El próximo año ya se comienza perfilar como complejo en términos económicos. Si bien las perspectivas para la actividad económica son mejores y apuntan a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), los riesgos del escenario externo se han ido acrecentando. A ello se sumó la determinación que tomó la Agencia Global Standard and Poor’s, (S&P) la cual, si bien confirmó la clasificación crediticia de Chile en A, realizó un cambio en la perspectiva a largo plazo (outlook) de estable a negativo.

Esto anticipa que, si el país mantiene esta misma dinámica sin mejorar los reparos que hace la clasificadora, Chile podría reducir la clasificación de riesgo dentro de los próximos 12 a 24 meses. De hecho, la última vez que la entidad redujo la nota del país (marzo de 2021), lo hizo sólo 11 meses después de reducir la perspectiva a negativa (abril de 2020).

La entidad mencionó como razones para mantener el rating la sólida institucionalidad de Chile por sobre los pares de la región, el compromiso del gobierno con la consolidación fiscal, la flexibilidad de la política monetaria gracias a un tipo de cambio flotante, un Banco Central independiente con capacidad para revertir la inflación.

Sin embargo, respecto a la perspectiva a largo plazo, S&P explica que el cambio captura los riesgos que provienen de un debilitamiento de los consensos políticos en aspectos claves de la agenda política y económica, “las dificultades para empujar las propuestas legislativas se pueden traducir en el tiempo en un desempeño económico y perspectivas más débiles, así como en una mejora más lenta de las condiciones sociales. Además, un crecimiento estructural más débil continuará presionando el perfil fiscal y externo de Chile”, consigna el comunicado.

Ante este escenario que describe la clasificadora, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, enfatizó nuevamente que se necesita cerrar el pacto fiscal, ya que ahí hay medidas que van en línea de hacer frente a los repartos que hace la clasificadora. “Va a llegar el momento en que los partidos políticos tendrán que decir ok, estamos de acuerdo porque lo necesita el país y ese es nuestro temor, que no llegue ese momento, como ya ha pasado muchas veces, termina imponiéndose el temor a aparecer formando parte de acuerdos”, sostuvo el ministro a radio Infinita.

Marcel agregó que en “unas semanas más estarán todos los elementos sobre la mesa y ese es el momento de tener un acuerdo político (...) Tenemos la oportunidad de dar una señal muy potente para el país, para las empresas y para los trabajadores”.

Ministro Mario Marcel

Ya el jueves había señalado que “el principal riesgo que se identifica en este informe, citando textualmente, es que los conflictos políticos han enlentecido la aprobación de políticas significativas para estimular el crecimiento económico y reconstruir la resiliencia fiscal en Chile”.

En ese sentido, el secretario de Estado dijo que “estas son señales de alerta, que es importante que nuestros dirigentes políticos, nuestros parlamentarios y parlamentarias sean capaces de escuchar lo que nos están diciendo. Entre las medidas que este informe identifica como iniciativas que fortalecerían la situación económica de Chile y por lo tanto reducirían su riesgo, están las propuestas que son parte del pacto fiscal, referidas al estímulo al crecimiento, al fortalecimiento del cumplimiento tributario y al aumento en los ingresos fiscales para poder sostener gastos fiscales permanentes”, destacó el ministro de Hacienda.

Los economistas coinciden en que se debe buscar un consenso político para destrabar las reformas que apunten a mejorar la capacidad de crecimiento de la economía y terminar con las incertidumbres de mantener abierto los temas de las reformas.

Uno de ellos es Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, quien sostiene que “estoy de acuerdo que es necesario avanzar en un pacto fiscal, especialmente en aquello asociado a fortalecer la inversión. Es clave dar agilidad a los procesos de aprobación de proyectos de inversión y eliminar discrecionalidades”. Menciona que se debe aplicar, además, “beneficios tributarios para el desarrollo de nuevas inversiones que sería un ingrediente importante para dar un impulso al crecimiento, sobre todo con miras al largo plazo. Por cierto, medidas que apunten a reducir la evasión y elusión tributaria es también fundamental”.

Mientras que Alejandro Fernández, economista de Gemines, añade que “no cabe duda que Chile necesita un acuerdo en materias fiscales que sea amplio y que cierre el tema por varios años. Evidentemente lo difícil es concordar en qué debe incluirse en el pacto, pero que todos deberían poner sus esfuerzos y buena voluntad en tratar de alcanzarlo, me parece que nadie puede dudarlo. Es fundamental para la estabilidad fiscal de mediano plazo e, idealmente, para generar condiciones para recuperar el crecimiento, aunque sea sólo en alguna medida”.

Y Tomás Flores, economista de LyD, añade que “es necesario un pacto por el crecimiento y el empleo donde se reduzcan los impuestos a la inversión, se incorpore toda la cotización adicional a las cuentas individuales de los trabajadores y se defina a la brevedad el plan de convergencia para el ecosistema de seguros de salud privado”.

El palacio de gobierno

Este mensaje lo refuerza el economista asesor de EuroAmerica, Felipe Alarcón, quien considera como “clave que el mundo político alcance acuerdos razonables en torno a los grandes temas pendientes, y una de las trabas que se percibe para alcanzar esos acuerdos es el funcionamiento actual del sistema político-electoral, que favorece la atomización de los partidos”. Por ello, plantea que “si nos farreamos la oportunidad de corregir esto, es altamente probable que el mundo político siga sin alcanzar acuerdos y los grandes temas relacionados con el ámbito fiscal se sigan viendo postergados, lo que podría efectivamente desencadenar un nuevo recorte en la clasificación de riesgo, con los costos que ello acarrea”.

Para los expertos, el riesgo de que se pierda la posición crediticia es alto y, por ello, llaman a tomar acciones concretar en el corto plazo: “Es absolutamente posible, porque aparte de los riesgos políticos que resalta S&P, la senda de endeudamiento del país es muy preocupante, dado además el estancamiento económico en que nos encontramos”, comenta Alarcón.

Lehmann menciona que la perspectiva negativa en la nota crediticia de Chile sugiere precisamente que está en riesgo un recorte en nuestra clasificación. “Es necesario, entonces, abordar urgentemente aquellas medidas que permitan reimpulsar el crecimiento, entendiendo que, como bien sabemos y advierte S&P, ello lleva a cuentas fiscales más débiles”, puntualiza.

Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, dice que “hace bastante tiempo estamos en un estado de inamovilidad, se postergan proyectos de ley y eso afecta el crecimiento, la inversión, y por lo tanto todo eso tiene impacto en las cuentas fiscales, en la productividad e indicadores sociales”.

Desde el empresariado, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Ricardo Mewes, apunta que “hoy nuestro país necesita amplios acuerdos que permitan contar con buenas políticas públicas que favorezcan el bien común y el bienestar de las personas. También necesitamos cerrar el proceso constitucional, logrando un buen texto que entregue estabilidad y certidumbre, de manera de reimpulsar las inversiones, el crecimiento y el empleo”.