Desmitificando la utopía: Islandia aún enfrenta desafíos en equidad de género
A pesar de que han liderado por catorce años consecutivos la lista que elabora el Foro Económico Mundial, las mujeres en Islandia creen que aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar la equidad de género.
Una mañana de finales de octubre del año pasado las mujeres y personas no binarias islandesas se reunieron en el centro de ciudades y pueblos de todo el país en una huelga de 24 horas en las que dejaron momentáneamente sus trabajos e incluso tareas domésticas. Los carteles que alzaban sobre sus cabezas llevaban el lema: “Kallarðu þetta jafnrétti?”, o “¿a esto llamas igualdad?”.
¿Por qué las mujeres de un país que ha liderado por más de una década el ranking que realiza el Foro Económico Mundial – organización que asegura que además han logrado reducir la brecha de género en un 91,2% – mostraron su descontento con ese casi 9% de diferencia? ¿Qué es lo que les falta para llegar al 100%?
“Aunque se sienten seguras en Islandia, no es un paraíso feminista. El país no puede caer en la autocomplacencia y dejar que el progreso se estanque confiando en su estatus garantizado por clasificaciones como la del FEM”, afirmaba un reportaje publicado a mediados de febrero en Business Insider.
Como en varias otras partes del planeta, la preocupación por la igualdad de género volvió a aumentar durante la pandemia, cuando las mujeres tuvieron que asumir – debido a su sexo – más responsabilidades en el cuidado de los hijos y aumentaron los casos denunciados de violencia contra ellas.
Sonja ÝrÞorbergsdóttir es presidenta de la federación islandesa de sindicatos del sector público y una de las organizadoras de esta huelga que paralizó al país nórdico. El objetivo del paro, cuenta ella a este medio de comunicación estadounidense, era mostrar lo que ocurre cuando las mujeres y las personas no binarias dejan de trabajar.
Qué es lo que oculta el índice del FEM
Para Sonja y para muchas otras personas en Islandia, aún existen desigualdades y desequilibrios de poder que no se evalúan en este reporte anual. Revisemos cuáles son:
- Brecha salarial y violencia de género: Islandia no lo está haciendo mejor que los países con los que se compara, es decir, los nórdicos, explica Þorbergsdóttir. Según un estudio publicado por la Universidad de Islandia, un tercio de las mujeres de este país han sufrido acoso o violencia sexual en el lugar de trabajo a lo largo de su vida y un 8% en su lugar de trabajo actual.
- Las mujeres se sienten mal pagadas y menospreciadas en el trabajo: Islandia tiene una diferencia salarial entre hombres y mujeres menor al 10%. No obstante, si uno mira con lupa los datos de la OCDE, estos aseguran que Islandia tiene una mayor brecha salarial de género que Dinamarca, Noruega y Suecia, Colombia, Lituania y España.
No tan lejos de la realidad de la gran mayoría de los países del mundo, en el sector tecnológico, la mayoría de las grandes empresas islandesas están dominadas por hombres y muchas mujeres trabajan en puestos no técnicos y “feminizados”, como recursos humanos, marketing y desarrollo de contenidos.
- Islandia no es un sueño para la inmigración: más del 20% de todas las mujeres que residen en Islandia nacieron en el extranjero, según datos del Instituto de Estadísticas de Islandia. De ellas, aproximadamente una cuarta parte nació en Polonia, y la gran mayoría tiene entre 20 y 49 años, y según explican, al parecer ser mujer, profesional e inmigrante en este frío país, no es tan fácil como parece. Alondra Silva Muñoz es chilena, y presidenta de WomenTechIceland. Ella explica a Business Insider que está muy acostumbrada a ser una de las pocas mujeres extranjeras y única persona de color en entornos profesionales. Otra de las mujeres inmigrantes entrevistadas asegura que le ha costado desarrollarse profesionalmente mucho más en Islandia que viviendo en India.
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