De vez en cuando la opinión de Oscar Guillermo Garretón irrumpe en la opinión pública con algún análisis crítico de la situación actual del país. En esta oportunidad, el histórico militante del Partido Socialista (PS), ex subsecretario de Economía del Presidente Salvador Allende y fundador del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) salió a criticar la forma en que la ex Nueva Mayoría está haciendo oposición. A su juicio, es una manera obstruccionista que conduce a que la ciudadanía gire más hacia la derecha. En su análisis señala que no puede entender por qué se sigue defendiendo una reforma tributaria que tuvo un "abrumador" rechazo de la ciudadanía y que, por lo demás, no afectó al 1% más rico de la población, sino que a todos los sectores y en especial a los más pobres.
En el ámbito político propiamente tal, Garretón puntualiza que le preocupa que lo que reúna a la centroizquierda sea sólo ser oposición: "Me preocupa que aparezca una parte del Congreso buscado mayorías sólo para bloquear o intervenir ya sea al Ejecutivo o el Poder Judicial. Eso le puede hacer daño al país y a la institucionalidad".
La ex Nueva Mayoría anunció que iba a evaluar la idea de legislar la reforma tributaria y esta semana rechazaron el proyecto de salario mínimo, ¿cuál es visión sobre el comportamiento que está teniendo la oposición?
-La oposición está haciendo esfuerzos indecibles por echarse encima a todo el país productivo, tanto trabajadores como empresarios, pequeños y grandes, porque hay una conciencia mayoritaria en el país y que se refleja en las encuestas que la reforma tributaria del gobierno de Michelle Bachelet fue mala. Además no afectó sólo al 1% más rico del país, sino que a los sectores más pobres.
Cualquier economista sabe que en una economía concentrada cuando se afectan los precios de los productos eso se traspasa a consumidores y por ello, son los pobres los que terminan pagando, pero parece que eso no les importa mucho.
¿Con este cuadro de enfrentamiento político, ¿quién logra mayores réditos?
-Si uno pensara en pragmatismo político y no bienestar del país, la derecha debería estar mirando con entusiasmado esta actitud de la oposición, porque empuja a una mayoría productiva, empresarios y trabajadores más hacia la derecha.
Uno de los argumentos que se ha entregado para rechazar la propuesta del gobierno es porque beneficia a los sectores de mayores ingresos, ¿es correcta esa apreciación?
-Eso no es cierto. Una parte significativa de la reforma se pagó con impuesto a bebidas alcohólicas e impuesto a la vivienda y eso afecta a los sectores de menores ingresos. Entonces, el grueso de esa reforma aunque formalmente estaba orientada a los sectores más ricos la terminaron pagando todos los sectores y en especial los más pobres. Además cuando se anunció la reforma tributaria de inmediato se frenó la inversión, y nunca en esos cuatro años volvió a crecer nuevamente. Se dijo que esta reforma no iba a afectar el crecimiento y que en 2017 estaríamos con un Producto
Interno Bruto de 4%. Todos sabemos que no llegamos ni al 2% lo que tiene efectos directos en las personas.
¿Es un slogan seguir manteniendo que la reforma de Bachelet afectó a los sectores de mayores ingresos?
-En septiembre de 2014, la inflación en doce meses llegó 5,69% que es una barbaridad, porque eso significa que todas las deudas en UF se ajustaron en ese valor. Coincidencia o no, desde octubre de ese año la gente comenzó a rechazar la reforma de Bachelet y nunca más la ha dejado de rechazar. Entonces insistir con que eso fue correr el cerco a la izquierda, más bien se corrió para el otro lado.
¿A qué se refiere con eso?
-En 2014 envíe por escrito al PS una carta señalando que la reforma estaba mal hecha y que iba a tener impacto negativos en la economía. Una de las cosas que me tranquilizó es que a partir de octubre de 2014 fui parte de esa mayoría del país que rechazaba esa reforma, por ello ahora insistir con una reforma que la mayoría del país rechazó es algo que no le ayuda a la izquierda, sino que ayuda a Chile Vamos y el Presidente Piñera.
¿Qué debería hacer el gobierno para enfrentar este debate?
-Me cuesta pensar que toda la oposición sea tan ciega para no darse cuenta que está generando una fosa con su actitud. Espero que no terminen rechazando la idea de legislar y manteniendo casi por un capricho loco el sistema tributario actual. Transformar el sistema semi integrado como el sistema de la revolución tributaria y el sistema integrado como reaccionario para los ricos puede servir para algún cazabobos, pero la verdad es que para alguno que piense un poco sabe que eso no es cierto. La diferencia entre el integrado y el semi integrado no es un problema de que los ricos paguen menos. Si quieren que paguen más se puede subir la tasa de primera categoría. No hay ningún sistema en sí mismo que está condenado a favorecer a uno u otro sector. Lo importante es la simplificación.
Pero, entonces, ¿por qué cree que la oposición sigue defendiendo esa reforma?
-Sería sensato que habiendo una gran cantidad de economistas en la centroizquierda, se convoquen a los que no estuvieron en el proceso pasado que hicieron esta reforma que falló, porque hoy no están defendiendo una buena reforma, sino que lo que hicieron. Lo segundo es que esto de negarse a discutir cualquier tema que hizo Bachelet es una mala política de la oposición. Si al menos estuviera defendiendo algo que tuvo un apoyo abrumador yo lo entendería, pero lo que defienden es algo que tuvo un rechazo en las elecciones. Por un mínimo de respeto a la gente, deberían abrirse a discutir y no cerrarse como si fuera un legado glorioso.
