El Imacec del último mes del año pasado enfrío un tanto las expectativas de crecimiento de la economía de los expertos. En diciembre de 2023 Ia actividad económica se contrajo 1% y, con ello, el Producto Interno Bruto (PIB) del ejercicio habría caído 0,2% de manera preliminar. Este resultado generó dudas sobre la velocidad de la recuperación económica para este año.
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De hecho, las expectativas para el PIB de 2024 son diversas: por una parte, el Banco Central tiene un rango de entre 1,25% y 2,25%, mientras que Hacienda prevé un alza de 2,5%, y el mercado, a través de la Encuesta de Expectativas Económicos (EEE), está en un promedio de 1,7%.
Tras el cierre del 2023, los economistas introdujeron un sesgo a la baja en sus perspectivas para el presente año, debido a que desde ya ven un inicio de la actividad más lento de lo previsto.
La primera señal que reflejará cómo está la economía será el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero, el que publicará el Banco Central el próximo viernes 1 de marzo. Y para ese indicador las apuesta, por ahora, son muy acotadas.
¿Qué explica este débil comienzo? Los economistas coinciden en que el comercio seguirá mostrando cifras bajas, sumado a que la inversión no da cuenta de señales claras de un mayor dinamismo. A ello se suma el lento traspaso que ha tenido la baja de la Tasa de Política Monetaria que ha impulsado el Banco Central,. en los créditos de consumo y de capital de trabajo
Así, de acuerdo a los expertos consultados, las previsiones para enero fluctúan entre -0,3% y hasta 1,6%, con un promedio de 0,3%. “En línea con la tendencia que vienen siguiendo los diversos sectores de la economía, esperamos que durante enero se mantenga un bajo dinamismo de la producción industrial y el comercio, toda vez que estos sectores fueron de los más golpeados durante 2023, en línea con una política monetaria fuertemente contractiva y bajos niveles de inversión que siguen limitando el espacio disponible para crecer”, sostiene la economista del OCEC-UDP, Valentina Apablaza.
Alejandro Fernández, economista de Gemines, prevé una caída de 0,3% en 12 meses y un leve crecimiento desestacionalizadao mensual, mientras que Tomás Flores, economista de LyD, anticipa una baja de 0,2% en el primer mes del año. “Es probable que la producción minera sufra una nueva caída, mientras que el comercio exterior exhibirá buenos resultados”, complementa.
Levemente menos negativo se encuentra el economista jefe de Fyna, Nathan Pincheira, quien dice que “preliminarmente proyectamos una variación nula para enero”. Para Pincheira, servicios tendrá la mayor incidencia positiva interanual, y sería compensado por una caída de la minería.
Víctor Martínez, director ejecutivo del CIES-UDD, anticipa que “con la información que existe hasta ahora, la expectativa para enero es una variación centrada en 0%. Esto, porque no se ha visto un cambio importante en el escenario externo, mientras que el escenario interno continúa con un consumo bajo, coherente con el control de la inflación que se vivió en 2023″.
Detrás de esta baja cifra el economista menciona que está el que “se seguirá viendo un consumo poco recuperado, el cual podría verse compensado por la producción manufacturera”.
En la parte alta de las expectativas está Juan San Martín, economista de Bci, quien tiene para el Imacec de enero un crecimiento anual de 1,6%, “explicado por una menor base de comparación y una aceleración de la actividad económica con respecto a diciembre”. En ese sentido, puntualiza que “los sectores más dinámicos durante enero serían servicios y manufactura, mientras comercio y minería tendrán un menor dinamismo”.
Trimestre bajo 2%
Debido a este lento comienzo de año, el Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre también registraría cifras modestas. Las expectativas fluctúan entre 0% y 1,8%, con un promedio de 1%. Y por lo mismo, la visión que está tomando forma entre los economistas es que la actividad económica este año no crecerá más allá de 2%.
En cuanto a la proyección del PIB trimestral, Alejandro Fernández espera un PIB de 0% y para el año una expansión de 1,5%, pero con sesgo a la baja. Un poco más arriba está Tomás Flores, con un PIB de 0,5% y también un resultado anual de 1,5%.
Luego aparece Martínez, quien prevé que el primer trimestre “será más lento, con un crecimiento entre 0,8% y 1%”. Menciona que “se espera una recuperación más avanzado el año, siempre que haya una mayor baja en las tasas y las condiciones fiscales e internacionales se mantengan”.
De esta manera, afirma que con la información actual se prevé un 2024 con baja inversión, con proyectos que seguirán estancados, además de una subejecución de la inversión pública. Esto sumado a que la reducción de la tasa de interés tenga impacto en la segunda parte del año. “Todo esto configura un escenario en que el crecimiento esperado del PIB de 2024 es un 2%, por lo que seguirá una economía con poca capacidad de generar empleo, y si bien creará menos empleos de los que se necesitan, el escenario será algo mejor a 2023 en que se observó una destrucción de empleos que cotizan todos los meses”, puntualiza.
Apablaza suma argumentos: “Esperamos que la actividad económica se mantenga débil durante los primeros meses del año, cerrando el primer trimestre con un crecimiento relativamente plano y adoptando un sesgo positivo que permita llegar a marzo con cifras positivas”.
Respecto a las expectativas para el año 2024, la economista menciona que “nuestra proyección apunta a un crecimiento de la actividad económica en torno a un 1,8%, en línea con una recuperación del comercio que irá revirtiendo su caída a medida que la política monetaria continúe volviéndose cada vez menos contractiva y esto permita relajar las condiciones crediticias de la economía”.
San Martín tiene en su escenario base un PIB para el primer trimestre de 1,7%, y de 1,8% para el año.