Luego de que el Banco Central (BC) utilizara datos administrativos para argumentar el dinamismo del mercado laboral y justificar así su aumento de tasa de interés, el debate por el desencaje entre estas cifras y las que entrega el INE, por ejemplo, en la encuesta de empleo y desempleo, se volvió a reabrir.

David Bravo, director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, coincide con la visión del ente emisor y dice que la falta de coherencia de las estadísticas en el país, están haciendo que las expectativas ciudadanas empeoren.

¿Qué le pareció la decisión del BC respecto al uso de datos administrativos para la Política Monetaria?

-Me parece muy auspicioso que el BC esté mirando todas las cifras disponibles, es una muy buena noticia que estos datos se agreguen a este análisis, que es lo que hemos propuesto (expertos) hace un largo tiempo.

Ahora, también se requiere que los datos administrativos estén disponibles para que los distintos investigadores puedan hacer sus propios análisis de manera accesible.

¿Cuáles son las principales dificultades para acceder a los datos administrativos?

-Se requiere urgente que la información que reciben de manera regular la Superintendencia de Pensiones, las subsecretarías de Hacienda y del Trabajo, estén disponibles, con acceso directo y, por supuesto, con resguardo de la confidencialidad de las personas.

El otro problema es la diversificación de servicios que son dueños de los datos administrativos del país; y acá han estado equivocados porque los dueños de los datos son las personas.

¿Esta tarea de ordenar y administrar los datos que tiene el Estado, la podría hacer el INE?

-Sí, podría hacerla el INE, pero no tiene los recursos económicos ni los técnicos para hacerlo. Lo que hace falta es fortalecer el INE, entregarle más recursos económicos y técnicos. Se ha hablado mucho de su autonomía, pero primero se necesita fortalecerlo, ya que se está quedando atrás en relación con otras encuestas.

En todo este tiempo, ¿cuál es la magnitud del desencaje?

-En los 90 meses que lleva aplicándose la Nueva Encuesta de Empleo del INE, y respecto al indicador de empleo asalariado, el 80% del tiempo, es decir, en 72 meses las variaciones del INE han estado por debajo del crecimiento del empleo asalariado que dan los datos administrativos de cotización.

Creo que hay que reconocer el problema de las encuestas y no soslayarlo. Lo que va a ocurrir es que el mismo mercado va a abandonar la encuesta del INE, porque no entrega datos confiables y eso no es lo correcto.

¿Esto afecta a las expectativas ciudadanas?

-Sí, definitivamente, este desencaje por parte del INE afecta las expectativas de la gente, y esa es la parte que más me preocupa. Nuestra discusión en el país está permeada por las cifras del INE, por eso los analistas macroeconómicos se vieron sorprendidos con la decisión del BC.

¿Entonces el mercado laboral del país está dinámico?

-Evidentemente, hay dinamismo, hay que mirar los datos administrativos. Y cuando uno mira las remuneraciones, ve que va por el mismo patrón. Por lo mismo, la discusión es hoy. El riesgo es que estemos en un período de más dinamismo del mercado laboral, y producto del análisis autoinfringido, mirando datos equivocados, estemos tirando hacia abajo las expectativas de las personas y afectar, entre otros factores, el consumo. Dejen que las los economistas, estadísticos, entre otros, podamos ayudar a resolver esto.