Incertidumbre es el concepto más repetido por Carolina Grünwald en su primera entrevista como economista jefe de Banchile Inversiones, cargo asumido el 8 de julio pasado, justo en el recrudecimiento de la guerra comercial entre EE.UU. y China y la desaceleración de la economía doméstica, con un 2019 que adelanta "está jugado" y un próximo año donde el escenario puede cambiar rápidamente.
¿Qué tan "jugado" está 2019?
-Creo que está jugado. Nuestro escenario base es de un PIB de 2,6% y eso implica que todos los Imacec que se publiquen hacia adelante estén en promedio en torno a 3,4%, lo que ya me parece bastante alto. No veo mucho más espacio para crecer este año. Ahora, adelantar la depreciación acelerada anunciada por el gobierno, la reintegración de la reforma tributaria y el impulso en inversión se verá en 2020. Este año ha estado muy impactado por la incertidumbre local e internacional.
¿Hay riesgo de un mayor deterioro en lo que queda de año?
-Estamos en un nivel de incertidumbre global altísimo, pero gran parte de ella, sus efectos financieros y en el comercio, están incorporados en el escenario base. Obviamente, con riesgo a la baja, porque no sabemos qué puede pasar por la cabeza de (Donald) Trump.
¿El Banco Central subestimó el impacto en la guerra comercial?
-No hablaría de equivocación, porque si se revisan los reportes de bancos internacionales, la guerra comercial estuvo detenida hasta agosto, en que la Reserva Federal no bajó la tasa en el nivel que Trump quería y él mandó un mensaje diciendo que iba a subir los aranceles a los bienes de consumo. Entonces, nada hacía prever que esta guerra se iba a intensificar. Además, estamos en un período de inestabilidad regulatoria: la reforma laboral no ha salido, tampoco la previsional y ambas apuntan a mayores costos laborales. Eso impacta al salario y al empleo.
El conflicto en Arabia Saudita por el atentado a la empresa Aramco, y su impacto en el petróleo, ¿viene a empeorar el escenario internacional?
-Lo más relevante es que este shock finalmente lo que hace es provocar más incertidumbre al ambiente, lo que no es un factor positivo para la inversión.
¿Cuáles serían los efectos concretos? ¿ mayor inflación desde octubre?
-Un alza en el petróleo impacta en la inflación rápidamente. Eso sería más inflación total. Ya el traspaso a la subyacente es de "segunda vuelta".
¿Cuál es la perspectiva para la tasa de política monetaria al cierre de 2019? Las tasas swap anticipan un nuevo recorte...
-Cuando uno lee el último comunicado de la Reunión de Política Monetaria como que "cantaron" la próxima baja. Nosotros incorporamos una rebaja hasta 1,75% y creemos que si el escenario se mantiene, vemos una baja más el próximo año. Así que el próximo año estaríamos en 1,5%.
¿Por un tiempo largo?
-Hablar de tiempo largo hoy es más aventurado, debido a la incertidumbre que existe.
¿Cómo se observa el escenario para 2020?
-Nuestra expectativa es un PIB de 3,2% con sesgo a la baja. Recortamos nuestras proyecciones de comercio internacional, la inversión ha sorprendido al alza y el consumo lo alineamos con el crecimiento del PIB.
¿Los ingresos fiscales seguirían golpeados por el menor precio del cobre?
-Tenemos efectos contrapuestos. Por una parte, efectivamente el precio del cobre ha caído bastante. En junio Hacienda estimaba un cobre en US$2,85 y hoy vemos que estaría del orden de US$2,70. Ahí hay 15 centavos menos, por lo tanto, significa menores ingresos para el país. Pero el presupuesto se hace en pesos, y tenemos un tipo de cambio bastante más alto y desde que se publicó el Informe de Finanzas Públicas ha subido $25. Si uno suma los dos efectos, el menor precio del cobre se puede amortiguar en 40%, por un mayor tipo de cambio. Afecta, pero menos que si el tipo de cambio no hubiese subido.
¿Cuáles son los riesgos?
-Hay factores externos e internos. Las elecciones en EEUU son en noviembre de 2020 por lo que ya deberíamos despejar harta duda, si es que no se despeja antes, porque el consumidor norteamericano ya se está quejando bastante con las políticas de Trump y él no querrá ver afectado a su electorado. Ahora, si vemos al mundo creciendo al 2% el próximo año -el BC lo ve en 2,9%-, complicaría a Chile y lo llevaría a expandirse bajo 3%. A nivel interno, está pendiente el tema regulatorio que afecta a las expectativas. Es decir, si alguien quiere abrir una fábrica y contratar a 100 personas, todavía no sabes cuánto te costará por el tema previsional, por las 40 horas, por sala cuna. Eso tiene que zanjarse lo antes posible para tener certeza.