EE.UU., Canadá, la Unión Europea y el Reino Unido acuerdan bloquear a bancos rusos en el SWIFT

Foto: GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP

La interrupción al sistema, que es básicamente es la carretera que conecta a las distintas entidades financieras del mundo para que puedan hacer transferencias internacionales, será parcial, para seguir intensificando las medidas en lo venidero. Además, se acordaron restricciones contra el banco central ruso, que afectarán directamente reservas por 600.000 millones de dólares a disposición del Kremlin y limitarán la capacidad de Rusia para apuntalar al rublo.


Estados Unidos, Canadá y naciones europeas acordaron el sábado imponer las sanciones financieras más potencialmente severas hasta la fecha a Rusia en represalia por su implacable invasión a Ucrania, yendo tras las reservas del banco central que sostiene la economía rusa y dejando fuera a algunos bancos rusos de una red global financiera vital, el SWIFT.

La decisión, anunciada al tiempo que las fuerzas ucranianas luchaban el sábado para mantener a las fuerzas militares rusas fuera de la de la capital de Ucrania y la población hallaban refugio en túneles del metro, sótanos y garajes subterráneos, tiene el potencial de propagar el dolor de la represalia de Occidente por la invasión del presidente Vladimir Putin a la población civil rusa mucho más que las rondas anteriores de sanciones.

“Putin se embarcó en un camino que pretende destruir Ucrania, pero lo que en realidad está haciendo es destruir el futuro de su propio país”, sostuvo la presidenta de la Comisión de la Unión Europea, Ursula von der Leyen.

La Unión Europea, Estados Unidos, Gran Bretaña y otros aliados han redoblado incesantemente la intensidad de sus sanciones desde que Rusia lanzó la invasión. Si bien funcionarios estadounidenses y europeos dejaron en claro que seguían trabajando en la mecánica de la implementación de las medidas más reciente e intentan prescindir de las exportaciones rusas de petróleo y gas natural, las sanciones conjuntas podrían ser unas de las más duras impuestas contra una nación en tiempos modernos.

En caso de que sean cumplidas a cabalidad conforme a lo previsto, las medidas causarán serios daños a la economía rusa y limitarán severamente su capacidad para importar y exportar productos. Estados Unidos y sus aliados europeos anunciaron las medidas en un comunicado conjunto como parte de una nueva ronda de sanciones al sector financiero ruso, que tienen la intención de “que Rusia rinda cuentas y asegurar colectivamente que esta guerra sea un fracaso estratégico para Putin”.

Las restricciones contra el banco central afectarán directamente reservas por 600.000 millones de dólares a disposición del Kremlin y limitarán la capacidad de Rusia para apuntalar al rublo en medio de las fuertes sanciones de Occidente. Funcionarios estadounidenses dijeron el sábado que las medidas fueron diseñadas para causar que el rublo se fuera en “caída libre” y disparar la inflación en Rusia. Subrayaron que las sanciones anunciadas previamente ya han tenido sus repercusiones en el país, donde causaron que el rublo se cotizara a su nivel más bajo frente al dólar en la historia y el mercado accionario local tuviera su peor semana en registro.

Una foto de la sede central de SWIFT, en Bruselas. (Foto: JAMES ARTHUR GEKIERE / Belga / AFP)

El declive del rublo quizá incremente la inflación, lo que podría perjudicar al ruso ordinario y no sólo a las élites rusas que fueron los objetivos de las sanciones originales. Esto supondría ampliar en forma considerable las dificultades económicas. La decisión del sábado incluye excluir a los principales bancos rusos del sistema de mensajería financiera SWIFT, que a diario mueve miles de millones de dólares en más de 11.000 bancos y otras instituciones financieras en el mundo. Las sanciones continuaban siendo afinadas este domingo, dijeron funcionarios, para limitar el impacto de las restricciones en otras economías y en las compras europeas de energía a Rusia. Los aliados en ambos lados del Atlántico también consideraron la opción del SWIFT en 2014, cuando Rusia invadió y se anexó Crimea, que era de Ucrania, y apoyó a las fuerzas separatistas en el este ucraniano. Rusia declaró entonces que si la excluían del Swift eso equivaldría a una declaración de guerra. Los aliados, criticados desde entonces por haber respondido con debilidad a la agresión rusa de 2014, habían desechado la idea.

La desconexión del SWIFT anunciada el sábado por Occidente es parcial, porque da a Europa y Estados Unidos un margen para intensificar después las sanciones.

Al anunciar las medidas en Bruselas, la presidenta de la Comisión de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que exigiría al bloque que también “paralice los activos del banco central de Rusia” a fin de congelar sus transacciones. Eliminar varios bancos comerciales del SWIFT “garantizará que esos bancos estén desconectados del sistema financiero internacional y les perjudicará su capacidad de operar a nivel global”, agregó.

Conseguir que la UE accediera a sancionar a Rusia mediante el SWIFT había sido un proceso difícil en virtud de que el comercio entre la UE y Rusia alcanzaba 80.000 millones de euros, unas 10 veces más que con Estados Unidos, que había sido uno de los primeros proponentes de tales medidas. Alemania específicamente se había opuesto porque podría perjudicarle demasiado. Sin embargo, la ministra del Exterior, Annalena Baerbock, dijo en un comunicado que “tras el descarado ataque de Rusia… estamos trabajando duro a fin de limitar el daño colateral de desconectar (a Rusia) del SWIFT para que afecte a las personas correctas. Lo que necesitamos son restricciones selectivas y funcionales del SWIFT”.

