Bajo perfil, pragmático y técnico son los principales atributos que se le asignan a Octavio Araneda. El presidente ejecutivo de Codelco ya cumplió un año dirigiendo la principal productora de cobre del mundo. Han sido 12 meses intensos, donde los conflictos externos han marcado la agenda del ingeniero en minas de la Universidad de Chile. Pero Araneda no ha descuidado su foco, el que está centrado en cambiar la cultura interna de Codelco. Una señal de eso fue la decisión que se dio a conocer este viernes, cuando la minera anunció la salida de dos importantes colaboradores del expresidente ejecutivo de la minera, Nelson Pizarro. Se trata del vicepresidente de Operaciones de la zona norte, Álvaro Aliaga, y del vicepresidente de Productividad y Costos, José Robles, los que dejarán Codelco a partir del próximo 16 de octubre.
La salida de ambos ejecutivos era una de las tareas que Araneda tenía en su bitácora desde que asumió su cargo, el 2 de septiembre de 2019, cuentan fuentes de la minera. En los pasillos de la estatal eran conocidos los roces que Araneda y Aliaga sostenían desde la época en que ambos estaban “peleando” por ser el sucesor de Pizarro. Pero el episodio de Salvador y la demanda que interpuso la estatal en contra de este último caló hondo en la corporación, donde el sentimiento de decepción fue transversal en todas las áreas y que generó que se estampara la frase que en el tema de la probidad, no hay excepciones, por duro que sea.
“Hay muchos cambios culturales que el directorio quiere impulsar en Codelco y por eso se nombró a Octavio Araneda. Se pensó que era la mejor persona para implementar estos cambios, con tino y de forma gradual y sin fallar”, cuenta un cercano al directorio de la estatal. Su mano se ha hecho notar, comentan internamente. Al llegar nombró a Mauricio Barraza como su reemplazante en la vicepresidencia de Operaciones Centro-Sur, donde operan las divisiones que han logrado mantener su performance productiva y donde se ha conducido de mejor forma la curva de contagios del coronavirus.
“La pandemia se ha manejado extremadamente bien”, comenta un representante del directorio, pese a que la minera tuvo uno de los mayores registros de contagios de la industria, el que se centró principalmente en las instalaciones ubicadas en Calama. En la última entrega de resultados, la estatal informó que sus excedentes subieron a US$380 millones pese a la pandemia y al menor precio del cobre. Además, se elevó en 4,7% la producción .
La mano del presidente ejecutivo
Dentro de las decisiones que se destacan de Araneda, está la designación de Lorena Ferreiro como consejera jurídica de Codelco, quien además de ser la primera mujer que ocupa ese cargo, es la primera que llega al comité ejecutivo de la compañía.
También retornó a la minera a Patricio Vergara, quien comenzó su carrera en la estatal en la década del noventa, donde llegó a ser jefe de Operaciones de El Teniente y hoy ocupa la vicepresidencia de Recursos Mineros y de Desarrollo. El ejecutivo estuvo una década en Estados Unidos trabajando para BHP y hoy está a cargo del desarrollo futuro de la estatal a través de la confección de los planes mineros de todas las divisiones de la compañía. Vergara junto con Alejandro Rivera, actual vicepresidente de Finanzas, y Marcelo Álvarez, vicepresidente de Recursos Humanos de la estatal, forman el “círculo de confianza” de Araneda.
De hecho, los consultados afirman que su cercanía con Álvarez es una de las razones de la lejanía de Araneda con la actual cúpula de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) y el nulo avance que ha tenido en esta administración el llamado Pacto Estratégico que se firmó en 2015 entre Nelson Pizarro y los dirigentes sindicales del gremio. Eso, señalan las fuentes, unido a los conflictos judiciales con los dirigentes de Chuquicamata por el caso seguros, donde Codelco está demandando a una veintena de ellos por su rol en los sobrecostos de las pólizas de seguros de vida y accidentes con Chilena Consolidada, son los elementos que han distanciado el diálogo, reclamo que la FTC escaló hasta el Congreso.
“Octavio se ha caracterizado por tener una buena relación con los presidentes de los sindicatos, con los que dialoga constantemente en una conversación franca y directa, pero no así con la FTC. Él marca una distancia con los dirigentes sindicales, pero donde el respeto sigue reinando”, cuenta un cercano al ejecutivo.
Y esa proximidad con los trabajadores, en relación a los mensajes que manda, es un elemento que destacan en la mesa directiva de la estatal. “Araneda tiene habilidades comunicacionales para adentro que son súper útiles”, indica la fuente consultada. De hecho, los primeros recados que envió cuando asumió su cargo, hace un año, fue convertir a la minera en una de las compañías más rentables y sustentables de la industria minera. “Nuestro propósito es contribuir al desarrollo del país, a mejorar las condiciones de vida de los chilenos y chilenas más desposeídos”, aseguró en la oportunidad. Ese y otros mensajes en la misma línea han servido para alinear a los trabajadores en la tarea de incrementar el aporte de la estatal al Estado.
