Los Eagles de Filadelfia cerraron el ciclo de celebración de la conquista del título de Super Bowl LII al recibir la noche del jueves los anillos de campeones, que fueron diseñados y fabricados con 219 diamantes y 17 zafiros.

Esa fue la recompensa del dueño de los Eagles, Jeffrie Lurie, a los jugadores que -contra todos los pronósticos- ganaron en la gran final a los Patriots por 41-33 y se llevaron el primer Trofeo Lombardi en la historia del equipo.

Los anillos, entregados en una ceremonia privada, incluyen 127 diamantes que rinden tributo a la jugada "Philly Special". Representan la suma del número de camiseta de los tres jugadores que tocaron el balón en la jugada que marcó la anotación final.

"Fue un proceso divertido y tomó más horas de lo que pensé", declaró Lurie. "Para la gente que se ponga el anillo, quería que sintieran orgullo y amor por el proceso. Orgullo en que son campeones del mundo y un reconocimiento que este proceso, toda la temporada, fue de mucho trabajo duro, lucha, amor recíproco y pasión por el juego".