Como tercera medida, los aliados anunciaron un compromiso “de adoptar medidas para limitar la venta de ciudadanía —los llamados pasaportes dorados— que permiten a rusos ricos vinculados con el gobierno ruso convertirse en ciudadanos de nuestros países y acceder a nuestros sistemas financieros”. El grupo también anunció la formación esta semana de una fuerza de tarea trasatlántica para garantizar que estas y otras sanciones contra Rusia sean aplicadas en forma efectiva mediante el intercambio de información y el congelamiento de activos.

Tras esto, el Banco Central de Rusia dijo este domingo que está capacitado para mantener la estabilidad financiera del país a pesar de la congelación de sus activos internacionales. “El Banco de Rusia cuenta con los recursos y herramientas necesarios para mantener la estabilidad financiera y asegurar la continuidad operativa del sector financiero”, ha hecho saber el servicio de prensa de la entidad en un comunicado. La institución se compromete a seguir aportando liquidez a los bancos y asegura que el sistema bancario ruso “tiene suficiente capital y liquidez para funcionar sin problemas en cualquier situación”, afirmó la entidad.

¿Qué es el sistema SWIFT?

La Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales, SWIFT, por sus siglas en inglés, es una red que se fundó en Bélgica en 1973, y que actualmente conecta a más de 11 mil entidades financieras en más de 200 países y territorios, entre ellos todos los bancos chilenos, por ejemplo.

Básicamente es la carretera que conecta a las distintas entidades financieras del mundo para que puedan hacer transferencias internacionales. “SWIFT es la forma en que el mundo mueve el valor”, señala el sitio web oficial de la entidad.

Así por ejemplo, si una empresa chilena vende un producto a otra compañía internacional, esa transferencia de dinero pasa a través del sistema que tiene implementado SWIFT.

Es por esto que, en caso de que se le impida a Rusia el acceso a esta carretera, la banca de ese país tendría problemas para enviar y recibir dinero desde y hacia el extranjero. Por tanto, le generaría problemas en el comercio internacional por las dificultades que acarrearía para pagar sus importaciones y exportaciones.

Según CNN, si se excluye a Rusia del sistema SWIFT, “altos legisladores de Rusia respondieron diciendo que los envíos de petróleo, gas y metales a Europa se detendrían”.

De hecho, ahí citan a Nikolai Zhuravlev, vicepresidente de la Cámara Alta del Parlamento de Rusia, según publicó el medio de comunicación estatal TASS: “Si desconectan a Rusia del SWIFT, no recibiremos divisas, pero los compradores, los países europeos en primer lugar, no recibirán nuestras mercancías: petróleo, gas, metales y otros componentes importantes”, comentó este martes Zhuravlev.

El precedente y la alternativa

Esta no sería la primera vez que se excluye a un país de este sistema. Ya hay un precedente: en 2012 se desconectó a los bancos de Irán de la plataforma luego de que sancionaran a ese país por su programa nuclear.

Según escribió el año pasado Maria Shagina, investigadora invitada del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, producto de esta medida Irán perdió casi la mitad de sus ingresos en exportaciones de petróleo, y el 30% del comercio exterior, señaló en un artículo publicado en el Carnegie Moscow Center, que es un grupo de expertos con sede en Moscú que se centra en la política interior y exterior.

Según el artículo de Shagina, hasta el año pasado el 20% de las transferencias internas en Rusia se hacían mediante el SPFS, y el banco central ruso buscaba llegar al 30% en 2023.

Ahí se señala que “debido a las limitaciones del SPFS ruso, el Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos de China (CIPS) a menudo ha sugerido como una alternativa más realista para los bancos rusos en caso de desconexión”. Hay quienes hablan también del uso de criptomonedas en un escenario como este.

Según un artículo de El País, “aquí radica otro de los grandes riesgos: con la expulsión del país de SWIFT se fomentaría el uso de sistemas alternativos como el chino y podría reducir el dominio del protocolo ahora dominante”.

El CIPS fue creado en 2015. En septiembre del año pasado Bloomberg reportó que eran 71 los bancos directos que utilizaban este sistema, pero Xu Zaiyue, director ejecutivo de CIPS, dijo que esperaba que a fines de 2021 ya fueran casi 80.

Ahí también se señala que el volumen promedio diario de transacciones del CIPS alcanzó los 317.200 millones de yuanes (US$49.000 millones) en agosto de 2021, lo que se compara con los 190.000 millones de un año antes. “Tenía 1.144 bancos participantes indirectos en 103 países a fines de agosto (de 2021), de los cuales 531 estaban ubicados dentro de China continental”, agrega el artículo.

En todo caso, en el artículo de Shagina, se señala que “el sistema de pago CIPS sigue siendo muy pequeño: alrededor del 0,3% del tamaño de SWIFT”. Lo anterior, considerando que también la participación del yuan en los pagos globales está lejos de alcanzar el protagonismo que tiene el dólar.

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