Una jornada clave se vivirá este viernes en el Consejo Directivo Nacional de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), que tendrá lugar en Santiago. Esto, porque los dirigentes sindicales de la División Chuquicamata buscarán la adherencia de las otras ocho operaciones de Codelco (sumando la casa matriz) a un paro de trabajadores que, pese a haber sido anunciado hace ya semanas, aún no tiene fecha.
Así lo señaló a PULSO uno de los dirigentes sindicales de Chuquicamata, quien detalló que la solicitud se hará atendiendo a uno de los acuerdos adoptados al interior de la FTC, relacionado con que todas las divisiones se paralizarán si en Codelco hay despidos bajo el artículo 161 del Código del Trabajo. Es decir, en caso que se dé término de un contrato invocando como causal las necesidades de la empresa, situación que afectó a dos trabajadores de la operación ubicada en las cercanías de Calama.
De aprobarse la paralización a nivel nacional, la decisión tendrá que volver a ser votada por todos los presidentes de sindicatos de Codelco, por lo que se espera que la fecha del paro sea el 11 de julio, día en que se celebra la nacionalización del cobre.
Consultado al respecto, el presidente de la FTC, Juan Olguín, señaló que el organismo "comparte plenamente los planteamientos y requerimientos de los trabajadores de Chuquicamata" y criticó a la administración de la estatal, manifestando que "ha avanzado sin tener la opinión de los trabajadores en temas tan sensibles como la transformación".
Así las cosas, se espera que durante la reunión del viernes se dé una gran discusión entre los 15 dirigentes que forman parte del consejo, dado a que no todos tendrían la visión de que los problemas de Chuquicamata son transversales al resto de las operaciones.
En lo anterior también influye el hecho de que se están desarrollando distintas negociaciones colectivas. Por ejemplo, en la División El Salvador, el sindicato N°6, que es liderado por Raimundo Espinoza, inició su negociación reglada el lunes, mientras que en El Teniente, se hacen esfuerzos para anticipar las negociaciones que deberían empezar, de manera reglada, en octubre.
Precisamente, este último sindicato pondría una de las piedras de tope al anhelo de los dirigentes de Chuquicamata, ya que existiría la concepción de que un paro divisional podría entrampar las opciones de llegar a un acuerdo con la empresa en el proceso interno que se está desarrollando.
Detractores
Si bien los dirigentes sindicales de Chuquicamata han reportado una gran adherencia a la movilización que preparan por parte de los trabajadores de su división, en los últimos días se ha propagado una serie de panfletos y cadenas de Whatsapp en contra del movimiento.
"No nos paremos para seguir inflando a estos dirigentes de pacotilla y para que la administración de Chuquicamata siga justificando su ineficiencia", dice una de ellas de carácter anónimo.