Pensando en la industria, tras recibir en diciembre pasado la primera oferta de Walt Disney por la 21st Century Fox, Rupert Mourdock señaló: "Cuando Disney y Fox retiren todos sus programas o dejen de vender cualquier cosa a Netflix, será interesante cómo les afecta". A su reflexión el icónico magnate de los medios de comunicación estadounidenses agregó que "desde un punto de vista estratégico, este es el momento adecuado para vender".
Que era el tiempo indicado para hacer negocios, los hechos se encargaron de demostrarlo. Desde los US$52.400 millones ofertados por Disney a fines del año pasado, el acuerdo quedó cerrado ayer con US$71.000 millones sobre la mesa.
El aumento del precio por acción, en US$10 hasta US$38, obedeció a que la semana pasada Comcast entró a la pelea por el imperio Fox, con unos tentadores US$65.000 millones, es decir, US$3 por debajo de la última oferta de Disney por cada papel.
Pero, ¿qué transformó a Fox en una joya tan codiciada? Mucho tiene que ver con lo señalado por Murdock en relación a Netflix y los cambios radicales que vive el sector, haciendo del contenido de Fox un activo apetecido por quienes quieres ser un actor relevante en la industria del entretenimiento.
De acuerdo al director de la cadena televisiva de EEUU CBS, Les Moonves, la televisión de todo el mundo enfrenta un "futuro difícil", ante los desafíos que les presentan las tecnológicas. "Estamos compitiendo con compañías que podrían comernos vivos", subrayó Moonves.
En efecto, de acuerdo a un informe de MoffettNathanson Research, en el último trimestre de 2017 el total de suscriptores de televisión por cable en EEUU descendió 3,4% en términos interanuales, lo que califica como el retroceso más pronunciado desde el 2010, año en el que comenzó el declive.
Por el contrario, los servicios de video por internet están en auge. Según el reciente informe Entertainment & Media Outlook 2018, elaborado por PwC, el sector consiguió un estimado de US$20.100 millones en ingresos el año pasado, con un crecimiento de 15.2%. Las proyecciones también son auspiciosas, con una expansión de US$30.600 millones para el 2022 y tasas de crecimiento anual en torno a 8,8%.
Las tendencias son claras y antes de ser devorado Disney decidió hacer su jugada maestra. Se arma con la variada oferta de Fox para irrumpir competitivamente en la industria de los servicios de transmisión vía streaming.
"Las películas, los programas de televisión y otros entretenimientos ofrecidos por Netflix, Amazon.com y Hulu se han vuelto tan populares que los estadounidenses abandonan las suscripciones a la televisión por cable en masa, consumiendo las ganancias de las compañías de medios", se lee en un análisis de Bloomberg, donde agregan que "poseer Fox le sumaría a los activos de entretenimiento emblemáticos de Disney desde Los Simpson hasta la franquicia de X-Men, los que harán que sus propios servicios de transmisión sean más atractivos".
Dando un paso al costado en la competencia televisiva, donde Disney se enfrenta a cadenas como Comcast y Viacom, la casa del Ratón Mickey solo necesita el visto bueno de las autoridades para sellar el trato con Fox y comenzar a mirar de frente a Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google, sus nuevos contrincantes en la industria del entretenimiento.