Por segundo mes consecutivo, la inflación sorprendió al alza. El 0,7% que anotó octubre no estaba en el escenario de ninguna proyección, las que iban entre 0,2% y 0,3%.
En 12 meses la inflación registra un alza de 3% y, en lo que va del año, acumula un aumento de 2,8%. De ese total, 48,6% se explica por las alzas de septiembre (0,6%) y octubre (0,7%), lo que da cuenta de una aceleración en los precios debido, en gran parte, por las mayores alzas en los rubros de alimentos y a la mayor demanda producto del consumo, favorecido por el retiro del 10% de los fondos de pensiones. A ello se suma la apertura que han comenzado a tener actividades como restaurantes y hoteles.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el décimo mes del año, ocho de las 12 divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice, tres presentaron incidencias negativas y una registró nula incidencia.
Entre las divisiones con aumentos en sus precios destacó alimentos y bebidas no alcohólicas (0,6%) con 0,119 puntos porcentuales (pp.) de incidencia en el IPC mensual. De los 76 productos que componen esa división, 52 presentaron alzas. Esta división es justamente en la que más concentra los gastos el 20% de la población de menores ingresos (el primer quintil). Según el índice mensual de Pulso, en base a la última Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, mientras el IPC total acumuló un alza de 3% en 12 meses, el IPC del primer quintil llegó a 3,4%. Asimismo, en el quintil más rico la inflación anual llegó a 2,5%. Con esto, la diferencia en inflación anual entre el primer y el quinto quintil fue de 0,9 punto porcentual moderándose la diferencia en relación al mes previo (1,1pp).
La segunda división con mayor incidencia fue vestuario y calzado. El vestuario subió (4,2%) y aportó 0,076pp, seguido de zapatos y otros calzados (2,6%), con 0,033pp.
Por productos, el INE informó que gasto financiero fue el que mayor incidencia tuvo en el mes. En octubre, presentó un aumento de 69,4%, aportando 0,097pp. Los economistas afirman que esto se debe al término de la rebaja del impuesto de timbres y estampillas como medida para enfrentar la crisis. Según Santander, aportó casi una décima al IPC.
En tanto, automóvil nuevo anotó un aumento mensual de 2,1%, con una incidencia de 0,061pp., y una variación de 7,0% en lo que va del año.
Análisis
Desde Santander explican que detrás del incremento en los precios hay dos fenómenos cuyo impacto debiese ser transitorio. Primero, está la inyección de liquidez que recibieron los hogares con el retiro de fondos de pensiones y el Ingreso Familiar de Emergencia. Segundo, el proceso de desconfinamiento permitió que las personas pudiesen acceder con mayor facilidad a la compra de bienes y servicios. Ambos acontecimientos elevaron de manera muy sustantiva el consumo y presionaron los precios.
Martina Ogaz, economista de EuroAmerica, acota que “existe un rezago del efecto del 10% sobre los precios, porque hay alzas en divisiones como vestuario, que no van acorde a la temporada o automóvil nuevo, sector que particularmente no estaba preparado para una mayor demanda este año”. Y Scotiabank argumenta que “la fuerte presión sobre el consumo originada por el retiro de fondos de las AFP estaría generando una presión transitoria, pero muy significativa sobre la demanda en bienes que no soy de primera necesidad”.
En Banchile ponen otro punto sobre la mesa: “Si bien ya habíamos adelantado el impacto del quiebre de stock de bienes importados provocado por el retiro de los fondos previsionales (hecho que mencionó el Banco Central en su reciente Informe de Percepciones de Negocios), los efectos se han dado en un período de tiempo más corto de lo previsto y con mayor intensidad”.
Otro efecto que puede explicar el aumento de la inflación es la mayor liquidez que hay en el mercado, producto de las medidas impulsadas por el Banco Central.
Jorge Hermann, economista de Hermann Consultores, explica que “la demanda agregada ha sido estimulada por un impulso monetario nunca antes visto, con una tasa de referencia en 0,5% anual y medidas monetarias extraordinarias por US$78.000 millones, que implican un alza del 61,7% anual en el dinero nominal, junto con una política fiscal ultraexpansiva con un aumento del gasto fiscal de 11,4% y el retiro del 10% de fondos previsionales en el 2020”. Para Hermann, esto debe ser monitoreado con atención por parte del Banco Central para “no terminar generando una presión inflacionaria innecesaria”.
Perspectivas
Pese a esta aceleración, los expertos sostienen que las alzas responden a efectos transitorios y por ello, no esperan nuevas sorpresas de este nivel para noviembre. Las expectativas se ubican en torno a 0,1%. Para el año, en tanto, las proyecciones fluctúan entre 2,7% y 3%.