El complejo aterrizaje del proyecto de impuesto a la renta
El escenario que maneja el gobierno es que la iniciativa ingresaría en octubre al Congreso. Entre los principales ejes de la propuesta se considera reducir de 27% a 25% el impuesto a las empresas, lo que sería compensado en gran parte por un impuesto al retiro de dividendos. Asimismo, se dejaría atrás la idea de perseverar con un incremento en el impuesto global complementario.
Una vez avanzado el proyecto de cumplimiento de obligaciones tributarias se iba a ingresar el proyecto de impuesto a la renta. Esa era la frase que el ministro de Hacienda, Mario Marcel, repetía cada vez que la prensa le preguntaba ¿cuándo se conocerá el proyecto de impuesto a la renta? Y ahora, todo indica que esa fecha ya se acerca. El proyecto de antievasión está en su última etapa y se espera que sea despachado a ley desde el Congreso Nacional a fines de septiembre: con ello se cumpliría el plazo autoimpuesto por el titular de las finanzas públicas.
¿Qué viene ahora? Si se cumple los plazos fijados por Hacienda se debería conocer pronto el proyecto de rentas, pero todo ese plan está sujeto a los vaivenes del escenario legislativo que viene bastante cargado este último trimestre.
En lo inmediato, el 30 de septiembre es el último día para que ingrese el proyecto de presupuestos 2025, iniciativa que copará parte importante de la agenda de los diputados y senadores.
A ello se suma la discusión de la reforma previsional y el proyecto que promete reformular el financiamiento de la educación superior, reemplazando el CAE.
En medio de ese escenario hay quienes afirman que es mejor esperar a que esas materias avancen, antes de sumar otras iniciativas. Sin embargo, desde el gobierno sostienen que el plazo que manejan hoy para presentar esa propuesta es octubre.
Si bien comparten que la agenda del Congreso estará apretada -más aún con varias acusaciones constitucionales en ciernes contra ministros de la Corte Suprema-, lo cierto es que la mayoría de los proyectos económicos hoy están en la Comisión de Hacienda del Senado, lo mismo que la reforma de pensiones. Por ello, ven que, en la Cámara de Diputados, instancia por donde deben ingresar los proyectos tributarios, habría un margen para poder comenzar a discutir esta propuesta.
Lo primero que plantea el presidente de la Comisión de Hacienda, Carlos Bianchi (Independiente), es que se debe aprobar “cuanto antes” el proyecto de antievasión para que el gobierno pueda incorporar los recursos en el presupuesto 2025. Sobre el proyecto de impuesto a la renta afirma que la agenda de la comisión está con varios temas. Uno importante es el de permisos sectoriales, que despachó esta semana la Comisión de Economía. No obstante, indica que a mediados de octubre, y dependiendo de la urgencia que le fije el Ejecutivo, se podría comenzar a ver.
Mientras que el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Eric Aedo (DC), si bien dice que la Comisión de Hacienda “lo podría comenzar a analizar en octubre, toda la concentración y los tiempos legislativos estarán puesta en la discusión del Presupuesto 2025″.
Un planteamiento distinto entrega el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) : “Lo primero que debemos hacer es despachar el proyecto de cumplimiento tributario que asegura una recaudación de 1,5% del PIB, porque también una vez aprobado este proyecto de cumplimiento tributario, las energías deberán estar puesta en sacar adelante el proyecto de pensiones, que se cruzará con el Presupuesto 2025. Para ser realista de aquí a fin de años hay varios temas que trabajar”. Para el senador, “el ingresar este proyecto a discusión ahora generará un ruido que no se necesita hoy en día, porque también estará la discusión del proyecto que reemplazará al CAE, entonces es mejor ir paso a paso”.
El reacomodo de las piezas
Una primera señal de la propuesta que se ingresará a su discusión legislativa la entregó el propio ministro de Hacienda: el proyecto será fiscalmente neutro. Es decir, sólo se buscará aumentar la recaudación para compensar los menores recursos que dejará el rebajar del impuesto de primera categoría de 27% a 25%, además de un régimen nuevo para las pequeñas y medianas empresas con una tasa menor a 25%, beneficios para la clase media y los incentivos para la inversión. Todo eso generará menos ingresos.
Para compensar esas bajas, la idea que más toma fuerza es que se fije una tasa para el retiro de los dividendos o utilidades. Según quienes han conversado con Hacienda, esta propuesta consiste en aplicar una tasa pareja para todos quienes estén en esa situación. En este punto estaría concentrada gran parte de la recaudación que Hacienda necesitaría para generar los mayores recursos. Y con ello se dejaría atrás la idea de perseverar con un incremento en el impuesto global complementario, que es el que pagan las personas.
Es que la viabilidad política que tendría una medida como esa hoy en día es prácticamente nula. Así al menos lo plantean desde el Congreso. Uno de ellos es el diputado Aedo: “En un principio, apoyamos un alza de impuesto a las personas con ingresos sobre los $4.250.000. Sin embargo, eso ahora tiene poca viabilidad política en la discusión. No veo que haya espacio para subir impuestos y es difícil que cuente con los votos tanto en la Cámara como en el Senado”.
El vicepresidente de la Cámara suma otro argumento: “Nadie saldrá a votar a favor de un alza de impuestos a los sectores medios en un año electoral, eso lo vemos difícil. Es mejor poner el foco en reducir la evasión y elusión”. A lo que se refiere el legislador es que el 2025 hay elecciones parlamentarias, lo que cruzará todo el debate de esta iniciativa. Para el senador Lagos, excluir un alza de impuesto a las personas “es algo que se está considerando en este proyecto”.
Otro influyente senador es más categórico aún en descartar que se mantenga la idea de un alza en el impuesto a las personas: “Esa fórmula para compensar los menores ingresos de una rebaja significativa en la tasa de primera categoría está superada”, apunta. Y agrega que “sería reemplazada por una tasa a los dividendos”. No obstante, precisa que “en todo caso, hay que esperar conocer en detalle la iniciativa para opinar con todos los antecedentes sobre la mesa”.
Desde los sectores más de izquierda del bloque oficialista se oponen a excluir de la discusión un incremento de impuestos a los sectores altos, puesto que la idea es que el proyecto, más allá de que sea fiscalmente neutro, avance en progresividad y equidad tributaria. No obstante, saben que la realidad política legislativa también tiene que ser considerada a la hora de analizar el texto en su conjunto. Por lo mismo, afirman que todavía se debe esperar a que el contenido del proyecto se conozca en su totalidad.
En una de sus últimas entrevistas con Pulso, el ministro Marcel abordó esta apreciación: “El hecho de que el proyecto de impuesto a la renta sea neutro en su carga tributaria, no significa que no sea progresivo desde el punto de vista distributivo”.
Otra medida que estaría descartada es aplicar una tasa más alta al 10% actual que tienen las ganancias de capital.
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