El BCE ha vuelto a apretar el botón rojo de los estímulos monetarios y ha decidido rebajar el tipo de la facilidad de depósito en 10 puntos básicos, hasta el -0,5%, retomar las compras mensuales de deuda y establecer un sistema con el que eximir en parte a los bancos de la penalización que soportan por su exceso de liquidez y que ahora sube al 0,5%.
En la que ha sido la penúltima reunión de Mario Draghi en la presidencia de la institución, el BCE ha decidido actuar ante las continuas señales de ralentización económica en la zona euro, en especial en economías con fuerte actividad industrial como Alemania o Italia, y a la vista de que las grandes amenazas para el crecimiento, como la guerra comercial o el Brexit, se están agravando con el paso de los meses.
El BCE asegura en el comunicado emitido tras la reunión de hoy que espera que los tipos de interés se mantengan en los niveles actuales o en niveles inferiores hasta que las perspectivas de inflación se sitúen de forma robusta en niveles inferiores pero cercanos al 2%. La institución modifica así su guía para la política monetaria y renuncia a dar una indicación temporal de cuándo podría modificar los tipos de interés. En la reunión de junio ya avanzó que los tipos estarían sin cambios en los niveles actuales o por debajo durante el primer semestre de 2020, una previsión que ahora desaparece. La institución se limita a partir de este momento a indicar que su política monetaria responderá a la evolución de la inflación, sin más.
Los tipos de referencia se mantienen en el 0% pero la rebaja en la facilidad de depósito, que había permanecido sin cambios en el -0,4% desde marzo de 2016, es un primer paso para la activación de un nuevo paquete de estímulos con los que evitar el riesgo de recesión en la zona euro.
Compra de deuda
El BCE ha decidido además retomar las compras mensuales de deuda por una cuantía de 20.000 millones de euros al mes a partir del 1 de noviembre. Afirma que lo hará durante el tiempo que sea necesario "para reforzar el impacto expansivo de sus tasas de interés". La cuantía es inferior a la esperada por los inversores y muestra el fuerte debate interno en el seno del BCE sobre esta medida extraordinaria, cuya conveniencia ha sido cuestionada en las últimas semanas por los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Holanda y también Francia.
Como contrapeso a la rebaja de la facilidad de depósito, el BCE ha tomado una medida de alivio para los bancos de la zona euro, muy debilitados en sus márgenes de negocio por el largo período de tipos cero. Adoptará un sistema de tiering, como ya han hecho el Banco de Japón y el de Suiza, con el que eximirán de penalización a parte del exceso de liquidez de los bancos.