Se acabó la fiesta. Los meses de mayor liquidez para los chilenos está llegando a su fin, luego de haber sido fuertemente impulsada por las políticas públicas en medio de la pandemia.
De acuerdo a los datos del Banco Central, la liquidez de los chilenos alcanzó su peak en julio de 2021, tras la entrega del tercer retiro de los fondos de pensiones y los primeros pagos del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) Universal -que fue parte de los llamados “mínimos comunes” en la negociación política.
En ese mes el M1, que es el concepto más líquido de dinero, que está compuesto por los billetes y monedas en circulación, las cuentas corrientes y cuentas a la vista, alcanzó a $80,3 billones (millones de millones), en la cumbre de un camino que comenzó a ascender rápidamente desde el primer retiro de los fondos previsionales de los trabajadores, a mediados de 2020.
Ahora, en julio de 2022, el M1 retrocedió a $63,6 billones, en una caída interanual de 20,8%. Con esto, profundizó la baja del mes previo, de 16,8%, y es el menor nivel desde noviembre de 2020, explicado por todos sus componentes, según el Banco Central.
Más en el detalle, las cuentas corrientes, tanto de empresas como de personas, han disminuido en valores similares, alcanzando a fines de julio $14 billones y $23 billones, respectivamente. Con esto, las cuentas corrientes de firmas están 15,3% por debajo del nivel anotado en julio del año pasado, mientras que las de las personas registraron una baja de 22,9%.
De esta forma, la tendencia se profundiza en el camino de ir hacia los niveles que existían previo a estas medidas de ayuda adicionales que incrementaron la liquidez a niveles históricos, el principal impulsor de la inflación en el último año.
El gerente de macroeconomía de Inversiones Security, César Guzmán, señala que “estos niveles efectivamente son consistentes con una estimación simple de demanda por dinero y, de hecho, ya en la parte baja, lo que implica que la caída del dinero ha sido acorde con las condiciones económicas en las que estamos hoy, cerrando el desalineamiento que hubo en el 2020 – 2021″.
Así, el experto señala que hoy se ve un escenario más normalizado, sin el desalineamiento que “significó un impulso adicional a la inflación, y que hoy no está”.
¿Menos presiones?
“La resiliencia del consumo coincide con el mayor uso de la liquidez proveniente de las medidas de estímulo fiscal y de los retiros de los fondos de pensiones. De todas formas, esta sigue elevada en perspectiva histórica. Si bien el ahorro a plazo de los hogares se ha incrementado desde el tercer retiro, los saldos de las cuentas corrientes y a la vista de las personas muestran que la liquidez agregada de los hogares continúa muy por sobre sus niveles anteriores a la pandemia”, puntualizó el Banco Central en su Ínforme de Política Monetaria de junio.
Sin embargo, esta resiliencia se debería justamente a “un uso más intensivo de la liquidez remanente de las medidas de apoyo a los hogares”, señaló el instituto emisor. Esto, debido a que buena parte de los retiros e IFE no fueron gastados inmediatamente y ya hace un año se anticipaba que esto podría seguir generando presiones.
Respecto al escenario actual, el economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, indica que “efectivamente, la liquidez en la economía se ha venido reduciendo, de la mano con el uso de esos recursos del lado de consumidores y empresas. En línea con eso, la demanda interna se irá ajustando más rápido hacia los próximos meses, reduciendo las presiones inflacionarias. Eso se verá con mayor nitidez hacia los últimos meses del año y con mayor fuerza en 2023. La Tasa de Política Monetaria es por lo demás altamente contractiva, la que naturalmente hará su parte en el ajuste”.
En una línea similar, el economista jefe de STF Capital, Sergio Godoy, puntualiza que “es claro que los estímulos de los dos años pasados están reduciéndose, tanto monetarios como fiscales. Esto es fundamental para que la economía se siga enfriando y la inflación vuelve a niveles más aceptables”.
De acuerdo a lo que ha venido informando el Banco Central, la inflación ha tenido como principal impulsor el aumento de la demanda interna, debido a la histórica alza de la liquidez, la que en cuentas corrientes de personas más que se duplicó entre fines de 2019 y lo que se contabilizaba en 2021.
Así, este retroceso en los niveles de liquidez quitarán una de las presiones adicionales que está teniendo actualmente el alza en el nivel de precios.
“En particular, la disminución de los estímulos afecta la inflación subyacente, especialmente la parte de Servicios que lleva los dos últimos meses aumentando a más dos dígitos en doce meses, aunque en este caso el tipo de cambio también juega un rol relevante”, agrega Godoy.