La situación económica del país es muy relevante para las personas, por lo que se debe repensar la cantidad de días feriados que existen en el país, pues impacta el desempeño de la actividad y por ende, la economía familiar.
Hace unas semanas la discusión económica se tomó el debate, particularmente por qué no llegaba al "bolsillo" de los ciudadanos los mejores datos de crecimiento del primer semestre, lo que se refleja de manera nítida en la caída de los salarios reales.
De acuerdo con los datos del INE, el Índice de Remuneraciones (IR) aumentó 2,6% interanual en julio, pero con una inflación en 12 meses (2,7%), hubo un decrecimiento en términos reales de 0,1%, su primera caída desde 2008.
Ante esta realidad, la discusión pública se centró en las diversas causas de este comportamiento. Se hicieron análisis respecto del rezago del mercado laboral en relación al crecimiento económico, así como también del impacto de haber generado expectativas iniciales muy altas respecto de la situación económica. Incluso el Banco
Central realizó un comentario en su último Informe de Política Monetaria que aportó al debate: "Diversos eventos que han ocurrido en los últimos trimestres hacen difícil evaluar el real grado de holguras del mercado del trabajo, en particular el efecto que tiene la inmigración en los últimos años tanto en la fuerza laboral como en las presiones salariales".
Sin embargo, nada se ha dicho sobre la cantidad de días feriados establecidos en Chile. Septiembre prácticamente tuvo una semana hábil menos -si es que no más por las preparaciones previas-, mientras que en noviembre se avecina otro "súper feriado" de cuatro días.
Considerando que el impacto de cada día menos trabajado puede rondar los 0,2 puntos porcentuales -o más dependiendo de una serie de factores-, resulta más que conveniente que se piense en una solución definitiva. Ampliar las vacaciones con el objetivo de reducir los días feriados puede ser una alternativa razonable.