Según la "Guía para la acción",, el enfoque de género es una mirada "que nos permite comprender las diferencias que persisten en nuestra sociedad, a partir de los roles asignados a hombres y mujeres".

Entre sus puntos, el documento detalla dos aspectos fundamentales de segregación que aún están muy presentes en nuestro país:

Segregación horizontal: se refiere a la segregación que existe en torno a las actividades económicas, diferenciadas por roles de género donde predomina uno u otro sexo. Esto incide en el tipo de riesgos y la forma de abordarlos.

Segregación vertical: Se refiere a las brechas y discriminaciones en la ocupación de cargos al interior de una empresa, donde aquellos más importantes son ocupados por hombres, mientras que los cargos con menos reconocimiento y remuneración son ocupados por mujeres.

Esto limita la visión de las empresas para prever sus riesgos y generar transformaciones e innovaciones, sobre todo en la manera de proteger a sus trabajadores y promover cambios para su bienestar en seguridad y salud laboral.