Economía crece más de lo esperado en 2022 y abre debate sobre profundidad de la caída de PIB para este año
De acuerdo al Banco Central, el Imacec de diciembre cayó 1%, menor a lo previsto por el mercado. Con ello, el cuarto trimestre cerró con una contracción de 1,6%, pero el Producto Interno Bruto anual subió 2,7%.
Dos noticias positivas ha tenido el gobierno esta semana. El lunes se conocieron buenos resultados fiscales logrando el primer superávit efectivo después de 11 años y este miércoles la economía mostró ser más resiliente de lo esperado. Esto se reflejó en el Indicador Mensual de la Actividad Económica (Imacec) de diciembre, el cual se contrajo 1% ubicándose por debajo de las expectativas del mercado que esperaba una caída de entre 1,4% y 2,8%.
De esta manera, el Producto Interno Bruto (PIB) en 2022 subió 2,7%, ubicándose por sobre lo que esperaba el mercado en su última proyección de 2,5% realizada en diciembre. Pero, de hecho, el mercado tuvo que ir corrigiendo mes a mes su proyección. En abril de 2022, la Encuesta de Expectativas que publica mensualmente el Banco Central tenía para el cierre de 2022 un PIB de 1,5%, lo mismo se esperaba en mayo. En junio subió levemente a 1,7%, en julio a 1,8% y en agosto pasó a 1,9%. Recién en octubre el mercado subió su previsión a 2% y ahora, la encuesta de diciembre pasó a 2,5%.
¿Qué pasó en el mes? En diciembre, la serie desestacionalizada aumentó 0,4% respecto del mes precedente y cayó 1,0% en doce meses. Diciembre registró un día hábil menos que diciembre de 2021. La caída de 1% del Imacec fue explicada por el comercio y la industria manufacturera, resultado que fue compensado en parte por el crecimiento de los servicios.
En tanto, el aumento de la actividad en términos desestacionalizados fue determinado por el desempeño de los servicios. El Imacec no minero presentó una disminución de 1,1% en doce meses, mientras que en términos desestacionalizados, creció 0,5% respecto del mes anterior. De esta manera, el PIB del cuarto trimestre cayó 1,6% siendo la primera contracción desde el tercer trimestre de 2020 cuando se contrajo 9,2%.
Ya quedó atrás la recesión técnica
¿Hubo o no recesión técnica? Esa pregunta estuvo presente en los análisis de los economistas durante buena parte de 2022. Y ahora, al conocer las cifras se conoció que sí hubo una recesión técnica. Esto porque en la serie desestacionalizada -actualizada este miércoles- se contrajo no solo dos trimestres consecutivos en la serie desestacionalizada, sino que tres. El primer trimestre, el PIB desestacionalizado tuvo una caída de 0,5%, el segundo cayó 0,1% (antes de la corrección actual se informó 0%) y el tercero una merma de 1,4%. Pero ya en el cuarto tuvo una leve recuperación con un alza de 0,6%.
Una recesión técnica es cuando se contrae el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos en la economía de un país. Los expertos señalan que este es un indicador fundamental para los bancos centrales, junto con la inflación, ya que es cuando consideran subir o bajar las tasas de interés.
Los economistas afirman que era necesario que se diera este ajuste y que la economía tuviera una recesión técnica para retirar la liquidez presente en la economía. Martina Ogaz, economista de Euroamerica, sostiene que, “si se miran las cifras de liquidez como el M1, las decisiones de política monetaria y fiscal sí tuvieron resultado positivos ante una liquidez que se ha ajustado de forma importante, incluso volviendo a los niveles previos a esta expansión”.
Por lo tanto, añade que “si se observan las cifras, las decisiones que tomó el Banco Central como Hacienda eran recomendables ante un ajuste macroeconómico que se sabía iba a ser bastante duro para las personas ante una inflación que se elevó de forma importante a niveles no registrado en décadas”.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo que “si uno se guiara por las definiciones más simplistas que se hacen de recesión, es decir, dos trimestres con variaciones negativas trimestre a trimestre, esa recesión ya ocurrió durante el segundo y el tercer trimestre de 2022. El cuarto trimestre ya tuvo variación positiva”.
No obstante, el secretario de Estado dijo que “eso no quiere decir que la economía no tenga un espacio para mejorar, probablemente vamos a tener un primer trimestre de 2023 con variación negativa respecto al trimestre anterior, pero en la idea de esa perspectiva más simplista de dos trimestres con cifras negativas, eso ya está detrás de nosotros y no delante”.
