El débil escenario económico con que cerrará el 2024 y las expectativas que no repuntan para el 2025, según el Banco Central
En el último Informe de Política Monetaria (Ipom) del año, el ente rector recortó las proyecciones de crecimiento, inversión y consumo. Mientras que para la inflación la subió acercándose al 5%. Para el próximo año, las perspectiva no son mejores.
El año 2024 está cerrando con cifras más negativas de lo que se anticipó. Así lo describió el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (Ipom) del año. En primer lugar, ajustó a la baja la proyección de crecimiento para este 2024 pasando del rango 2,25%- 2,75% a un punto medio de 2,3%, es decir, se acercó a la parte baja del rango previsto en septiembre.
Para la demanda interna bajó de 1,3% a 1,1%. Esta variable se descompone de un consumo que tendrá un crecimiento acotado de 1,5% en lugar del 2% previsto anteriormente. Y para la inversión, nuevamente el BC cambia su proyección y la recorta desde un -0,8% a -1,3%.
“Aunque la actividad del tercer trimestre se ubicó en línea con lo anticipado en el Ipom de septiembre, la demanda interna creció menos que lo previsto. Por sectores, destacaron los resultados favorables de la industria y la minería del cobre, frente al desempeño más bajo de los servicios financieros y empresariales, que se suma a la prolongada debilidad de la construcción. Información parcial del cuarto trimestre, en particular el Imacec de octubre, da cuenta de un aumento de la actividad”, sostiene el BC en su informe.
Asimismo, indican que “el menor crecimiento del consumo privado ocurre en un contexto de bajo dinamismo de la creación de empleo. Los datos que reportan las encuestas y los registros administrativos muestran una caída o estancamiento en varias dimensiones, como en la ocupación formal en el empleo de algunos sectores y también en grupos de menor nivel educacional (INE)”.
Sobre la inversión, la entidad que encabeza Rosanna Costa señala que el desempeño de la formación bruta de capital fijo ha estado en línea con lo anticipado en septiembre. En ese sentido, destaca que sigue “marcado por un comportamiento dispar entre componentes y sectores. Maquinaria y equipos mantiene un mayor dinamismo frente al estancamiento de construcción y obras desde hace varios trimestres. Por rubros, la dinámica de la inversión en la minería vuelve a contrastar con el rezago de otros sectores”.
En su análisis el Central, también describe que “el crédito se mantiene débil, dando cuenta de una demanda por financiamiento aún acotada, en un contexto donde las tasas de colocación de corto plazo continúan reflejando los recortes de la TPM”. Sobre ese punto menciona que “desde sus máximos recientes, estas han retrocedido alrededor de 550 y 750 puntos base (pb) en las carteras de consumo y comercial, respectivamente. Las tasas de interés de largo plazo (BTP10) estaban en niveles cerca de 10pb menores al cierre estadístico de este Ipom respecto del de septiembre”.
En otro de sus mensajes relevantes que entrega el BC es que las proyecciones que realizan incluyen una expansión real del gasto público coherente con la contenida en la Ley de Presupuestos recientemente aprobada. “Como supuesto de trabajo, se sigue contemplando que el proceso de consolidación de las finanzas públicas continuará en marcha. Con todo, los próximos años ofrecen una situación desafiante para el cumplimiento de la regla fiscal”, puntualizan.
Inflación al alza
En cuanto a la inflación, el ente rector la subió de 4,5% a 4,8%. En su argumentación indicó que “la inflación se sitúa por sobre lo que se anticipaba hace unos meses. La variación anual del IPC se ubicó en 4,2% en noviembre y se espera que cierre el año en 4,8%, para luego fluctuar en torno a 5% durante el primer semestre de 2025″.
En su explicación mencionan que “esta mayor trayectoria inflacionaria en el corto plazo responde a una combinación de factores de costos. Por una parte, está la apreciación global del dólar, provocada por el aumento de la incertidumbre mundial y por otro, está el alza los costos laborales locales”.
Sobre ese punto detalla que “los indicadores de salarios han mostrado tasas de expansión significativas, pese a la debilidad del panorama por el lado del empleo. El incremento de los salarios se explica por un conjunto de factores, como la recuperación de las remuneraciones reales tras la alta inflación de años previos y el reajuste del sueldo mínimo”.
Ejemplifica diciendo que “medido en términos reales, el aumento anual del Índice de Costos Laborales (INE) ha superado sus promedios históricos en los últimos meses. A su vez, indicadores obtenidos a partir de registros administrativos (AFC) dan cuenta de que la variación real anual de los salarios se ha mantenido elevada durante el último año. Esto ha tenido efectos directos en algunos ítems del IPC, al mismo tiempo que se suma a las presiones de costos ya mencionadas para las empresas”.
El BC indica que el otro factor son los de oferta el que ha contribuido “al estrechamiento de los márgenes de operación de las empresas y lleva a un traspaso a precios finales superior a lo previsto anteriormente”. No obstante, dice que “a mediano plazo, las presiones de costos tenderán a ceder y la evolución de la inflación estará determinada por el comportamiento de la demanda interna, en particular por un menor desempeño del consumo de los hogares.
Por último, indica que “la inflación subyacente lidera las revisiones, con una inflación promedio que en 2025 será 0,5 puntos porcentuales mayor a lo previsto en septiembre. Para la inflación total, ello es compensado parcialmente por correcciones a la baja en algunos precios externos, en particular de los combustibles”.
En línea con lo señalado ayer, en su Reunión de Política Monetaria, el Banco Central reforzó el mensaje de que “el balance de riesgos para la inflación está sesgado al alza en el corto plazo, lo que releva la necesidad de cautela. Esto significa que el Consejo irá acumulando información respecto de la marcha de la economía para evaluar la oportunidad en que se reducirá la TPM en los próximos trimestres”.
El 2025 no repuntará
Si este 2024, el año cerrará peor de lo esperado, el próximo por el momento no se ve mejor. De hecho, el BC mantuvo el rango de 1,5% a 2,5% proyectado en septiembre y en junio, pero ajustó a la baja las perspectiva para la demanda interna de 2,5% a 1,9%. Y ahí en el detalle la inversión es la principal variable que se recorta pasando de 5,1% a 3,6%, mientras que el consumo total pasará de 1,7% a 1,8% pero sustentado principalmente por el consumo de gobierno, ya que el gasto de los hogares se ajusta a la baja desde 1,9% a 1,6%.
Para la inflación, en tanto, ve que prevé un 3,6%, misma previsión de septiembre y para el 2026, recién llegaría a 3%.
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