La economía estadounidense creció más rápido de lo esperado en el segundo trimestre, pero la inflación se desaceleró, lo que deja intactas las expectativas de un recorte de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en septiembre.

El Producto Interno Bruto (PIB) aumentó a una tasa anualizada de 2,8% el segundo trimestre, informó este jueves la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio en su estimación adelantada. Los economistas encuestados por Reuters habían previsto un crecimiento del PIB de 2%.

Las estimaciones oscilaban entre el 1,1% y el 3,4%. La economía se expandió a un ritmo del 1,4% en el primer trimestre.

Los funcionarios del banco central estadounidense consideran que un ritmo del 1,8% es la tasa de crecimiento no inflacionaria.

La economía, que sigue superando a sus homólogas mundiales a pesar de las fuertes alzas de tasas de la Reserva Federal en 2022 y 2023, sigue apoyándose en un mercado laboral resistente, incluso cuando la tasa de desempleo ha subido a un máximo de 2 años y medio de 4,1%.

Inflación

El índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE), que excluye los volátiles componentes de alimentos y energía, aumentó un 2,9% tras haber crecido un 3,7% en el primer trimestre, una buena noticia para los responsables del banco central estadounidense de cara a su reunión de política monetaria de dos días de la semana que viene.

El llamado índice de precios PCE subyacente es una de las medidas de inflación que sigue la Reserva Federal para alcanzar su objetivo del 2%.

La Reserva Federal ha mantenido su tasa de interés de referencia a un día entre el 5,25% y el 5,50% durante el último año. Ha subido su tipo de interés oficial en 525 puntos básicos desde 2022. Los mercados financieros esperan tres recortes de tasas este año, a partir de septiembre.

Expectativas confusas

A pesar del sólido ritmo de crecimiento económico, las perspectivas para la segunda mitad del año son confusas. El mercado laboral se está desacelerado, lo que afectará a los aumentos salariales.

La tasa de ahorro está muy por debajo de su promedio anterior a la pandemia y los economistas estiman que el grueso de los aumentos de tasas de la Fed aún no se ha dejado sentir. Los ingresos de los gobiernos estatales y locales también se están desacelerando, lo que podría erosionar el gasto.

También preocupan los nuevos aranceles, que podrían hacer que las empresas adelanten sus importaciones si el expresidente Donald Trump vuelve a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre.

No obstante, no se espera una recesión, ya que este año se prevé una política monetaria más expansiva.