Menos ingresos, más deudas y aumento de desórdenes de salud mental.
Esas son algunas de las consecuencias que está teniendo la crisis del coronavirus en el país, de acuerdo con la Encuesta Social Covid-19, realizada por el Ministerio de Desarrollo Social junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y al Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Según los resultados presentados, el 59,4% de los hogares declaran haber disminuido sus ingresos totales durante la emergencia. En el desglose se informó que el 44,6% de los hogares estima que sus ingresos fueron la mitad o más de la mitad, del nivel que tenían previo a la crisis, mientras que 3,1% declaró que los ingresos del hogar se redujeron a cero.
La encuesta, además, entrega una mirada de la situación de los hogares antes y durante la emergencia respecto a la situación de ingresos y empleo. Así, si antes de la pandemia el 16,5% de los hogares declaraba que su ingreso “no le alcanzaba” para financiar sus gastos, durante la emergencia este porcentaje subió al 48,8% de los hogares.
El sondeo, cuyo trabajo de campo se realizó durante todo julio de este año, permite dimensionar los impactos socioeconómicos que ha tenido la pandemia en los hogares del país. La encuesta fue por teléfono y abarcó 4.500 hogares.
“El objetivo de esta encuesta es caracterizar los efectos socioeconómicos directos e indirectos que ha generado la crisis sanitaria en los hogares del país, reconociendo las particularidades de estos impactos en los diferentes tipos de hogares”, sostuvo la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar.
La subsecretaria de Evaluación Social, Alejandra Candia, sostuvo que “profundizando entre los hogares que declaran que no les alcanza con sus ingresos para financiar sus gastos, podemos ver que, si bien la crisis ha afectado de manera transversal a distintos grupos de hogares, son los liderados por mujeres, aquellos de los quintiles más vulnerables y los con presencia de niños, niñas y adolescentes, los que enfrentan una situación más compleja en esta emergencia”. Así se informó que el 52,7% de los hogares que han visto reducir sus ingresos son liderados por una mujer.
Respecto de la situación laboral, la encuesta muestra que, durante la emergencia en 38,4% de los hogares disminuyó el número de personas ocupadas. Como consecuencia, durante la pandemia el 27,4% de los hogares encuestados no tenía a ninguno de sus integrantes ocupado, mientras que antes de la pandemia, esta proporción era de 13,9%.
Además, 53,7% de los hogares redujo sus activos (vendió bienes, 13,7%; usó ahorros, 47,9%; arrendó o vendió propiedades, 2,6%) y el 40% de los hogares se endeudó (pidió préstamo o crédito a un banco u otra entidad financiera, a familiares, amigos, vecinos o conocidos, retiró dinero de una tarjeta de crédito o de casa comercial o usó una línea de crédito).
Respecto a estrategias orientadas a la reducción de los gastos de los hogares, destaca la postergación en salud (65,6%), disminución de gastos en alimentación (54,6%), y la interrupción en el pago de servicios básicos como agua, gas luz, teléfono, entre otros (44,1%).
En relación a las ayudas o apoyos que han recibido los hogares en estos meses de emergencia, el 42,3% ha recibido ayuda en bienes o dinero de parte del gobierno y/o municipios.
Con respecto a las consecuencias de la crisis en la calidad de vida de los hogares, la encuesta, además, reveló que 21,4% de las personas consultadas presentan un nivel “moderado” o “severo” en síntomas de ansiedad y/o depresión. Principalmente en mujeres (26%) y el quintil de menores ingresos (26,3%).