El salto que sufrió la volatilidad del dólar fue la principal razón que impulsó al Banco Central a intervenir el mercado cambiario a fines de noviembre. Y si bien la medida surtió efectos, la amenaza que supone el avance del coronavirus abrió dudas respecto a la estabilidad del tipo de cambio local.

En medio del incierto futuro de la economía de China, el mercado local ha sido testigo de fuertes fluctuaciones de la paridad dólar peso.

La divisa norteamericana cerró las operaciones en $796, lo que supone un salto de $4,9. La semana pasada, escaló hasta los $803.

Pero, a pesar de los vaivenes, las volatilidades del dólar a tres meses, principal preocupación del Central al momento de anunciar la intervención, se mantiene en 10% diario, luego de haber saltado a 15% previo al anuncio del ente rector. De esta forma, el nivel actual parece no preocupar al mercado, pues está en línea con el aumento en los montos transados.

"La volatilidad ha logrado mantenerse debido a un aumento en el volumen transado, el cual disminuyó significativamente durante noviembre y diciembre. Si se mantiene en 10%, no supone una preocupación", explica la economista senior de Bci, Francisca Pérez.

El promedio histórico de la volatilidad a tres meses oscila entre 8% y 9%. Por su parte, la economista de EuroAmerica, Martina Ogaz, agrega que la situación por el coronavirus no ha logrado impactar los niveles de volatilidad, ya que el tipo de cambio se está guiando por fundamentales externos, dejando de lado los factores locales.

"Durante octubre, noviembre y diciembre existía mucha incertidumbre en el mercado local ante las dudas por la crisis social. Hoy eso no existe y el dólar está siguiendo los movimientos que se están produciendo en el mercado internacional", explica Ogaz.

Mineras en alerta

Detrás de las fluctuaciones del dólar destaca el desempeño del cobre. Esto, porque debido a los temores por las consecuencias del virus en la economía asiática, el metal rojo tocó mínimos de octubre del año pasado al cotizarse a US$2,54 el jueves de la semana pasada. Desde el 20 de enero, cuando se confirmó el contagio entre humanos, el metal rojo acumula una caída de 9,3%. Ayer cerró las operaciones con una tibia alza de 0,11% y se ubicó en US$2,56 la libra.

Pero el mercado de cobre se enfrenta a una situación algo más compleja, pues la interrupción en las cadenas de suministros pone en riesgo los contratos de las grandes mineras. De hecho, Bloomberg informó ayer que BHP Group Ltd., la principal minera del mundo, está en conversaciones con clientes chinos para retrasar los envíos de concentrados de cobre, luego de que el país extendiera los cierres de plantas para evitar la propagación del coronavirus. El artículo agrega que los proveedores están evaluando dar a los compradores en China flexibilidad en las entregas para disuadirlos de declarar fuerza mayor, ofreciéndoles una salida a las obligaciones contractuales. En un escenario más complejo, la cancelación de los contratos significaría que las compañías no contarán con los ingresos presupuestados. Desde la empresa señalaron que "estamos trabajando de cerca con nuestros clientes de cobre".

Si bien los niveles de la volatilidad no sugieren que el BC continúe con su plan de intervención, desde el mercado indican que ello dependerá de la evolución de la emergencia global.

"La volatilidad está baja, pero si el traspaso del dólar a la inflación se mantiene, puede abrir la posibilidad de una reactivación de la intervención. Esto será determinante en marzo, previo al plebiscito", dice Pérez.