Aunque Rodrigo Aravena, economista jefe del Banco de Chile, reconoce que el presupuesto presentado ayer por el presidente Sebastián Piñera todavía es expansivo, celebra la tendencia hacia un crecimiento más acotado del gasto. Desde su punto de vista, el aumento de 3% permitirá reducir el déficit y, en el largo plazo, evitar futuros deterioros de la clasificación crediticia nacional.
Adicionalmente, Aravena considera equivocado el enfoque de quienes piden un aumento mayor para impulsar la economía, porque a su juicio los desafíos del país son de "capacidad de crecimiento", lo que se juega fuera de la política fiscal.
¿Qué le parece el aumento de 3% del gasto fiscal propuesto para el presupuesto 2020?
La cifra de 3% es bastante razonable, en línea con el compromiso fiscal del gobierno de mediano plazo que es el de reducción de los niveles de deuda, algo que no podemos perder de vista. Representa una política fiscal que todavía es expansiva, pero menos expansiva que el año pasado. Es importante tener en consideración que este año el gasto fiscal en promedio ha crecido un 3,4% y el gobierno, en el último informe de finanzas públicas había ajustado esta estimación a un 4% para su conjunto.
¿Le preocupa el equilibrio fiscal considerando que el gobierno estima un rango de crecimiento de 3% y 3,5%?
La economía chilena sigue teniendo déficit, sigue teniendo un gasto que crece más rápido que la economía y probablemente, más rápido que los ingresos. Sin embargo, la expansión la podemos justificar porque la economía chilena todavía tiene holguras de capacidad, todavía tiene un nivel de PIB que es inferior al potencial, por lo tanto aún podemos tener una política fiscal expansiva.
Hay quienes consideran que un presupuesto más expansivo podría impulsar el crecimiento. ¿Qué le parece?
No le podemos pedir más a la política fiscal de lo que está dando hoy. El desafío del crecimiento de Chile es uno de capacidad de crecimiento y eso no se soluciona con política fiscal. Hay que enfocarse en otros temas, como el laboral o como los presentados por el ministro ayer, de impulsar el crecimiento a través de la oferta, de la productividad.
No caigamos en la trampa de pedirle a ala política fiscal más de lo que puede dar. La política fiscal hoy día tiene que cumplir el compromiso de largo plazo de reducir el nivel de déficit.
¿Cuál es su análisis en torno a la tendencia a largo plazo del gasto fiscal?
Este 3% nos dice que la política fiscal va siendo cada vez menos expansiva y eso es algo positivo, considerando que en el largo plazo el principal desafío es reducir el déficit fiscal y cumplir el compromiso de mediano plazo, que se anunció a principios de este gobierno.
Aquí no hay espacio para aumentar el gasto más rápido. Es más, lo que hay que preguntarse qué hay que realizarse es de qué manera en los próximos años hay que seguir reduciendo el crecimiento del gasto fiscal. El principal objetivo en el mediano plazo es estabilizar la deuda fiscal, para no tener nuevos deterioros en la clasificación crediticia y la única forma de hacerlo es bajando el déficit, lo cual es consistente con un crecimiento más bajo del gasto.