Alejandro Sturniolo, director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (Aladyr), se refiere a la importancia de tomar decisiones ejecutivas que permitan mejorar la administración del agua en la región, además entrega un pronóstico alentador respecto a lo que vendrá de cara al futuro en esta materia y adelanta lo que hace falta para desarrollo.
"Países más adelantados desde el punto de vista cultural y no tecnológico, logran impulsar este tema de una manera más rápida", señala Sturniolo.
¿Cuál es su diagnóstico respecto al agua en América Latina?
-Representamos alrededor del 15% del área del planeta, mientras que tenemos un 30% de las reservas de agua superficial. En tanto, gran parte de este recurso no está donde se localizan las ciudades y, además, lo estamos contaminando.
¿Qué son los contaminantes emergentes?
-El agua que arrojamos -esté procesada o no- ensucia los ríos por medio de contaminantes emergentes. Estos son elementos industriales, orgánicos o químicos que no están tratados como se debe y que, además, no suelen ser identificados adecuadamente. Eso se traduce en que cada vez hay menos agua disponible para ser potabilizada.
¿Cuáles son las ciudades más críticas en esta materia?
-Sao Paulo, que es la principal ciudad de Latinoamérica en cantidad de gente, tuvo una sequía muy fuerte hace tres o cuatro años. Esto provocó que su represa llegara a un nivel inferior al 2%. Se prevé que se produzca una peor para el año que viene. Es por este motivo que Brasil es uno de los más adelantados en normativo de rehuso, al igual que Chile en materia de desalinisación.
¿Cuáles son las claves del avance en Brasil?
-Se ha basado en la normativa americana, de la EPA. Además, incluye lo que se está haciendo en la Unión Europea. La clave está basado en mejorar la gestión que en otra cosa.
¿Cuál es el rol de la tecnología?
-Las tecnologías que se necesitan para reutilizar el agua tienen entre 30 y 40 años. No se trata de un problema de este tipo. Esto está relacionado con la gestión, distribución y cultura.
¿Por qué cultural?
-Países más adelantados desde el punto de vista cultural y no tecnológico, logran impulsar este tema de una manera más rápida. Por ejemplo, en Singapur usan agua potable tratada y embotellada para consumo humano.
¿Cómo se puede impulsar este cambio?
-Por medio de ejemplos, intentamos generar este cambio cultural en colegios e industrias que no utilizan este tipo de técnicas.
¿Cuál es la posición de Chile?
-Chile es número uno en desalinización en Latinoamérica, pero no es lider en reutilización. Aunque no es el único que tiene ese tipoproblema. Por ejemplo, Brasil no desaliniza, cuando hay lugares del país donde se necesita al no haber potencial de rehuso.
¿Por qué?
-Los latinoamericanos somos muy inerciales. Es decir, hasta que no lo hacen en otro lugar, no lo aplicamos acá.
¿Las autoridades están cambiando su visión?
-Siento que los gobiernos de la región están cada vez más alineados y, además, se ha generado un interés exponencial. Eso nos entrega la oportunidad de lograr que en los próximos dos años podamos estar al mismo nivel de la Unión Europea y la EPA.
¿Qué viene?
-Es responsabilidad de cada uno promover estas tecnologías y su aplicación. En los colegios deberíamos enseñar que el agua se puede reutilizar y que sus ciclos son perfectamente reproducibles con tecnología de hace 30 o 40 años de antigüedad. Eso permite que cuando se desee instalar una de estas plantas, no haya una resistencia.