Si para el primer trimestre el mercado ya esperaba mayores presiones inflacionarias, ahora esa expectativa se refuerza aún más considerando los efectos que la lluvia causó principalmente en frutas y hortalizas lo que impactará en el registro de febrero.
Para enero, la expectativa apuntan a un rango entre 0,4% y 0,5%, mientras que para febrero antes de las lluvias se situaban entre 0,2% y 0,3%, sin embargo, ahora, las apuestas se sitúan más cerca de 0,4%, aunque algunos lo ven en torno al techo de 0,3%. Esto, a pesar de que en el sector agrícola por ahora descartan alzas de precios.
Las razones que explican este cambio de escenario son variadas, pero entre las principales, está el efecto en el precio de los alimentos de las lluvias, el que se sumó a lo que ya estaba internalizado por el mercado: los mayores recursos del segundo retiro del 10%, que sumado al primero provocaron un mayor impulso a la demanda interna, principalmente de productos de bienes durables, lo que está generando algunos quiebres de stock en productos del comercio como electrodomésticos y autos nuevos. A ello, se suma el precio de los alimentos, que se ha mantenido en niveles altos para la temporada.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados sostiene que “inicialmente la expectativa ya era alta por las gasolinas y por quiebre de stock y hoy día se suma este efecto de las hortalizas principalmente por lo que ahora todo indica que el IPC puede estar en 0,3% aunque sin descartar 0,4%”.
Tomás Flores, economista de LyD subraya que “dado que frutas y verduras frescas representan el 3,6% de la canasta del IPC y es probable que se observen alzas de más de 30% en esos productos, la variación del IPC en febrero subiría desde 0,2% a un rango entre 0,3 y 0,4% aproximadamente”.
Martina Ogaz, economista de EuroAmerica puntualiza que los forward de inflación al día de ayer ya tenían internalizado este efecto y por ello estiman una variación mensual de 0,37%. “Según nuestra estimación, los productos afectados se encontraran en frutas y verduras de estación, tomate y hortalizas”, acota.
Una visión distinta entregó el economista jefe de STF Capital, Sergio Godoy, quien indica que “no es tan claro que sea inflacionario. En particular, por un lado, la disminución de la oferta local de hortalizas podría elevar los precios en el corto plazo.
Sin embargo, las frutas de exportación afectada que no se puede exportar va a ser liquidada en el mercado local y esto tiende a bajar los precios”. Por eso espera un 0,2% para febrero.
Para marzo, la tendencia inflacionaria alcista se mantendría, pero por otros factores: el principal la reajustabilidad del ítem educación. Para este mes, los expertos esperan un rango entre 0,4% y 0,5%.
De concretarse estas proyecciones, el primer trimestre terminaría con una inflación acumulada del orden de 1% y, 1,3%.
“Todo el primer semestre la inflación estará influenciada por quiebres de stock, servicios restablecidos, ajustes de precios. Hacia la segunda parte debiese primar los aspectos más estructurales de la economía”, dice Rojas.
El economista añade que hasta el tercer trimestre es probable ver que la inflación en doce meses llegue a 3,5%, para luego comenzar a descender por razones estructurales a niveles más cercanos a 3%.