En mayo, el dólar tuvo una racha alcista de $33,4 llegando incluso a cotizarse sobre los $700. Esta alza tuvo efectos inmediatos en la inflación. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el IPC de mayo se ubicó en 0,6%, levemente por sobre las expectativas del mercado. De este modo, los precios acumulan un avance de 1,5% y una variación de 2,3% en 12 meses.

El denominador común detrás de la mayor inflación a la esperada es precisamente el comportamiento de la divisa norteamericana. Su impacto se ve reflejado en que el IPC transable tuvo una variación mensual de 1%, mientras que el no transable avanzó sólo 0,2%.

En concreto, el efecto dólar se reflejó en tres productos de la canasta de IPC: la electricidad, paquete turístico y gasolina.

El primero de ellos tuvo la mayor incidencia aportando 0,247 puntos porcentuales (pp) y un alza de 11,3%. Si bien este incremento no se relaciona con la última apreciación del dólar, sí es por este factor, ya que el alza que registraron las cuentas de la luz en mayo se debe entre 60% y 80% al alza de la divisa norteamericana.

El segundo producto fue la sorpresa del mes. Si bien los economistas esperan un alza mayor al promedio de los meses anteriores, el salto de 23,4% y la incidencia de 0,177 pp no estaban en el cálculo de ningún analista. Para Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica, el 25% de esta alza se debe al factor dólar y por un efecto estacional mucho mayor al anticipado.

Para Santander, este resultado explica casi toda la desviación entre el IPC efectivo y el proyectado por el mercado. "Como se trata de un producto volátil, es altamente probable que este registro se revierta en los próximos meses".

El tercer producto relacionado con el efecto cambiario es la gasolina: consignó un aumento mensual de 3,2%, con una incidencia de 0,085 pp, acumulando -0,4% en lo que va del año y 5,1% a 12 meses.