Todavía ni siquiera se acerca a los niveles que marcaba al cierre de abril, pero el peso chileno destacó en la sesión de ayer con una escalada que hizo al tipo de cambio perder $11,8 con respecto a su último cierre.
Al finalizar las operaciones locales, el dólar llegó a $625. Con esto, la apreciación de 1,9% de la moneda nacional la ubicó por amplio margen como la mayor ganadora entre las divisas más expandidas del mundo.
Los factores que le dieron un respiro al peso después de semanas marcadas por una tendencia depreciativa, se enmarcan en una narrativa de optimismo generalizado en los mercados luego de que el secretario del Tesoro de EEUU, Steve Mnuchin, anunciara el fin de las hostilidades comerciales entre el país norteamericano y China.
El mercado, explica Francisco Schneider, gerente de la mesa de distribución FX de Fynsa, "se descomprimió" por el enfriamiento de las tensiones comerciales entre EEUU y China. Esto benefició tanto al mercado local como al latinoamericano en general.
A esto se sumó, agrega, el efecto de stop loss en posiciones largas de dólar y "algo" de toma de utilidades dados los avances de mayo.
Otro factor crucial para el peso fue la escalada de 1% que vivió el cobre en la Bolsa de Metales de Londres. "Por el momento la variable que más está influenciando movimientos sobre la paridad es el precio del cobre", comentó BCI Estudios en un informe.
Con los miedos de una potencial guerra comercial despejados, las principales monedas emergentes del mundo siguen celebrando. Eso sí, advierten agentes del mercado, esto no quiere decir que las monedas emergentes vayan a mantener la fuerza en lo que va del año. Es más, las expectativas apuntan a que la tendencia al alza del dólar multilateral se va a mantener.
Con el foco de volatilidad de la guerra comercial despejada, las señales que dé la Reserva Federal de EEUU sobre su estrategia de normalización de política monetaria van a volver a tomar el protagonismo en la cotización de la divisa estadounidense.
"Ahora el dólar se moverá al ritmo del Fed", apunta Schneider, con el foco puesto en un "eventual escenario de tres alzas más" en las tasas base.
De momento, el principal banco central del mundo se mantiene firme en elevar los tipos de interés tres veces: la que ya se concretó en la reunión de marzo y dos más. Si es que la Fed da luces de agregar una subida más a sus planes, eso podría darle un impulso adicional al dólar.
Desde BNY Mellon, el estratega senior de mercados globales Marvin Loh concuerda con el diagnóstico. "Los diferenciales de tasa se están poniendo al centro de atención", dada la subida de las tasas en EEUU, lo que ha generado "nerviosismo" en torno a las divisas emergentes. En esa línea, Loh augura un aumento en la volatilidad cerca de la reunión de junio del FOMC.
Para Manuel Restrepo, director para Latinoamérica en XP Securities, la clave no está en el ente emisor de EEUU, sino que en cómo evolucione la inflación en el país, en la que ve dejos de optimismo para el mundo emergente. Hay métricas de expectativas de inflación -como el aplanamiento de la curva de rendimientos del bono del Tesoro de EEUU y el breakeven a cinco años- que han caído en los últimos días, explica, lo que "sugiere que eventualmente deberíamos ver bonos del Tesoro volviendo con flujos de compra". Esto debilitaría al dólar y generaría un escenario "más tranquilo" para las monedas de la región, aunque el ejecutivo advierte que "nada es certero en el escenario actual".