Hace una década, Chile enviaba 3,3 millones de cajas de vino a Brasil. El año pasado, el dato superó los 7 millones de cajas. Y a agosto de 2022, se enviaron 5,17 millones; un avance que hizo a ese mercado escalar a un podio que hace algunos años era impensado.

China llevaba ya algún tiempo siendo por lejos el principal destino del producto nacional. Había desplazado a los que antes se turnaban el liderazgo: Reino Unido y Estados Unidos. Bueno, agosto modificó ese panorama. Brasil lo superó. En el octavo mes del año, se vendieron US$20,6 millones a ese país. Al gigante asiático fueron US$19,9 millones. En el año, el país carioca -señalan desde Vinos de Chile- queda como segundo en valor -con US$124 millones, mientras a China fueron US$169 millones-, pero primero en volumen. “Brasil se posiciona como el segundo destino en valor, y primero en volumen y, aunque, no presenta alzas en volumen en este lapso, sí lo hace en valor (2,3%) respecto del mismo período de 2021″, explica la directora comercial de Wines of Chile, Angélica Valenzuela.

En tal dinámica han impacto dos efectos contrapuestos. China -explican en el gremio- ha seguido duramente afectado por la pandemia, lo que ha redundado en cierre de puertos. “El severo lockdown de Shanghái ha afectado de manera importante al comercio del vino no solo por las dificultades para ingresar a ese mercado y los problemas logísticos derivados de ello, sino también por la disminución de turistas, eventos de negocios y conferencias internacionales”, señala Valenzuela. De hecho, en agosto fue el único mercado que cayó; una baja de casi 20%. Y entre enero y agosto, las ventas presentan un descenso de 3%.

Un fenómeno inverso ha evidenciado Brasil. Durante la pandemia el consumo per cápita del producto saltó de 1,9 a 2,7 litros. “Chile capitalizó gran parte de este crecimiento, lo que permitió que el mercado se ubicara por primera vez en el número uno de nuestros destinos”, destaca la ejecutiva. Hoy son 181 las viñas nacionales que venden a ese país, uno donde el 35% de los mostos que se consumen son importados; y Chile es el líder con el 50% del volumen comprado al exterior. A junio, Concha y Toro era la firma local que más enviaba a ese país, con el 24% del total, y US$22 millones exportados. Bastante más atrás estaba Viña San Pedro Tarapacá, con unos US$7,7 millones, y Luis Felipe Edwards, con US$4,3 millones en el primer semestre. Solo 19 compañías habían exportado más de US$1 millón.

En los últimos 12 meses, Brasil consumió cerca de 467 millones de litros de vino. De ellos, el 8% fueron vinos espumantes y el 92% restante, los tradicionales. Entre ellos, la mayor demanda viene de la masa del vino de mesa brasileño. En total, los tintos predominan con el 71% del total, cuentan en Wines of Chile; seguido de los blancos, con el 21% y luego, los rosados con el 8%. “A pesar de la crisis económica e inflación que reduce el poder adquisitivo, existe una demanda creciente por vinos premium y se está activando el turismo y flujo en restaurantes”, destacan en la asociación.

La gran deuda hoy es el precio promedio. En 2013, los vinos chilenos que se exportaban a ese mercado tenían un valor promedio de unos US$29 la caja. En la pandemia esa cifra cayó a US$21 la caja. Hoy está en US$23. Una realidad muy distinta a lo que ocurre con China. Ahí el valor medio es de US$35. Y es el principal país al que van aquellos productos sobre los US$40 la caja, pese a que en esa categoría también anota un descenso de más 30% en agosto.

“Brasil es uno de los mercados donde un objetivo importante es mejorar el precio promedio, desarrollando una venta mayor en productos de mayor valor y así mejorar el mix”, dice Angélica Valenzuela.

En junio, de hecho, la asociación retomó los eventos presenciales para potenciar la imagen y promoción en esa zona. Realizaron los LuxuryTastings en cuatro ciudades, y -cuentan- el evento más grande de vinos en Brasil, el Grand Tasting de São Paulo. A fines de septiembre, estuvieron en la feria Pro Wine São Paulo, con 20 viñas chilenas. “Con esto estamos dándoles una mayor visibilidad a los vinos premium”, señalan.

Los importadores y supermercados mantienen el liderazgo en las adquisiciones con el 80% del total. Y aún existe una gran concentración en Río de Janeiro y São Paulo, dicen. “Dadas las características del mercado, con concentración en ciudades grandes y bajo consumo per cápita, Brasil debiera seguir creciendo a buen ritmo y mantenerse en los primeros lugares”.

Ahora, el predominio que logre el mercado sudamericano dependerá directamente de la recuperación de China. “Las expectativas de cierre para el año son muy conservadoras dado el nivel de estrés financiero en los canales de distribución, especialmente en el tercer trimestre. Se espera una disminución versus 2021 por estas razones”, dicen en el sector frente a la nación asiática. En Wines of Chile prevén, no obstante, que este último se normalice una vez que se regularice la pandemia, y se logre la consiguiente apertura de puertos. “Es un mercado enorme, con un todavía bajo consumo per cápita, donde el vino chileno tiene una muy buena imagen”. Es el segundo origen en importancia tras Francia. Dado ello, adelantan: “Si China se recupera como esperamos, Brasil debiera quedar en el segundo lugar de nuestros destinos”.