Este período prolongado de latencia empresarial obedece a negativas señales tanto micro como macro, pero también a dichos de líderes de opinión que vale la pena analizar. Señales que al final se traducen en cierres de compañías como Albano, Calzados Beba, Constructora Cial, Pastas Suazo, la salida de Chile de la danesa Maersk, el cierre de Iansa en Linares y el 11 de marzo pasado, la prestigiosa fábrica de Calzados Guante. Algo profundo pasa.
Solo en 2018, las quiebras se incrementaron casi en 60%. Se podrá decir que lo anterior se debe al trade war entre China y EEUU, generando el errático comportamiento del dólar o también a la falta de claridad en la aprobación de las reformas tributaria y laboral, además de la continua pérdida de confianza de los empresarios frente a un gobierno imposibilitado de llevar a cabo su estrategia. El 1,4% de PIB en febrero - el más bajo en 17 años- o la caída de las importaciones de bienes de capital, también han influido. No se trata de ser pesimista, sino realista, y esto se basa en los siguientes principios que deben ajustarse para recuperar el dinamismo:
1- Interferencia Política: ha superado sin dudas las agendas del gobierno sembrando dudas y temores de lo que se viene a futuro.
2- Interés propio de salvaguardar lo que se tiene, ya sea tu empleo, tu fábrica, tus clientes o tus cuentas por cobrar.
3- Las fusiones de bancos: difícil de calibrar el riesgo implícito en estos procesos y de los que vienen. Los bancos son un driver que impulsa el crecimiento, pero la concentración de esta industria resta oferta y competitividad de crédito al mercado.
4- El déficit de capital de trabajo de las pymes es evidente, muchas con un elevado nivel de endeudamiento con bancos, factoring y proveedores.
5- Stimulus: condición que no se visualiza. Muchos ya asumimos, que durante este período no se darán esas condiciones y que difícilmente las veremos en un buen tiempo.
6- Dejar de dar señales equivocadas al mercado, ya que debilita la confianza. Mensajes cómo incrementar los impuestos a los ingresos más altos no solo confunde, sino que, además, contrae el estímulo de crecer. La señora Juanita entiende muy bien que al subir los impuestos a los ingresos más altos esto se traspasará al mercado vía precios, rebajas salariales o sustitución de mano de obra más barata. Otra señal equivocada es decir que el no concretar la reforma tributaria no tiene efectos o no pasa nada. Pues bien, si así fuese entonces ¿cómo se entiende la contracción de la inversión durante el segundo año del gobierno anterior?