El crecimiento económico de Estados Unidos se desaceleró más de lo esperado en el tercer trimestre al ritmo más leve del período de recuperación de la pandemia, luego de que problemas en las cadenas de suministro y un aumento en los casos de covid-19 reprimieran el gasto y la inversión.
El producto interno bruto se expandió a una tasa anualizada de 2% tras un ritmo de 6,7% en el segundo trimestre, mostró el jueves la estimación preliminar del Departamento de Comercio.
La ralentización reflejó una fuerte desaceleración en el consumo personal, que creció a un ritmo de solo 1,6% después de un rápido avance de 12% en el período anterior. La escasez, los cuellos de botella en el transporte, el aumento de los precios y la variante delta del coronavirus afectaron el gasto en bienes y servicios.
La mediana de las estimaciones de una encuesta de Bloomberg a economistas era de un aumento del PIB de 2,6%.
Los últimos datos ponen de relieve cómo limitaciones de suministros sin precedentes están frenando la economía de EE.UU. Los productores, con escasez de personal y de los materiales necesarios, tienen problemas para satisfacer la demanda. Los proveedores de servicios, que enfrentan presiones similares, tuvieron mejor suerte que los fabricantes durante el trimestre a pesar del aumento de los contagios.
Si bien se espera que los problemas en las cadenas de suministro se prolonguen hasta bien entrado 2022, la disminución de los contagios por covid-19 y el aumento de los ahorros deberían respaldar un gasto familiar más sólido en los últimos tres meses del año.
Las persistentes restricciones de suministro junto con otros efectos de la reapertura, también han elevado los precios de una serie de productos, lo que ha generado preocupaciones sobre la amplitud y la duración del reciente aumento de la inflación.
El índice de precios de gastos de consumo personal excluyendo los costos de alimentos y energía, un indicador de la inflación monitoreado atentamente por los funcionarios de la Reserva Federal, se mantuvo elevado, para crecer un 4,5% anualizado en el último trimestre después de un incremento de 6,1% en los tres meses anteriores.
“Los riesgos ahora apuntan, sin duda, a cuellos de botella más prolongados y persistentes y, por lo tanto, a una mayor inflación”, dijo la semana pasada el presidente de la Fed, Jerome Powell. “Ahora vemos que la inflación más alta y los cuellos de botella durarán hasta bien entrado el próximo año”.