Como si la inflación que tiene la economía actualmente no fuera suficiente, un nuevo ingrediente se podría sumar, generando nuevas presiones al índice de Precios al Consumidor (IPC). Se trata del alza que está teniendo el dólar.
La moneda estadounidense subió $16,9 durante la jornada de este lunes cerrando en $862,89, a su nivel más alto desde el 12 de mayo, tras anotar a las 11:11 de la mañana un máximo de sesión de $871. Con ello, sube casi $ 40 en dos días y se acerca a su récord histórico de $876 anotado el 20 de diciembre de 2021.
En mayo, el IPC subió 1,2%, ubicándose levemente por arriba del promedio de las expectativas del mercado, pero dentro del amplio rango de estimaciones, que iba entre 1% y 1,5%. Así, a mayo los precios acumulan un alza de 11,5% en doce meses, su mayor nivel desde mediados de 1994. Los economistas ya han adelantado que la inflación siga al alza en los próximos meses, en línea con lo proyectado por el Banco Central, alcanzando niveles cercanos a 13% anual hacia el tercer trimestre, para luego comenzar a bajar de manera gradual. Así, para fines de año, el mercado y el Banco Central proyectan ronde el 10%.
¿Cuál será el impacto que generará el dólar más alto en los precios? Eso dependerá de la persistencia del dólar en estos niveles, ya que si es solo un alza acotada en el tiempo, el impacto no será alto. Los datos de inflación siguen sorprendiendo al mercado y aumentan las posibilidades de que los principales bancos centrales del mundo, en especial la Fed, eleven los tipos de interés con mayor fuerza, afectando el dólar.
Martina Ogaz, economista de Euroamerica, afirma que “de mantenerse esta mayor depreciación de la paridad local, sin duda generaría algún impacto en el IPC de los próximos meses”. Sin embargo, subraya que “esta alza del tipo de cambio debe ser algo más permanente en el tiempo para tener un impacto mayor en las actuales estimaciones de IPC, las que ya consideran por lo menos un tipo de cambio sobre los $800″. En ese sentido, añade que “suponiendo que esta alza es permanente y un coeficiente de traspaso de 10%, estimamos que la incidencia en el IPC sería de 0,5% para los próximos 6 meses”.
Para Ogaz, debido a que “el traspaso de este mayor tipo de cambio toma algo de tiempo, de mantenerse un tipo de cambio en los actuales niveles, probablemente sus efectos podrían verse en el IPC de julio y sobre todo en los meses siguientes”.
Una postura similar tiene Francisca Pérez, economista principal Bci, quien sostiene que “los aumentos en el dólar actúan con rezago en el IPC” y acota que, para tener un impacto importante, “tiene que mantener ese nivel como por 10 días y, por ende, el impacto sería para julio”.
Pérez afirma que “de todas formas para junio estamos proyectando entre 0,8%-1%, que es un nivel muy superior al histórico”, mientras que para julio prevén entre 1% y 1,2%. De concretarse esa previsión, el IPC anual llegaría a 13%, nivel que mantendría hasta septiembre.
Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo comenta que “cerca de un 70% de la canasta del IPC está compuesta de bienes transables, por lo cual la persistencia de la debilidad del peso chileno podría agregar cerca de 3 puntos adicionales de inflación, pero una demanda cada vez más débil probablemente acotará el traspaso del dólar a precios domésticos”.
En ese contexto, el experto sostiene que “es necesario evaluar la trayectoria de los próximos días, ya que un nuevo incremento del precio del cobre puede fortalecer nuestra moneda y revertir lo observado en los últimos días”.