La economía de Brasil registró su mayor contracción mensual desde marzo de 2021, debido a que los efectos de las agresivas alzas de tasas de interés comienzan a repercutir en el país más grande de América Latina.

El índice de actividad económica del banco central, un referente del producto interno bruto, cayó 1,13% en agosto con respecto al mes anterior, por encima de la estimación mediana de una contracción de 0,70% de los analistas encuestados por Bloomberg. En la comparación interanual, la actividad se elevó un 4,86%, informó este lunes la autoridad monetaria.

El mes pasado, los encargados de política monetaria dirigidos por Roberto Campos Neto pusieron fin a un ciclo de ajuste que sumó 11,75 puntos porcentuales a los costos de endeudamiento en un año y medio para combatir una creciente inflación. La junta del banco señaló que mantendría las tasas estables mientras una esperada crisis económica ayuda a desacelerar los precios al consumidor.

Los precios al consumidor cayeron por tercer mes consecutivo en septiembre debido a recientes recortes de impuestos, y la inflación anual disminuyó a 7,17%. El sábado, Campos Neto dijo que la dinámica del costo de vida está mejorando, aunque es demasiado pronto para celebrar.

En una encuesta semanal del banco central publicada el lunes, los analistas redujeron su estimación de precios al consumidor para 2022 por decimosexta semana consecutiva, a 5,62%. Los encargados de política monetaria apuntan a una inflación anual de 3,5% para este año y de 3,25% para 2023.

Los brasileños acudirán a las urnas el 30 de octubre para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre el mandatario actual, Jair Bolsonaro, y el exjefe de Estado Luiz Inácio Lula da Silva.