Y si bien a fin de año se evaluará internamente cómo ha sido el actuar de Araneda en el tránsito hacia esa meta, hasta la fecha se le destaca que ha seguido el plan estratégico confeccionado en la administración anterior, apoyado por la consultora internacional Bain, cuyo mayor desafío es entregar excedentes adicionales al Estado a partir del próximo año, lo que se logrará a través de la reducción de gastos.
Por eso, los consultados resaltan el esfuerzo que ha hecho la empresa por reducir su dotación, a través de la elaboración de planes de retiro y otros incentivos. Si hace unos años la dotación total de la minera llegaba a 18 mil trabajadores, hoy la cifra es bastante distinta. Se menciona que actualmente en todo Codelco hay 15.600 trabajadores, entre rol A (supervisores), B (trabajadores) y E (ejecutivos). “Los cambios son lentos, pero se está avanzando: se está trabajando en el plan de racionalización de dotación y también se está trabajando en eficientar los proyectos, en el sentido de mejorar el diseño y la ejecución de ellos, pero lo principal es el tema operacional, ahí es donde hoy está el foco”, señala un ejecutivo al tanto de los planes de la estatal.
Minero y no político
Y pese a que el máximo ejecutivo de la cuprífera no se ha caracterizado en este periodo por ser un hombre cercano a la política, ha logrado ganarse el respaldo de La Moneda. Esto, aun cuando las reuniones que ha tenido con el Presidente Piñera han sido más bien motivadas por el presidente del directorio, Juan Benavides, a quien se le reconoce como cercano a Cristián Larroulet, jefe del segundo piso de Palacio.
En el gobierno, su gestión tiene una evaluación positiva. El ministro de Minería, Baldo Prokurica, valora la labor que ha realizado en este periodo, caracterizado por su compromiso con la compañía y por el conocimiento del trabajo minero propiamente tal. “Octavio Araneda ha hecho un esfuerzo muy importante para darle a Codelco mayor transparencia, y dar señales claras en el sentido de que cada vez que hay una irregularidad la empresa no solo la ha denunciado, sino que ha efectuado las actuaciones frente al Ministerio Público y tribunales para que se puedan aclarar y sancionar en el caso de que haya responsables”, destaca Prokurica.
Pero Araneda tampoco es del todo activo para participar en las comisiones del Congreso cuando es invitado. Asiste, pero trata de estar en segundo plano. Aun así, desde el mundo parlamentario la opinión también tiende a ser más bien positiva, aunque con algunos críticos.
“El primer año de Araneda no ha estado exento de grandes desafíos y complicaciones, teniendo que mantener el principal sector productivo del país a flote en momentos muy difíciles, tal como el estallido social y luego la pandemia. En este sentido, cabe destacar tanto el esfuerzo de Araneda como el de todos los trabajadores de nuestra cuprífera, ya que han logrado mantener en marcha la producción, cumpliendo con las medidas sanitarias según se nos ha informado”, indica el diputado Gabriel Silber (DC), que forma parte de la Comisión de Minería y Energía de la Cámara.
En esa misma línea, el congresista Issa Kort (UDI) que también es parte de la misma instancia legislativa, sostiene que a la hora de hacer un análisis se debe evaluar el complejo año que ha vivido Chile, primero por el estallido de octubre y ahora por la crisis sanitaria. “Los ejecutivos deben ser evaluados por sus resultados y no por sus buenas intenciones. En ese sentido, la labor de Araneda es bastante loable, ya que ha logrado mantener cifras de producción y costos muy buenos, y un manejo de la pandemia responsable”, manifiesta Kort.
Un poco más crítico es el diputado Pablo Vidal (RD), quien indica que la gestión de Araneda “aún no muestra resultados, así como tampoco una perspectiva clara para el desarrollo de la empresa, y continúan las polémicas con sindicatos y trabajadores”.
Por su parte, el senador Alejandro Guillier (independiente) -y que preside la Comisión de Minería y Energía del Senado- estima que, en general, los ejecutivos de Codelco no tienen disposición al diálogo con nadie. “La estatal sufre un deterioro en su gestión, particularmente en lo interno y en las relaciones laborales desde hace años. El actual presidente ejecutivo no ha hecho más que profundizar una tendencia que está matando de a poco la minera estatal. Lo que está haciendo la actual administración es implementar una privatización encubierta de Codelco que afecta un patrimonio que es de todos los chilenos”, considera Guillier.
En cambio, para el senador Alejandro García-Huidrobro (UDI) la labor de Araneda ha sido buena. “Creo que ha sido un año muy difícil para Codelco y para la minería en general, por todas las situaciones que han ocurrido, pero ha manejado la empresa muy bien dentro de las restricciones que ha tenido”, indica.