Tras 60 días de iniciada la crisis social, los supermercados siguen mostrando los efectos de los episodios violentos que han afectado su operación, no solo en términos de venta y horarios más restringidos de funcionamiento, sino también en la infraestructura.
Las principales cadenas del rubro -Walmart, Cencosud, SMU y Tottus- suman alrededor de 126 locales fuera de operación, producto de saqueos, destrozos e incendios, lo que equivale a cerca del 9% del total de salas instaladas en el país (1.400 según datos de la Asociación de Supermercados).
Las firmas han adoptado distintas estrategias respecto de sus locales más dañados. Tottus, cadena perteneciente al holding Falabella, optó por cerrar en forma indefinida dos locales que fueron seriamente afectados en su infraestructura. Se trata del Tottus de Llolleo, en San Antonio, y el de Pedro Fontova, en Conchalí.
La decisión repercutió en los equipos de las tiendas afectadas. El mismo lunes, cerca de 60 trabajadores de Llolleo fueron desvinculados de la compañía. En conversación con Canal 2 de San Antonio, el representante de los trabajadores de dicha sucursal, Danilo Suazo, indicó que la decisión fue sorpresiva y no descartó acciones legales en contra de la compañía.
A través de un comunicado, Tottus explicó que "esta lamentable definición se adoptó luego de analizar y evaluar exhaustivamente todos los antecedentes respecto a los daños sufridos por la operación, así como también tras haber realizado un gran esfuerzo por acotar al máximo su impacto".
De las 69 tiendas que opera Tottus a nivel nacional, 12 fueron significativamente afectadas durante la contingencia, comprometiendo cerca de 2.000 puestos de trabajo, detalló la empresa. Si bien el 90% de los empleados afectados pudo ser reubicado, tanto en otras salas como en la recuperación de locales, el 10% restante no pudo ser redestinado.
Demoler y reparar
Si bien el resto de los operadores de supermercados todavía no se ha pronunciado sobre eventuales cierres permanentes, sí han adoptado decisiones en cuanto a sus salas más perjudicadas.
En noviembre, y tras los episodios más críticos de violencia, SMU -controlado por el empresario Álvaro Saieh, dueño de Copesa, que edita Pulso- anunció su plan de reapertura de locales. Consultado por este medio, a la fecha el 95% de las salas de la compañía, que opera los formatos Unimarc, Mayorista 10, Alvi y Ok Market, se encuentran funcionando, mientras que para los locales incendiados "estamos iniciando los procesos de demolición en aquellos que así lo requieren", indicó la compañía. Por ahora, la firma "no ha tomado otras decisiones", precisaron.
Walmart, una de las cadenas más afectadas por los episodios violentos, registra desde el 18 de octubre 1.300 incidentes -entre saqueos, resaqueos, incendios y amagos de incendio- "dejando 35 locales quemados y 95 supermercados cerrados de un total de 384", detalló la empresa. Por ahora, los focos están en poner a resguardo a los trabajadores, retomar la normalidad de la operación y reubicar a los colaboradores afectados, lo que se logró en 80%.
En cuanto al futuro de las instalaciones más dañadas, Walmart indicó que "todas las definiciones futuras del negocio -incluido el destino de las tiendas que resultaron completamente destruidas-, están siendo analizadas, por lo que aún no existe una decisión final sobre el tema".
En el caso de Cencosud, de las 364 tiendas que operan en Chile, "a la fecha, solo 6 aún están en proceso de reparación. Las personas que trabajan en esos locales fueron reubicadas por el momento", sostuvo la firma ligada a Horst Paulmann.
Las farmacias fueron otro blanco de los episodios violentos. Si bien al día de hoy operan con un alto porcentaje de sus locales abiertos, todavía persisten las ubicaciones que no han podido ser recuperadas.
El el caso de Farmacias Ahumada, 36 tiendas permanecen cerradas, versus 305 abiertas. En tanto Cruz Verde y Salcobrand -que no tuvieron vocería disponible para esta nota- ya tienen funcionando 639 y 424 locales, respectivamente.