En su última reunión de política monetaria, en la del 13 y 14 de julio, el Consejo del Banco Central descongeló la tasa de interés luego de 16 meses en el mínimo técnico de 0,5%.
El emisor aplicó un alza de 25 puntos base en el precio del dinero y la situó en 0,75%.
Sin embargo, no fue la única opción que consideró. De acuerdo a las minutas que el propio emisor publicó en su sitio web, el consejo analizó la opción de mantener la tasa en 0,5%.
La entidad dirigida por Mario Marcel dijo que la opción de no aplicar movimientos en la tasa podía considerarse en la medida que se estimara que la probabilidad de concreción de escenarios menos favorables seguía siendo elevada; “sin embargo, dicha probabilidad había disminuido dada la evolución de la economía”.
Por ese razonamiento, la opción de subir la tasa se impuso. Todos los Consejeros coincidieron en que la información recogida desde la reunión anterior reafirmaba la necesidad de ir reduciendo el elevado grado de expansividad de la política monetaria, dijeron.
“Todos los Consejeros concordaron que un aumento de 25pb de la TPM era suficientemente robusto a los distintos escenarios que se habían analizado para la economía y, por lo tanto, la convertía en la mejor opción. De hecho, era la alternativa dominante para una economía que mostraba un ritmo de recuperación coherente con un cierre de la brecha de actividad más rápido que lo anticipado, pero también con perspectivas de crecimiento más bajas hacia el mediano plazo”, dijo el emisor.
También concordaron en que, para asegurar la convergencia de la inflación a la meta, sería necesario continuar estimulando la economía por un tiempo prolongado, aunque con una intensidad menor que la actual. Ello, pues aún persistían bolsones de debilidad en algunos sectores y un grado relevante de incertidumbre, a lo que se sumaba la considerable consolidación fiscal supuesta para el 2022.