Dura crítica de expertos laborales a redacción del proyecto que reduce jornada 40 horas

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El principal reparo se refiere a la norma de flexibilidad que incluye a las jornadas excepcionales y a los contratos por obra o faena. También hubo cuestionamientos a la diferenciación por empresas según factura de ventas.


La Comisión de Trabajo del Senado ha realizado ya tres sesiones de análisis del proyecto de reducción de jornada laboral de 45 horas actuales a 40 horas, recibiendo la alerta de expertos respecto a inconsistencias del articulado que aprobó la Cámara de Diputados.

Si bien en términos generales gran parte de los invitados han apoyado el espíritu de la medida, han cuestionado la redacción de algunos incisos. "Veo con muy buenos ojos el proyecto. Sin embargo, hubo un agregado en la tramitación que me parece en lo técnico extremadamente deficiente, inaplicable, inexplicable e inentendible", señaló el exdirector de la Dirección del Trabajo (DT), Christian Melis, al referirse a la norma que permite una excepción de jornada muy amplia. Este artículo se introdujo como condición de algunos diputados DC y oficialistas para apoyar la rebaja de jornada.

"No se aprecia razón para que un trabajador con un sistema de turno en una empresa que labora días domingos y festivos (por ejemplo, vendedor de gran tienda) pueda tener un sistema distinto y trabajar 60 horas semanales, cuando el resto, solo laborará 40 horas. Y en cuanto a obra o faena, es una estupidez incluirlo en este paraguas, no se aprecia razón para ello", sostuvo Melis.

Frente al mismo artículo llamado de flexibilidad, la también exdirectora de la DT Patricia Silva -hoy en el Instituto Igualdad- manifestó que "sin duda este aspecto es el más sensible, de mayor preocupación. Técnicamente es un artículo deficiente; por la forma que está redactado confunde el sistema con distintas jornadas y distribución de jornadas. No se entiende el objetivo. Lo cuestionamos no solo desde lo laboral por la inclusión fuerte de flexibilidad sin límite alguno. Incluso será bastante difícil de implementar".

La misma crítica compartieron la profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad Católica de Valparaíso, Karla Varas, y la presidenta de la Asociación de Abogados Laboralistas, Carmen Espinoza.

Silva también puso énfasis en el artículo transitorio que establece la gradualidad, otorgando más tiempo (5 años) para reducir la jornada a empresas con ventas por hasta 75 mil UF anuales. "Esa idea rompe con la norma del Código del Trabajo que diferencia según número de trabajadores, mientras que acá se hace por facturación. Desde el punto de vista de la fiscalización es más claro lo primero", dijo.

Por su parte, el especialista en Políticas de Mercado e Instituciones Laborales de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, Andrés Marinakis, recomendó limitar la cantidad de horas extraordinarias y planteó su duda respecto a la gradualidad de 5 años para las empresas de menor tamaño. "El que sea una hora cada año por 5 años, puede generar dificultad y podría llevar en los primeros años a complementar con mal uso de horas extraordinarias, postergando la reducción efectiva. Sugiero revisar si hay otra forma de efectuar esa gradualidad", acotó.

Frente a estas apreciaciones, la presidenta de la Comisión de Trabajo, senadora Adriana Muñoz (PPD), manifestó: "Se hizo una arquitectura errada para insistir en rebaja de 40 horas, pero flexible. Tenemos que definir qué jornada será impactada por la reducción, es decir, será la jornada ordinaria; no las especiales ni excepcionales a las cuales se les pondrá solo un tope. Se hizo una majamama de disposiciones con la intencionalidad de llevar a fojas cero la reducción de jornada".

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