La economía japonesa se expandió más de lo estimado inicialmente en los tres meses hasta junio, recuperando el terreno perdido durante la pandemia, antes de que empezaran a materializarse los riesgos a la baja en la economía mundial.

El producto interno bruto creció un 3,5% anualizado en el segundo trimestre con respecto al periodo anterior, según mostraron el jueves las cifras revisadas de la Oficina del Gabinete. Los economistas esperaban una expansión del 2,9%, frente a una lectura inicial del 2,2%.

Las cifras del jueves confirman que la economía japonesa ha recuperado su tamaño anterior a la pandemia y se encuentra en una base más firme de lo que se veía en la lectura inicial. El ritmo de recuperación se ha acelerado a medida que Japón salía de la ola invernal del virus, lo que ha propiciado un aumento de los gastos de los consumidores, mientras que el gasto de las empresas ha subido un 2% después de que el Ministerio de Finanzas informara de un aumento mayor la semana pasada.

A largo plazo, las empresas se ven animadas a invertir en tecnología digital y ecológica, ya que el gobierno impulsa diversos objetivos en ambas áreas.

Los analistas esperan que la recuperación continúe en el trimestre actual, si bien su ritmo puede ralentizarse, ya que una ola de virus récord en el verano y el aumento del coste de la vida amenazan con enfriar el consumo.

El gobierno ha mantenido la economía libre de restricciones relacionadas con el virus en un cambio estratégico. Aunque los nuevos casos se dispararon a más de 200.000 al día durante el verano, el número de casos graves y muertes sigue siendo relativamente limitado en comparación con el número de infecciones.

Desde entonces, la última oleada del virus parece haber tocado techo, pero el golpe de la inflación en los hogares no deja de aumentar. El encarecimiento de los precios de los alimentos y el aumento de las facturas de electricidad están afectando a los consumidores y a las empresas, que dependen en gran medida de otros países para satisfacer sus necesidades alimentarias y energéticas.

En tanto, de acuerdo a Bloomberg Economics, “esperamos que el crecimiento del PIB se ralentice en el tercer trimestre, con una oleada récord de casos de Covid-19 y una inflación más rápida que frena el gasto de los consumidores. También es probable que el comercio neto sea un lastre. El debilitamiento del yen, que encarece el coste de las importaciones, probablemente ampliará el déficit comercial hasta un nuevo récord. La ralentización del crecimiento mundial probablemente pesará sobre las exportaciones”, según Yuki Masujima.