público y la deja bajo la nueva Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, un rol que asumirá la Direcon bajo el mando de Rodrigo Yáñez.

Pese a que O'Ryan proviene del mundo privado, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera, ya antes ha estado vinculado al trabajo en organismos públicos. En sus inicios fue diplomático y durante el primer gobierno de Sebastián Piñera fue embajador en Alemania. Así las cosas, entiende bien cómo funciona el Ministerio de Relaciones Exteriores y conoce al ministro Roberto Ampuero desde principios de los 90.

A él lo unen muchas coincidencias: los dos provienen de un puerto: Valparaíso en el caso de Ampuero y Puerto Montt en el de O'Ryan. Ambos estudiaron en el Colegio Alemán de sus respectivas ciudades y vivieron varios años en Alemania. O'Ryan llegó al país europeo tras ganarse una beca, y se quedó trabajando en la embajada de Chile y fue cónsul en Bonn. Por su parte, Ampuero partió en 1974 a la RDA, y tras unos años en Cuba, regresó. En 1983 pasó de la RDA a Alemania Federal, fue ahí donde se conocieron con el director de ProChile, en el año 1991.

Eran los tiempos en que Erich Honecker y su esposa, Margot, ingresaron a la delegación diplomática chilena en Moscú, generando un conflicto diplomático entre Chile, Alemania y la URSS. Jorge O'Ryan, James Holger y Roberto Cifuentes fueron el equipo diplomático al que el Presidente Aylwin le encomendó buscar la solución gatillada por el expatriarca de la RDA.

Y como la vida da muchas vueltas, mientras Ampuero vivió bajo el mandato de Honecker, a O'Ryan le tocó sacarlo. Años después, bajo el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera, ambos volvieron a coincidir, esta vez en el cuerpo diplomático: Ampuero como embajador en México y O'Ryan, en Alemania.

Hoy, ambos en el ex Hotel Carrera -la sede de Cancillería-, están trabajando para desarrollar la visión en lo que corresponde al nuevo rol de ProChile. "Este ProChile va a ser un servicio independiente, como es el SII, con planta propia y recursos propios que van a tener que ver con todo lo que es promoción, diversificación y estímulo de las exportaciones de bienes y servicios", cuenta O'Ryan en su oficina del piso 10 de la Cancillería.

Además, según el programa de gobierno de Sebastián Piñera, el servicio deberá posicionar la imagen de nuestro país en el exterior y trabajar en la promoción de atracción de inversión extranjera; dos tareas que hoy están en manos de la Fundación Imagen de Chile e InvestChile, respectivamente. Esta última, dependiente del Ministerio de Economía.

Las urgencias están puestas hoy en armar este nuevo servicio público.

Futuro en desarrollo

O'Ryan habla con pasión de lo que viene. "ProChile ha trabajado bien, pero podría ser muchísimo mejor, dándole una buena gestión", asegura el director de ProChile.

Se nota que está muy entusiasmado con el desafío que tomó, pero es cauto a la hora de referirse en detalle a la fórmula que usarán. Claridad absoluta tiene en que su misión es "rediseñar" lo que hoy hay y transformar al organismo en un "ProChile 3.0", con una mirada de largo plazo, que se ajuste a los tiempos en términos de gestión y que elimine la duplicidad de funciones que hoy se está dando.

En este sentido, el abogado explica que, según lo contemplado en el plan de gobierno, la idea es que los tres organismos -ProChile, InvestChile y la Fundación Imagen País- que hoy están ligados a la promoción de exportaciones, la atracción de inversiones y la marca país, trabajen bajo un lineamiento común y coordinados, bajo "el mismo paraguas".

El fin es ser más eficientes en el uso de los recursos y potenciar las oficinas comerciales que hoy también realizan funciones similares en la promoción para la atracción de inversión. "Más allá de la función hay un tema de coordinación que no se está llevando a cabo", agrega.

