El proceso de alza de tasas de los principales bancos centrales del mundo se tomó el sentimiento de los mercados en este primer semestre de 2023. A qué nivel llegarán, por cuánto tiempo y cuándo se iniciará el ciclo de reversa, son las preguntas que rondaron entre los inversionistas, empujando con esto el valor de los activos en una u otra dirección.
Pero en Chile primó el impacto de la tasa del Banco Central en 11,25% y sus efectos apreciativos sobre el peso, a lo que también ayudó que se fueran despejando incertidumbres provenientes de la política. Así, en los primeros seis meses del año el dólar retrocedió $50,25, hasta $802. Pero en doce meses su caída acumulada llega a $114.
Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones, señala que la corrección se produjo luego de la intervención del Banco Central durante el segundo semestre de 2022, a lo que se suman factores internacionales como la recuperación del precio del cobre y el alza del euro frente al dólar.
En todo caso, el precio del metal rojo cerró el período que va de enero a junio con una baja de 2,11%, hasta los US$3,724 por libra, pero igual ese valor implica un repunte respecto del mínimo de US$3,5879 que tocó el 24 de mayo pasado.
“Y finalmente, en el terreno político, hemos tenido una disminución en la incertidumbre percibida por el mercado, luego del rechazo de la propuesta de nueva Constitución y las últimas elecciones de constituyentes”, plantea Correa.
Por su parte, la tasa del Banco Central en 11,25% ha logrado reducir la inflación anual desde un peak de 14,1% al 8,7% actual, pero además ha impulsado al peso sobre la divisa de EE.UU., lo cual, a su vez, también incide en desacelerar la inflación. Y ese proceso de traspaso aún no concluye.
Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, señala que “aún todo el efecto de la baja (del dólar) no se recoge en la inflación. Continuará manifestándose en el registro de los próximos meses, para completar el grueso del traspaso a precios hacia fin de año”.
Según el experto, “la inflación va a caer cerca de 4,5% de aquí a fin de año. En torno a 0,7%- 1% de eso se asocia al descenso que ha experimentado el tipo de cambio y que aún no se traspasa”.
Klaus Kaempfe, director de portfolio solutions en Credicorp Capital Asset Management, sostiene que “la caída del dólar no ha sido traspasada completamente, pero normalmente esa baja se mueve más lenta que la subida”.
Y en esa línea, Alejandro Fernández, socio de la consultora Gemines, también explica que aún queda espacio “considerando que la inflación de los transables sigue alta y, además, los precios internacionales de los alimentos y combustibles han bajado”. Para el economista, la inflación a fin de año podría cerrar en 4%, y si bien dice que “es difícil separar el puro efecto dólar cuando hay varios otros influyendo en la misma dirección”, unos 3 puntos porcentuales de la baja de la inflación desde el peak corresponderían al retroceso del dólar.
Correa concuerda en que aún hay espacio para un mayor aporte de la reducción del dólar a la inflación, pero apunta que “nosotros decimos que si queda, no debería ser mucho”.
Pero otro elemento que ha estado influyendo en reducir el costo de la vida es el petróleo. El WTI -de referencia para EE.UU. y Chile-, cerró el mes en US$70,44 el barril, anotando una baja de 12,5% entre enero y junio, su segundo semestre de descenso. Así, en doce meses, la caída es de US$35,22.
EE.UU. y el IPSA en 6.000 puntos
En tanto, dos semestres consecutivos de alza registraron los principales índices globales, con el S&P500 y Dow Jones empinándose 15,9% y 3,8%, respectivamente.
Según Kaempfe, “con la crisis de los bancos regionales en EE.UU., el mercado vio que la Reserva Federal podría detener la subida de tasas y esto potenció el alza de las grandes tecnológicas. Hasta mayo estas compañías superaron al resto del mundo, pero en junio hemos visto una subida más generalizada del país y también en Latinoamérica”.
De hecho, el tecnológico Nasdaq repuntó un 31% en el período y obtuvo su mejor primer semestre desde 1983, con Apple como protagonista al alcanzar un valor de US$3 billones.
Y para la región el primer semestre también fue positivo. Diego Valda, consultor senior de Zurich AGF, comenta que “medido en dólares, el índice bursátil MSCI Latam muestra una mejor rentabilidad (+13,4%) que el índice accionario global MSCI All Country World Index (+11,4%). Dentro de los factores que podrían explicar el mejor desempeño del mercado latinoamericano podemos citar que los bancos centrales de la región ya habrían alcanzado el peak en sus ciclos de alzas de tasas de interés, y se anticipa que iniciarán sus ciclos de recortes en la segunda mitad del 2023, donde se destaca el caso de Chile, ya que se anticipa el primer recorte en la reunión de julio”, dice el experto.
En Chile, el IPSA anotó su tercer semestre consecutivo al alza, con un retorno de 10% en enero-junio, de 16,89% en 12 meses y de 34,57% respecto de diciembre de 2021. El selectivo cerró junio en 5.786,8 puntos y tocó su mayor nivel desde febrero de 2018, es decir, en cinco años. Y ya los expertos comienzan a verlo en un nuevo récord de 6.000 puntos.
En los niveles actuales, el índice debiera elevarse 1,61% más para tocar su máximo histórico de 5.880,47 puntos, alcanzado el 29 de enero de 2018, semanas después de que Sebastián Piñera ganara la segunda vuelta presidencial para asumir su segundo mandato.
No obstante, Valda explica que en dólares, el selectivo local muestra un retorno de 13%, en circunstancias de que el MSCI Argentina sube 37,2%, el MSCI México se empina 25,3%, mientras que el MSCI Brasil anota un alza de 10,3%.
Para Manuel Bengolea, partner & CEO de Octogone Chile, lo que ha estado ocurriendo con el selectivo es “sólo recuperar valor luego de muchos años de retroceder en su valorización”, y agrega que ya “las valorizaciones estaban muy bajas, y el rechazo del pueblo chileno a la refundación (de la anterior propuesta de Constitución)sacó de la película este evento de cola, lo cual cambia sustancialmente las valorizaciones”.
¿Qué viene hacia adelante? Según Javier Pizarro, gerente de Banchile Research, el target para el IPSA a fin de año es de 6.000 puntos, en tanto Guillermo Araya, gerente de Estudios de Renta4, tiene como escenario base al IPSA en 6.050 puntos para el cierre de 2023, y en 6.250 en un escenario optimista.
A pesar del empuje del selectivo en estos primeros seis meses del año, la llegada a los 6.000 puntos tiene riesgos. Gonzalo Viveros, economista de Altafid, señala que “parte de nuestro análisis considera que el mercado es muy optimista en cuanto a la trayectoria de tasas de interés. El mercado, medido a través de la EOF, espera el equivalente a cuatro recortes de 75 puntos de aquí a fin de año, para llegar a 8,25%. Sin embargo, el Banco Central estima que terminará más alta. Es decir, si el Banco Central mantuviera una política más dura de lo que el mercado espera, eso probablemente jugaría en contra de las valorizaciones de las empresas del IPSA”.