El llamado de Marcel
El análisis que hace Marcel del escenario económico es positivo. “El escenario catastrofista que en algún momento se fue construyendo durante el año no se ha materializado. El dólar a luca quedó atrás, los grandes riesgos fiscales, de que el gobierno iba a ser fuertemente presionado a gastar más no se dio, al contrario. La idea de que venía una gran recesión tampoco ocurrió”, enfatiza el secretario de Estado.
Por ello, Marcel afirmó que “este es el momento de perderle el miedo a la economía. Este es el momento de dejar de tenerle miedo a eventos que vengan hacia adelante. La economía se irá fortaleciendo durante los próximos meses. Por lo tanto, quienes hayan estado demorando por razones comprensibles, decisiones de inversión, decisiones de contratación, decisiones de emprendimiento, ahora es un buen momento para re evaluar esas decisiones y posiblemente dar los pasos necesarios para desarrollar un proyecto, ampliar la producción. Perdamos el miedo, porque los escenarios que vengan no van a ser como los que se anticiparon, no han ocurrido y no van a ocurrir durante los próximos meses”.
Hasta el momento, las cifras muestran que el ajuste que está teniendo la economía ha ido más ligado al consumo que la inversión, sin embargo, Marcel, prefiere la cautela a la hora de anticipar si esa misma tendencia se mantuvo en el cuarto trimestre. “Cuando tengamos las cifras de cuentas nacionales al cuarto trimestre podremos tener un juicio más claro, pero lo que ya veíamos con el tercer trimestre es que la inversión ha tenido un mejor desempeño de lo que se había anticipado y el consumo estaba siguiendo el ajuste que debía tener”.
Cautela para 2023
Para este año hay coincidencia en que la economía se contraerá, sin embargo, donde hay discrepancias es en la magnitud. Hasta el momento, las expectativas fluctúan entre una de baja de 0,5%, proyectada por Hacienda, el rango entre -0,75% a -1,75% previsto por el Banco Central y el -1,5% que espera el mercado a través de la Encuesta de Expectativas Económicas y el FMI. Ahora, tras conocer la cifra de diciembre y el cierre de año, se reabrió debate sobre el nivel que la recesión que tendrá el país este año.
Para Ogaz “dada la sorpresa que dio el Imacec de diciembre, preliminarmente ajustaríamos al alza nuestra proyección PIB para este año, donde estimábamos una contracción en torno a 1%”.
Mientras que Francisca Pérez, economista de Bci, subraya que “claramente los últimos datos nos han sorprendido al alza, haciendo que el nivel de la actividad esté sobre lo estimado. Estamos realizando ajustes a nuestras proyecciones, donde el escenario favorable toma algo de mayor probabilidad. Aún no definimos el ajuste, pero parece que la caída esperada será menos pronunciada de la que esperábamos hace un par de meses”.
Para Cristóbal Gamboni, economista del OCEC-UDP, puntualiza que “la economía haya mostrado mejores cifras, sorprendiendo muchas veces positivamente a los expertos, junto con la mejora en las proyecciones que se esperan en el plano internacional, indican que sí hay espacio para esperar una caída menos abrupta”. En ese sentido, añade que “las proyecciones de caída del PIB en 2023 van desde 0,5% a 1,5%. Nosotros aún no actualizamos nuestra proyección, sería temprano tomar un solo dato para hacerlo, pero sí colocamos un sesgo alcista a la actividad en 2023 respecto a las estimaciones de mercado”.
Otra perspectiva entrega Alejandro Fernández, economista de Gemines, quien sostiene que “el punto de partida es más favorable a lo esperado, pero el ajuste puede que solo esté retrasado y se dé con mayor fuerza en este año”. Con todo, asevera que “no es claro cómo afectará el cierre de 2022 a los resultados de 2023″ y argumenta que “el hecho que la recesión fuera muy anticipada puede estar ayudando a que sea más suave porque dio tiempo para ajustarse. Hay que estar atentos y no confiarse”.
Desde Santander plantean que aún es muy pronto para modificar los diagnósticos. “Seguimos previendo que este año el crecimiento será negativo, algo más de -1%, lo cual permitirá concluir el necesario ajuste de la economía y con ello posibilitar un relajamiento monetario que reimpulse el crecimiento en 2024″.
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