En el caso de la Fundación Imagen País, que hoy es la mandatada para promocionar la marca y que funciona como un organismo con un directorio público-privado, pero con recursos públicos, lo importante cuenta que es darle una "nueva mirada" a lo que se ha estado haciendo. "Hoy es muy importante ver cómo queremos posicionar la marca y ver cuál es la proyección. Una vez que tengamos eso definido, se establecerá la forma de acoplo", agrega.

Y para definir el modelo a seguir y hacer las recomendaciones al Presidente Sebastián Piñera y al ministro Roberto Ampuero, O'Ryan se ha estado reuniendo con todos los actores. A nivel interno, ha conocido el diagnóstico de quienes trabajan en ProChile en nuestro país y en el exterior, de quienes están a la cabeza de los organismos antes señalados y de sus "clientes", que son empresas y asociaciones gremiales que están muy interesadas y expectantes de saber cómo se articulará el nuevo organismo.

Así las cosas, en un par de meses estarían listos el diagnóstico y las recomendaciones sobre cómo se organizará el nuevo ProChile, las dependencias de los organismos que estarían bajo este servicio y el plan de trabajo de largo plazo.

Foco en las regiones

Mientras se trabaja en el desarrollo de la bajada de los cambios que vienen, el nuevo director ya tiene claro, además, que una de sus metas es aumentar el número de pymes que exportan, considerando que de las 225.688 que existen en el país, apenas un 1,59% hace envíos al exterior. "Hay un campo tremendo para crecer. El Presidente Piñera busca mayor crecimiento y las pymes pueden contribuir muchísimo. Esto significa generación de más empleo, mayores ingresos para el país y más recaudación para ir en apoyo de las políticas públicas y sociales", explica.

Con este fin es que busca potenciar el despliegue del organismo que dirige, porque, además de las oficinas en el exterior, cuentan con representantes en cada una de las regiones de nuestro país. Lo que pretende con esto es "fortalecer a las pymes con una oferta exportable, basados en la gestión". La idea es que cada región pueda articularse con sus recursos y poder evaluar el trabajo que hacen sobre la base de las misiones que manden al exterior y los recursos que puedan captar. "La visión que tenemos es estar mucho más en regiones, más cercanos a las pymes y a los emprendimientos de alto impacto", agrega.

Además, la intención de O'Ryan es conectar a las oficinas en regiones con las del extranjero de forma permanente, para generar sinergias en el trabajo que se hace diariamente. Y a los agregados, la petición es que salgan a la calle. "Quiero que estén cerca de la gente", explica.

Con este mandato es que pretende ordenar el trabajo, potenciar a los exportadores que realmente tienen futuro en los mercados externos, focalizar su trabajo y ser capaces de evaluar cada uno de esos pasos a la luz de los resultados. "Esto es gestión y un estilo de hacer las cosas", concluye.

Porque si hay algo que tiene claro O'Ryan es que quiere que las empresas a las que se apoyen sean capaces de proyectarse en el tiempo. "No sacamos nada con ayudar a que las empresas exporten si no se mantienen haciéndolo. Tenemos que potenciar, y un tema fundamental es el de la innovación", cuenta. Es justamente en ese tipo de empresas donde quiere poner el acento. Es más, en este tema apunta alto, porque su intención es que Chile se transforme en el octavo hub mundial de innovación y para esto está en conversaciones con otras instituciones del Estado que también se dedican a potenciar ese trabajo. "Lo que quiero es aunar esfuerzos", asegura.

Y para que las empresas que quieren salir al mundo tengan una plataforma tecnológica de contacto, O'Ryan comenta que se está reformando el programa "Exporta Digital" y que están muy avanzados en "suscribir convenios para crear plataformas que les van a permitir a nuestros exportadores estar en contacto con sus pares y clientes en el mundo".

Otro cambio que quiere implementar al sistema de trabajo es que las oficinas comerciales sean un lugar al que puedan llegar los emprendedores que buscan oportunidades en el exterior, "para que la salida no sea tan traumática".

Su apuesta es que si se logra aumentar la presencia de pymes en el extranjero, la contribución de estas al PIB moverá la aguja, porque se generará empleo e ingresos al país.