Considerando el nuevo espectro político, ¿ve que faltan mejores liderazgos en el Parlamento?
-Tengo la impresión de que la gente ha ido tomando distancia de la política y eso hace que en general el mundo de la política termine discutiendo entre ellos que con el conjunto de la ciudadanía.
Lo que ocurre más allá de la calidad de la política misma, es la comunicación con la ciudadanía, y la política está hoy día más encapsulada en sí mismo.
¿Cuál debería ser la estrategia que debería utilizar el gobierno?
-El gobierno está haciendo lo que debe hacer. No debe reducir la recaudación, porque hoy día el déficit fiscal es alto; hay que cuidar la inversión y el empleo, la anterior reforma fue anti inversión y empleo, por ello es necesario tener una reforma que encuentre los mecanismos para cuidar ambas variables. Y el tercero es la simplificación del sistema tributario.
De acuerdo con el proyecto de ley, ¿le parece que los cambios van en la dirección de simplificar el sistema y de incentivar la inversión?
-Lo que pasó con la economía no fue sólo por la reforma tributaria, pero sí tuvo incidencia y apareció claramente desde que se anunció a fines de 2013 con un impacto en la inversión. Eso hay que corregirlo. Tenemos una ciudadanía lo suficientemente madura para no perderse con consignas vacías y por ello no basta con decir que se está con el pueblo para que eso se crea. Hoy hay menos partidismo. El problema de la política es que tiene que haber alguna relación entre lo que dicen y lo que ocurre. Hay una cierta exigencia de la ciudadanía con la política.
¿El establecer un sistema integrado es positivo para la inversión?
-La reforma tributaria instauró una maraña de disposiciones que en general las grandes empresas lo único que han hecho es pagarle más a auditores y tributaritas, pero eso no está al alcance de las pymes, y por ello los grandes perjudicados han sido los contribuyentes y el Servicios de Impuestos Internos (SII) que ha tenido que elaborar una serie de resoluciones para interpretar la ley. Si hay algo que puede ayudar a la economía es que los sistemas tributarios sean simples y que la gente que tenga que pagar impuesto no tenga que vivir para saber qué es lo que tiene que pagar.
Simplificar el sistema es una necesidad y un derecho para no tener que dedicar su trabajo a responder papeles.
"Hay más condiciones políticas para que el centro ciudadano gire a la derecha más que a la izquierda"
En el ámbito más político, ¿qué le pasó a la Nueva Mayoría o a la izquierda que dejó de representar las mayorías ciudadanas?
-Cuando uno mira todos los indicadores macroeconómicos y sociales de la Nueva Mayoría y se compara con los 25 años anteriores de la Concertación vemos que todos son malos, y ahí se produce un distanciamiento de la gente con la Nueva Mayoría.
¿Se movió a la derecha el país?
-No creo que la gente se haya acercado más a la derecha, sino que tomó distancia de la política y en ese cuadro se preocupa mucho más de lo que se ofrece y que cumplan con lo que se ofrece y en ese sentido, toda nuestra sociedad tiene mayor discernimiento entre lo que le dicen y lo que termina pasando.
¿Detrás de la derrota y de la situación actual de la izquierda hay un problema de credibilidad?
-Ha habido una decepción muy grande de la política y en el caso de la elección presidencial, tal como lo mencioné, no es que la gente se haya hecho más de derecha, sino que con la elección se buscó que terminara algo que no era agradable. Y por eso se dio una situación particular, ya que se terminó votando más por la izquierda (Frente Amplio) y por la derecha, pero preferente por la derecha. Nunca en toda la historia de la izquierda chilena había surgido una fuerza política importante por su flanco izquierdo.
¿Y a qué atribuye eso?
-La gente quería discontinuidad en el gobierno. Lo que quería era que no siguiera la Nueva Mayoría. Y eso se reflejó en que en segunda vuelta varios votos de Beatriz Sánchez se fueron a Sebastián Piñera.
¿La ciudadanía es menos partidista y menos ideologizada?
-Estamos viviendo una etapa de cuadro político cambiante, no sólo de izquierda o derecha, sino que todo el cuadro. No es una cosa que haya terminado, sino más bien está en curso. Ahora, si la oposición sigue en esta línea la actitud de bloqueo se están generando todas las condiciones para que la votación no política más moderada termine acercándose a Chile Vamos.
¿Dentro de la ex Nueva Mayoría no hay discursos comunes o un proyecto que los una?
-Me preocupa que aparezca una parte del Congreso buscado mayorías sólo para bloquear o intervenir ya sea al Ejecutivo o el Poder Judicial. Eso le puede hacer daño al país y a la institucionalidad. Los juicios y pedidos de renuncias son la única característica notoria que une a la oposición, no hay ninguna idea que los convoque. No hay ninguna visión de futuro y eso les terminará pasando la cuenta.
Con este escenario que describe es más factible que se mantenga en el gobierno la derecha o hay opción de una rearticulación de la izquierda?
-Si la elección fuera mañana ganaría nuevamente la derecha, qué pasará en 4 años es mucho más difícil de predecir. Sin embargo, hoy el cuadro político está dando más condiciones para que el centro ciudadano gire más a la derecha que a la izquierda. Eso es lo que veo hoy en día.