Su proyección para el crecimiento de la actividad se ubica por debajo del consenso del mercado y de la última actualización que realizó el Fondo Monetario Internacional (FMI) que esperan una expansión de 4%. "En Itaú estimamos un crecimiento de 3,8%, aunque tras la sorpresa del Imacec de julio, no podemos descartar que éste llegue a ser algo mayor", precisa el economista jefe de Itaú, Miguel Ricaurte.
En su análisis comparte las perspectivas de expansión que el FMI entregó para los próximos años llegando a 3% al 2021, debido a la ausencia de reformas estructurales que permitan elevar la capacidad de crecimiento del país.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó un crecimiento de 4% para este año, en línea con el mercado, pero se ubicó en el piso del rango del Banco Central de 4% y 4,5%, ¿usted está más cerca de la proyección de 4% o del Banco Central?
-Dados los datos de crecimiento de la primera parte del año, el 4% para el año completo que se compara con el 3,8% estimado anteriormente no parece estar fuera del ámbito de lo posible.
Hay que recordar que el FMI no había revisado proyecciones de crecimiento desde la actualización del informe económico mundial (WEO, por sus siglas en inglés) de julio, antes de que se conocieran las cifras del segundo trimestre. En Itaú estimamos un crecimiento de 3,8%, aunque tras la sorpresa del Imacec de julio, no podemos descartar que éste llegue a ser algo mayor.
Para los años siguientes, el FMI prevé un crecimiento decreciente hasta llegar a 3% hacia 2021, ¿cuál es su visión al respecto?
-Lo que el FMI estaría viendo es que tras cuatro años de bajo crecimiento, las tasas de expansión de la actividad estarán sobre el potencial para cerrar la brecha de actividad que se generó. Sin embargo, que el FMI proyecte menor crecimiento para los próximos años es coherente con la falta de reformas estructurales. Por ello, el crecimiento retornaría hacia niveles coherentes con el potencial el que estimamos entre 3% y 3,5%, una vez que la brecha del producto se haya cerrado, algo que es parte de nuestro escenario de mediano plazo para Chile.
¿Si no se hacen cambios estructurales el país crecerá más cerca de 3%?
-Bajo condiciones particulares como, por ejemplo, otro boom minero, podríamos ver crecimientos mayores, al menos por un período de tiempo. Sin embargo, difícilmente se puede aspirar a mayores tasas de crecimiento de manera sostenida sin cambios estructurales relevantes.
Anuncios en materia tributaria son buenas noticias en el corto plazo, pero hacia adelante es necesario resolver problemas como la baja productividad de los factores de producción, tanto por la presencia de ineficiencias normativas como por la baja inversión en innovación, y la baja competencia en distintos mercados. Sólo así podremos aspirar a impulsar el crecimiento de la productividad de manera sostenida y acercarnos a niveles de ingreso y de desarrollo mayor en las siguientes décadas.
¿Qué es lo que está viendo el Banco Central que no lo logra ver el mercado?
-En el análisis del Banco Central estaría pesando mucho el buen desempeño entre enero y julio de la economía, y menos un escenario de menor crecimiento mundial (con menores precios del cobre) respecto de lo que estima el mercado.
¿Fue optimista el BC?
-Difícil hablar de optimismo en esta coyuntura. La justificación que usó el Central para revisar proyecciones fue el mejor desempeño respecto del esperado en el segundo trimestre, más que optimismo respecto de lo que vendría.
¿El escenario internacional podría complicar en mayor medida el crecimiento del país?
-Indudablemente, pero más bien hacia 2019, pues el grueso del año 2018 ya está jugado.
El ex vicepresidente del BC, Jorge Desormeaux dijo que la holguras de capacidad no se han cerrado a diferencia de lo que dijo el BC, ¿cuál es su lectura al respecto?
-Como hemos dicho desde la publicación del Ipom, somos de la opinión que las brechas de capacidad serían mayores (más negativas) que lo que estimado por la autoridad monetaria. Las señales en este sentido abundan: bajo crecimiento de los salarios, tibia recuperación del mercado laboral, baja inflación subyacente.
También señaló que el mercado laboral está débil y que eso explica la desaceleración del comercio, ¿cuál es su visión?
-Dada nuestra visión constructiva respecto de las negociaciones en materia comercial, vemos espacio para que hacia fin de año baje la tensión, suba el cobre y recupere terreno el peso.
Sin embargo, puesto que ha aumentado el riesgo de una guerra comercial de amplia escala, es muy probable que el dólar transite por niveles elevados por varias semanas o inclusive, meses. Esto debería llevar a un alza de la inflación transable, primero por combustibles, más tarde por precios de otros bienes importados. Lo segundo ocurrirá con ese desfase habitual de 6 a 12 meses.
¿Cuál es su perspectiva para la política monetaria? ¿ve espacio para que el BC deba subir la tasa de interés en diciembre o debería esperar?
-Si el escenario global lo acompaña, están los elementos para que parta un ciclo gradual de normalización en diciembre, pero no antes.
¿El BC no debería apresurarse y esperar mejor antes de actuar?
-El BC no se rige por compromisos, sino por respuestas óptimas dado el contexto económico. No dudo que si el escenario internacional permanece tensionado, el Central ajustará el momento de inicio de las alzas de tasas.
¿Cuál es la trayectoria de alza de tasas de política monetaria que espera?
-Un ciclo gradual de cuatro alzas para 2019 es plausible en el escenario base en que se moderan los riesgos del escenario internacional
¿Cuál es su perspectiva para el escenario externo del próximo año?
-Si las tensiones comerciales se moderan, el mundo crecería 3,6% en 2019 versus el 3,9% de este año. Estados Unidos moderaría su crecimiento a 2,4% desde 2,8% al igual que China y Europa.
De seguir escalando la guerra comercial, el mundo crecería unos 0,8 puntos porcentuales menos, pues la imposición de aranceles afectaría el crecimiento, principalmente de China (-0,9pp) y Europa (-0,8pp), y en menor medida de EE.UU. (-0,4pp), el menos expuesto de los tres al comercio internacional.
Sobre la reforma tributaria, el FMI valoró que se avance a un sistema integrado, ¿es un respaldo al proyecto del gobierno?
-No veo que se esté dando un espaldarazo al proyecto tributario del gobierno, pues el FMI no suele inmiscuirse en discusiones políticas domésticas. Lo que sí hace el comunicado es destacar las virtudes y limitaciones de la iniciativa legal. En particular, se enfatiza el esfuerzo del ejecutivo por hacer que la reforma sea neutral en términos de recaudación.
Sin embargo, el FMI deja entrever que hay tarea por hacer en cuanto a elusión tributaria cuando dice que se debería fortalecer aún más al SII, así como que se debe explorar medidas alternativas que mejoren la recaudación, considerar el aumento de la base tributaria, revisar la extensión de la cobertura del IVA y ajustar impuestos específicos.