Economía crece sólo 1% en julio y expertos proyectan que PIB del tercer trimestre caería hasta 2%
De acuerdo al Banco Central, el índice desestacionalizado llegó a su nivel más bajo desde julio de 2021 y se contrajo 1,1%, su mayor caída desde mayo de 2020. Para agosto, el mercado espera que comiencen los registros negativos de Imacec, los cuales se extenderían incluso hasta bien entrado el próximo año.
La economía entró derechamente a su proceso de desaceleración o ajuste, dejando atrás las altas tasas de crecimiento que exhibió durante buena parte de 2021 y que se extendió hasta el primer semestre de este año. El aterrizaje ya está en marcha. La primera señal se dio en el crecimiento de junio con un alza de 3,3% y ahora en julio ese frenazo se aceleró.
De acuerdo al Banco Central, la actividad económica se expandió apenas 1% en el séptimo mes del año, su nivel más bajo desde principios de 2021. A su vez, la serie desestacionalizada cayó 1,1% respecto del mes precedente, la mayor baja desde mayo de 2020, en los peores meses de la pandemia.
Con ello, el índice desestacionalizado llegó a su menor registro desde julio de 2021. Además, el indicador ajustado por estacionalidad registra caídas mensuales en siete de los últimos ocho meses (salvo marzo), es decir, cada mes la economía está más baja que el mes anterior.
En el detalle de la variación interanual, se menciona que el aumento del Imacec se explicó principalmente por las actividades de servicios que crecieron 6,3%, resultado explicado principalmente por el desempeño de los servicios personales, en particular de salud. También destacó el aporte del transporte y de los servicios empresariales.
En contraste, el comercio y la minería cayeron, compensando parcialmente el resultado anterior. El primero se contrajo 11,1%, resultado explicado por todos sus componentes. Destacaron las menores ventas minoristas en establecimientos especializados de vestuario, calzado, equipamiento doméstico, en grandes tiendas, y las mayoristas de maquinaria y equipo, y enseres domésticos. El segundo retrocedió 6,4%.
En tanto, la caída del Imacec en términos desestacionalizados fue incidida por los servicios y la minería.
Los economistas coinciden en que ya la desaceleración llegó e incluso resaltan que se acentuó con la caída de 1,1% que registró la actividad en términos desestacionalizados. “Se confirma y agudiza, sobre todo al observar la significativa caída del Imacec de 1,1% en su medición mensual. Que el crecimiento anual haya sido positivo fue un accidente meramente estadístico”, afirma el economista de Euroamerica, Felipe Alarcón.
Felipe Ruiz, economista de Bci, puntualiza que “en este registro, se reconoce una contracción algo más marcada de lo anticipado en la minería y en el consumo, siendo este último un reflejo de la recesión esperada para la demanda interna”.
En Scotiabank argumentan que el bajo Imacec se debió, “en parte, al bajo dinamismo de servicios personales, especialmente salud y educación, que junto con la menor demanda por atenciones de salud en el mes sufrió el efecto de una semana adicional de vacaciones de invierno en los colegios”. Y agregan que “el ajuste a la baja de la actividad sigue siendo saludable, condicional a que se respete la consolidación fiscal este año, en un contexto de fragilidad económica y un mercado laboral que está mostrando un menor dinamismo”.
Priscila Robledo, economista jefe en Fintual, destaca en su análisis que la caída desestacionalizada de 1,1% que tuvo la actividad es “la mayor desde el impacto inicial de la pandemia en marzo-mayo de 2020, y es también mayor que el -0,5% que esperaba el consenso de los analistas”. En ese sentido, añade que “no hay razones para esperar que esta tendencia cambie. Probablemente veamos que esta debilidad se prolonga por lo que queda del año y principios del siguiente”.
Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa, pone el acento en lo que sucedió “con servicios y comercio, puesto que eran estos los sectores que mostraban mayor resiliencia”, situación que ahora comenzó a cambiar.
¿Cómo seguimos?
“Lo peor está por venir”, dicen en Scotiabank. Explican que “el exceso de liquidez que había en el primer semestre ya fue utilizado y el mercado laboral ha perdido dinamismo en lo más reciente. A partir de agosto, la actividad económica comenzará a mostrar caídas interanuales que se extenderían al menos hasta la segunda parte del próximo año”.
La visión mayoritaria entre los expertos es que julio fue el último mes en mostrar cifras positivas, y que desde ahora sólo se verán registros negativos, tanto anuales como mensuales.
En Santander prevén una caída en agosto. “Los sectores ligados al consumo seguirán retrocediendo conforme los ingresos laborales se han debilitado, el exceso de liquidez ha sido drenado y el crédito sigue muy castigado”, dicen. Argumentan que “los sectores asociados a la inversión también tendrán disminuciones por cuanto este componente de la demanda sigue muy castigado”.
Así, la variación mensual que esperan en términos desestacionalizados es -0,5% y con ello, la variación anual del Imacec sería en torno a -1,5%, la primera cifra negativa desde la pandemia. “De ahí en adelante, veremos tasas negativas hasta, por lo menos, la segunda parte del próximo año”, puntualizan.
Felipe Alarcón espera una contracción de 1,3% y Pavel Castillo, gerente Intelligence en CORPA, menciona que luego de este Imacec se ajustó a la baja las expectativas para agosto. Ahora esperan una caída de 1,2% en 12 meses.
Felipe Ruiz, por su parte, prevé registros negativos para los próximos meses en términos anuales y “el crecimiento PIB del tercer y cuarto trimestre se ubicaría en torno a -2%, respectivamente”.
Juan Ortiz, economista senior del OCEC-UDP, menciona que esperan que en lo que queda de este año “las cifras interanuales sean negativas como resultado de la alta base de comparación y el proceso de desaceleración marginal de la actividad mes contra mes”.
Pincheira subraya que la variación de julio habría sido la última positiva de este ciclo, ya que para agosto proyecta una contracción de la actividad que se ubicaría en el rango -2% y -1,5%. “Los registros negativos continuarían hasta fin de año, pudiendo extenderse hasta incluso el tercer trimestre de 2023″, dice.
De esta manera, ya es un hecho de que el tercer trimestre la economía anotará su primera caída desde el tercer trimestre de 2020, cuando la actividad se contrajo 9,2%. Luego, en 2021, los registros mostraron altas tasas de expansión, llegando a un peak de 18,9% en el segundo trimestre del año pasado.
Si bien ya en el primer y segundo trimestre de este año las cifras fueron sustantivamente menores a las registradas en 2021, con tasas de crecimiento de 7,4% y 5,4%, respectivamente, para el tercer cuarto del año las previsiones se mueven entre -0,9% y -2%.
El más pesimista es Ortiz, quien tiene en su escenario base una caída de la actividad entre 1% y 2%. Felipe Ruiz, espera una caída cercana a 1% y Alarcón una contracción de 0,9%. De esta manera, las expectativas para el año ya se van consolidando en un nivel cercano a 2%.
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