El producto interno bruto (PIB) español registró en el tercer trimestre un crecimiento del 16,7% por ciento en comparación con el periodo abril-junio, el mayor avance trimestral de su historia, pero registró todavía un descenso del 8,7% en comparación con el mismo periodo de 2019 debido a la crisis sanitaria del coronavirus.

Los analistas habían previsto un avance intertrimestral del 13,5% y una caída interanual del 12,2%, según una encuesta de Reuters.

Según datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE), la contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB fue de −7,8 puntos, 11,0 puntos superior a la del segundo trimestre.

Por su parte, la demanda externa presentó una aportación de −0,9 puntos, 1,8 puntos superior a la del trimestre pasado.

En el segundo trimestre, gran parte del cual transcurrió bajo un severo confinamiento en España para contener el brote de COVID-19, la economía cayó un 17,8% trimestral y un 21,5% interanual, las mayores caídas del PIB en los registros.

Pese a la mejoría observada el tercer trimestre, la ministra de Economía, Nadia Calviño, reconoció recientemente que la reactivación se frenaría en el cuarto trimestre como consecuencia de las nuevas medidas aplicadas, incluidos confinamientos parciales en diversas regiones, para frenar la segunda ola de coronavirus en Europa.

La brutal recesión en la que se encuentra la economía española ha provocado un drástico descenso en el empleo y el consumo, castigando con especial dureza al sector servicios por las restricciones anti-COVID, y en concreto al turismo, que antes de la epidemia representaba algo más del 10% del PIB nacional.

El fin del confinamiento en junio permitió una recuperación del mercado laboral, como se observa en el informe del viernes del INE, que muestra que el empleo de la economía, en términos de horas trabajadas, registró un crecimiento intertrimestral del 24,7%.

El Gobierno español espera que la economía se contraiga un 11,2% en el conjunto de 2020 para repuntar un 7,2% en 2021