AUNQUE el estallido social ya había exigido y provocado cambios fuertes a nivel del funcionamiento de las empresas chilenas, nada se compara a lo vivido este año. La pandemia obligó a las compañías de todos los tamaños a reorganizarse, tanto interna como externamente, sin un horizonte claro sobre cuándo se retomaría la normalidad ni mucho menos en cómo impactaría toda esta situación a su negocio.
Así, sectores como el turismo, los restaurantes o las aerolíneas se vieron fuertemente afectados, mientras que otros, como los supermercados, el e-commerce o las empresas que fabrican productos de consumo, vivieron lo opuesto. Algunas cayeron en el camino y otras optaron por las alternativas que da la antigua ley de quiebras, para reorganizar sus pasivos y poder seguir funcionando.
Unos más, otros menos, para todos los sectores fueron tiempos de cambio. En las funciones de oficina, el teletrabajo fue la manera que encontraron las compañías para seguir operando durante la pandemia.
“Si bien desde octubre de 2019 empezó a generarse una nueva cultura laboral en Chile gracias al home office, aun así, no eran muchas las empresas que habían adoptado esta modalidad y no fue hasta el inicio de las cuarentenas, producto de la llegada de la pandemia al país, que las organizaciones tuvieron que hacerlo”, explica Claudio Ortiz, gerente general de Cisco Chile.
Otro cambio interesante fue la innovación dentro de las empresas. Varias compañías debieron idear en tiempo récord planes para seguir operando y atendiendo a sus clientes y sus compromisos. Así nacieron lecherías robóticas, sistemas de monitoreo a distancia de las operaciones, tiendas sin vendedores y otras propuestas que, según creen en las empresas, seguirán funcionando más allá de la pandemia.
Pero todo esto también obligó a las compañías a extremar las medidas de seguridad en sus faenas, de manera de evitar contagios entre los trabajadores que debían seguir con sus labores presenciales.
“Las empresas, ni en el peor de los escenarios, estaban preparadas para una catástrofe Global como la del Covid-19. A través de nuestros estudios comprobamos que en primer lugar hubo una preocupación importante por la salud de los colaboradores y sus familias, en conjunto con la continuidad del negocio”, asegura Rafael Tagle, Head of Chile de Willis Towers Watson.
“Han sido meses duros, pero hemos sabido salir adelante y hoy somos una mejor empresa, más unida, más colaborativa e insertos de lleno en la economía circular”, complementa el gerente general de Aceros AZA y expresidente de Sofofa, Hermann von Mühlenbrock.
Malls permanecieron cerrados hasta agosto
Casi cinco meses permanecieron cerrados los centros comerciales en las comunas que vivieron cuarentenas durante la pandemia. Como los malls más grandes del país están en la Región Metropolitana, recintos emblemáticos como Alto Las Condes, Parque Arauco, Plaza Vespucio o Costanera Center solo pudieron abrir supermercados, bancos o farmacias, considerados servicios esenciales.
Lo anterior llevó a los locatarios a negociar con los grandes operadores algunos cambios en las condiciones de arriendo, en cobros como la actividad promocional y otros. Con todo, el retorno ha funcionado bien. Prueba de ello son las extensas filas observadas en estos últimos días.
Aerolíneas volando al mínimo y con expectativas en baja
Fue el 26 de mayo, en las semanas más duras de la pandemia en Chile, cuando Latam Airlines anunció que se acogía al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EE.UU. La decisión fue sorpresiva, pero estuvo lejos de ser única. Otras empresas como Avianca o Aeroméxico acuedieron a la misma figura, mientras que otras, como las estadounidenses Delta, American y United, recibieron ayuda de su gobierno.
En Chile, el aeropuerto de Santiago fue testigo de este desplome de la actividad. En abril, el tráfico aéreo cayó 95%, con apenas 87.071 de personas volando. A modo de comparación, en agosto de 2019 volaron 68 mil pasajeros por día.
Este crítico escenario llevó a las aerolíneas a recortar su actividad y también sus dotaciones. Para 2021 las expectativas son mejores, pero cautas. Para llegar a los niveles prepandemia, todavía falta.
Hoteles, con menos del 50% de ocupación
El primer hito fue la reapertura tras largos meses, pero una vez que lo hicieron se encontraron con que la demanda había caído en forma dramática. El negocio de los hoteles, uno de los más golpeados opera hoy bajo el 50% de ocupación.
Aunque solían depender más que nada del turismo corporativo, que hoy está en el suelo, sus principales clientes siguen siendo viajeros de negocios, aunque con un leve cambio: en vez de internacionales, son chilenos quienes viajan entre regiones y poco, muy poco, extranjero.
Se trata principalmente de turistas nacionales y pymes, debido a que las grandes compañías tienen políticas de viaje más estrictas, las que cree se mantendrán hasta contar con una vacuna. Un aspecto que añade incertidumbre son los cambios de fase de la pandemia, que no favorecen a la planificación de viajes y reservas.
Casinos, entre la reorganización financiera y una lenta reapertura
-Enjoy, el mayor operador de casinos del país, fue otra de las empresas que se acogió a la antigua ley de quiebras. Dreams, su principal rival, vivió una reorganización y la familia Fischer se transformó en el único socio. A partir de octubre, algunos locales comenzaron a reabrir, pero con lentitud y en medio de la incertidumbre por nuevas medidas sanitarias.
Bares y restaurantes, entre resistencia y cierres
“Hemos dado una muestra de una resistencia a todos los embates que hemos tenido. De una fuerza impresionante. Me impacta ver cómo se van cerrando locales, pero son empresarios que dieron una pelea”, relata Bernardo Sauvalle, socio de Mondo Lounge y director de la Cámara de Comercio de Providencia, lo que han vivido en el sector en los últimos meses.
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