Un sinceramiento es a juicio del economista jefe de Banco de Chile, Rodrigo Aravena, la rebaja que aplicó el gobierno a la estimación de crecimiento para este año, de 3,5% a un rango entre 3% y 3,5%. El peso de un primer trimestre débil, un mercado laboral que no se recupera como se esperaba y la guerra comercial son los factores que empujaron a un empeoramiento de las expectativas. En ese marco, Aravena sostiene que si la actividad no se acelera, la expansión puede ser incluso inferior a 3%, llevando además a que el Banco Central tenga que recortar su tasa de interés en la segunda mitad del año.

¿Le parece acertado el ajuste en las perspectivas de crecimiento que señaló el Presidente en la cuenta pública?

-La rebaja es un sinceramiento. Las cifras del primer trimestre dejaron en evidencia que la economía chilena tuvo una desaceleración, no solamente fuerte respecto del año pasado, sino que además mayor a la esperada. El 1,6% que creció la economía y, más importante, el crecimiento bajo 2% anualizado del PIB no minero, ponen la pista mucho más pesada para el año. Por ello, lograr un crecimiento de 3% es un desafío no menor, porque implica crecer a tasas anualizadas de cerca de 4% el resto del año o entre abril y diciembre a tasas mensuales del 0,4%.

¿Cómo se logra esa aceleración?

-Llegar a ese nivel implica alguna recuperación del consumo, que hoy con las condiciones del mercado laboral no es obvio, y una aceleración mayor de inversiones, con la entrada de nuevos proyectos, en especial de infraestructura, los cuales son bastante intensivos en mano de obra.

A medida que se vayan implementando esos proyectos, tendremos no solo buenas noticias en términos de acumulación de capital, sino que también podría existir alguna externalidad positiva sobre el mercado laboral y eso podría darle más sostenibilidad al crecimiento.

Algunos creen que se crecerá menos de 3%. ¿Es posible?

-El crecimiento de 3% de este año implica una recuperación no menor. Crecer bajo 3% hoy día es una posibilidad cierta, aunque para nosotros no es el escenario más probable. Esperamos que la economía crezca este año 3%.

¿De qué depende?

-Pequeñas cosas, como un deterioro adicional de las condiciones externas, puede ser determinante para que Chile crezca menos de 3%. Lo mismo podría ocurrir en caso que no se materialicen nuevos proyectos de inversión. Si hacia comienzos de año el crecimiento más razonable era 3,5% con un piso de 3%, claramente las cosas se han movido medio punto para abajo. Hoy debemos estar más abiertos que nunca a la posibilidad de que el crecimiento de este año no llegue al 3%, no es para nada descartable.

¿A qué atribuye la baja en las perspectivas económicas?

-Una parte importante se relaciona con la guerra comercial. De hecho, el crecimiento de prácticamente todos los países exportadores e intensivos en commodities se desaceleró el primer trimestre. Hay que tener presente que no solo estamos hablando de cambios de aranceles, sino de medidas como las de EEUU contra empresas en particular o que China puede poner barreras a las exportaciones de tierras raras con consecuencias insospechadas.

¿Hay factores internos?

-La otra parte importante es local. Los supuestos de trabajo que tenía el Informe de Política Monetaria (IPoM), del segundo semestre del año pasado, se basaban en que el mercado laboral tenía un rezago con respecto al crecimiento, pero que después iba a empezar a aumentar la creación del empleo, dando sostenibilidad al consumo. Eso no ha pasado, debido -por ejemplo- a los cambios que ha tenido la composición demográfica, como el rol de los inmigrantes que aumenta la oferta de trabajo, pero tiene impacto de corto plazo en salarios, y al progreso tecnológico como la automatización.

¿El "obstruccionismo" que acusó el Presidente pesa en el menor crecimiento?

-Ese debate no se debe enmarcar en el crecimiento de este año, sino que de largo plazo, porque una parte importante de eso ya está jugado. Puede haber una diferencia entre 2,8% o el 3,2%, pero no más que eso. Lo que no da lo mismo, es tener un PIB tendencial de 3% o de 3,5%.

El gobierno anticipa un 3,4% para 2020. ¿Es razonable?

-Es razonable una cifra sobre 3%. Nosotros tenemos 3,2%. Eso dependerá, nuevamente, de la inversión y además de la respuesta del Banco Central, así como de que el conflicto comercial no escale mucho más.

¿Qué respuesta espera del Banco Central?

-Una economía que tiene una desaceleración mayor a la esperada, con mayores brechas, en un esquema de políticas como el de Chile, la primera línea de defensa es la política monetaria. Por lo tanto, la probabilidad de recortes de tasas ha ido aumentando de manera importante. Si en los próximos meses no tenemos señales robustas de actividad, la baja podría ocurrir el segundo semestre de este año.